¿Problemas amorosos? ¿Infeliz con tu relación de pareja? ¿amores platónicos? Todas hemos estado en una situación como la que estás viviendo ahora y aquí compartimos historias, anecdotas, tips y finales felices.
Era todo tan obvio, que aunque intenté por unos segundos interpretar sus palabras como amistosas, no me quedó más que asumir que ese pololo mio de años, en el que confiaba ciegamente, estaba buscando a otra persona.
Estamos seguras de que la lista de cosas que las madres han hecho por sus hijos está repleta de actos de los que no nos hemos enterado, porque suelen ser desinteresados, porque solemos no darnos cuenta y estar más ensimismadas (especialmente en la adolescencia), pero acá hay algunos de los que hemos tomado consciencia. Las dejamos invitadas a compartir los suyos:
Se suponía que tenia la vida resuelta, que había superado a su ex y que era libre, pero al parecer, no lo era. Según mi experiencia, puedo decir que antes de salir con un separado hay que pensarlo muy bien, porque se involucran muchas cosas.
Vivir con un hombre pretencioso que se demora más que una en el baño, que se mira más al espejo, que se perfuma más y más y con distintas fragancias, que se demora en el peinado, etc. debe ser un tema heavy para algunas, y motivo de celos o desconfianza.
Mi pololo es lo máximo, de verdad, me saco el sombrero, pero parece que la sociedad lo asume como si él fuera “mi premio”. Frecuentemente me encuentro con comentarios como “te ganaste el loto”*
Él necesitaba alguien que pudiera darle tiempo, y yo era feliz viéndolo un par de veces por semana y ya. En palabras simples, él me estaba pidiendo algo que en ese momento no le podía dar. Nos queríamos, sí. Lo pasábamos bien, muy bien. Conoció a mis amigos, yo conocí a los suyos. Todo andaba en relativa calma, pero siempre estaba ese fantasma del “necesito más” y el “no puedo”.
Compartimos esta receta de Connie Achurra para que hagas tu regalo de San Valentín en casa. Se trata de unas galletas en forma de corazones de chocolate con mantequilla de maní que están para chuparse los dedos y con la gracia de que lo hiciste con tus propias manos.
Tatuarte algo que te recuerde a tus amigas, tu familia, incluso tus mascotas, pero... ¿tu pareja? Según los tatuadores hay una especie de maldición, así que creo que lo pensaría dos veces.
La única vez que he sentido algo similar ha sido con un pololo/andante que tuve, que lo amaba con todo mi alma y lo deseaba con todo mi ser, pero en el fondo, me caía como el hoyo! No puedo decir que era una mala persona, no eran cosas terribles, pero lo encontraba pesado. En ese caso podría decirse que lo amaba pero no lo soportaba.
Soy una absoluta y perdida, salvaje y hambrienta, desquiciada y peligrosa fanática de esta película. De su música, sus diálogos, sus colores, su fotografía. De cómo contaron la historia más importante de todas, la única que importa, la única que existe y sólo se cuenta de maneras distintas