Violencia obstétrica: Justicia para Romina

Honestamente no sé si este post sirve de algo, lo escribo por mi amiga Sofía, por la familia de la Romi porque no puedo imaginar lo qué están sintiendo y por esa guagua que por esta negligencia quedó sin mamá.
Violencia obstétrica: Justicia para Romina 1


POR JAVIERA
La Romi tenía 34 años cuando tuvo a su primer hijo, Matías. Ella y Fernando, su marido, estaban felices porque después de tres años casados empezaban a construir el proyecto de vida que querían: una familia.

Pasaron un par de días y la Romi se empezó a sentir mal. Le dolía el pecho, le costaba respirar, se desmayó. A pesar de sus alertas a las personas que la atendían y de los familiares exigiendo que alguien hiciera algo, la única respuesta de parte del personal de salud fue que estaba exagerando.

Cualquier médico (competente) sabe que el post parto es el momento más sensible para una mujer de sufrir una trombosis. Pero aquí “se relajaron”, básicamente la trataron de histérica y dieron el diagnóstico que se da sólo después de que se descarta una complicación física que puede ser fatal: crisis de pánico.

Estuvo dos días sintiéndose mal, pésimo, tanto que le dijo a su papá que se iba a morir. En ese momento entró en coma. Estuvo cerca de dos semanas en ese estado, con muerte cerebral, y finalmente murió. A los 34 años, habiendo conocido recién a su primer hijo.

A la Romi ni siquiera le pusieron algo tan básico como medias anti-coágulos.

Le dieron medicamentos antisicóticos que están contraindicados para mujeres en periodo de lactancia.

En el parte médico la doctora escribió “paciente con crisis de pánico. Llorona”.

Esto ocurrió hace cerca de un año y me enteré porque mi querida amiga Sofía era amiga de la Romi desde hacía años. Supimos desde el primer momento todo lo que estaba viviendo y cómo la clínica no hacía nada, no hizo nunca nada. Esto fue violencia obstétrica con resultado de muerte.

La Organización Mundial de la Salud define este tipo de violencia como el trato irrespetuoso, ofensivo o negligente durante el parto o post parto en los centros de salud. No cumplir con esto constituye una violación a los derechos humanos de esas mujeres con historias que hemos escuchado varias veces: las que no pueden elegir en qué posición parir, las que mientras pujan deben escuchar “¿no te gustó abrir las piernas?”, las que han sido esterilizadas sin su consentimiento, las que ha sido víctimas del macabro “punto para el marido”, y las que mueren, como la Romi.

La violencia obstétrica es violencia de género, se da en hospitales y clínicas, y en distintos países. En este caso la Romi se atendió en la Clínica Las Condes, que se ufana de ser la mejor de Chile. Pero sabiendo sobre este y otros casos, queda claro que sí, son los mejores de Chile en defender sus intereses corporativos, pero son los peores en entregar una atención mínimamente humana y digna a sus pacientes.

Honestamente no sé si este post sirve de algo, lo escribo por mi amiga Sofía, por la familia de la Romi porque no puedo imaginar lo qué están sintiendo y por esa guagua que por esta negligencia quedó sin mamá.

Lo escribo para que el caso se siga conociendo, lo escribo esperando que lo lean muchas mujeres, para que nos cuidemos entre nosotras porque esto también es misoginia. Lo escribo pensando en que ojalá lo lean matrones y matronas, enfermeras/os y doctores, para que siempre tengan en cuenta lo fácil que es caer en la indolencia desde los roles que cumplen.

Aquí y aquí pueden escuchar y leer los testimonios de Eliot, el papá de Romina, aquí el de Fernando, su marido, y acá un grupo de Facebook donde se pueden conocer varios casos similares. Su familia y amigos están yendo a varios programas y dando entrevistas para que se sepa la historia. Escuchémoslos.

8 Comments

  1. Que triste!! Se me rompe en corazón. Es bueno publicar estas historias, esto además de rompernos el corazón, nos motiva para hacer cosas, luchar por la no violencia. No podemos aceptar que nos traten así.

    Mucho amor y fuerza a la familia.

  2. Se agradece tu reportaje, y como bien comentas, sirve de mucho para que todos conozcan el caso de mi hermana.

  3. Gracias por tu carta escrita desde lo mas profundo de tu corazon, gracias por hacernos saber que somos escuchados, gracias por ayudar a que esto no se olvide.
    Nuestra Romi permanece en nosotros y algun dia se hara justicia. Un abrazo Eliot.

  4. Gracia Javiera por lo que escribiste. Todo ayuda para que el caso de nuestra Romi sea conocido. Todo esto ayuda para seguir luchando hasta que se haga justicia, hasta que las cosas cambien. Esto lo hacemos por la Romi y por todos. ✨

  5. Qué heavy la historia!! si se supone que es una clínica prestigiosa, qué se supone que queda para el resto? Y la indolencia de los médicos, hacen de todo por no mancillar su buena reputación….y el dolor de la familia de Romina, de ese marido que quedó sin su señora, de ese bebé al que le arrebataron a su mamá….qué terrible!!

    Un abrazo enorme a su familia y que sigan luchando para que se haga justicia, para que marque un precedente y esto no vuelva a suceder!! 🙁

  6. Que pena!!! Y no es primera vez, yo tuve mejor suerte, tambien me trataron de histérica y neurótica después de una operación de columna, en la que me habian puesto varios pernos; cuando me preguntaban cuanto dolor tenía, yo decia 12, y ellos me decian que si estaba loca que la escala era del 0 al 10 y que yo ya estaba casi de alta, pero mi familia si me creía, no soy nada de alaraca, y recurrió a todos los médicos conocidos de la CLC y al Dr. que me operó; y finalmente me hicieron un ex. de contraste especial y se dieron cuenta que uno de los pernos habia roto una de las vertebras y estaba sobre un nervio. Ah!!!! Si se justificaba el dolor!!! Entonces denuevo a pabellón y 4 pernos más, pero aunque inicié un alegato formal contra la clínica, psicólogo (quien me trató de neurótica, loca), equipo de anestesia (histérica), solo fue pérdida de tiempo, no hubo ni siquiera “flores” pidiendo disculpas por el maltrato psicológico, además imaginaran que uno queda con un gran daño post traumático, y a ellos, representados por la Dra Chomali, les importo NADA. Sólo fue pérdida de tiempo y malos ratos.
    Lamento en el alma lo que le pasó a Romina, y como matrona, lo viví en un hospital el mismo caso, con igual desenlace, aunque esa vez alguien lo advirtió y otros más actuaron igual que en la CLC, “los médicos”, parece que a las mujeres nos discriminan desde siempre y lo seguirán haciendo sólo por el género .
    Creo que debieran seguir luchando… el recuerdo de Romina no debe quedar en el pasado, no debieran venir otras como ellas, es horrible.

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