Sexismo en la educación

El sexismo en la educación como base de las desigualdades de género

Javiera, una Tremenda, opina sobre el sexismo en la educación desde una experiencia personal y cómo la educación debe girar al feminismo.
El sexismo en la educación

Por la Tremenda Javiera Rodriguez-González
Bajo el contexto del pasado 21 de junio, fecha en la que se conmemoró el Día de la Educación No Sexista, se renovaron las voces internas presentes en muchas de nuestras cabecitas, las cuales, siendo el año 2021, se siguen cuestionando el sexismo en la educación.

A pesar de que esto se mantenga casi como un secreto de Estado, ya que usualmente es percibido de manera implícita en la práctica, todas las mujeres que hemos sido partícipes del sistema escolar, sabemos las diferencias de oportunidades que ambos géneros tenemos, volviéndose una realidad dolorosamente normalizada.

El sexismo en la educación se traduce en una deuda histórica que, por supuesto, nos afecta en mayor medida a nosotras.

Pero, ¿qué es el sexismo en la educación?

El sexismo en la educación son estas acciones o valores que implícitamente se les comunica a los niños. Hay una desigualdad clara en los contenidos académicos y cómo se transmiten dependiendo del género de los alumnos. Esta ha sido una lógica de muy larga data, y como se sigue practicando, hay cosas que no se les enseña a las mujeres o por lo menos no con el mismo ímpetu que a sus compañeros varones -por ejemplo, en el liderazgo-, lo que se ha traducido en un desmedro para ellas.

A continuación, te dejo una referencia personal, que espero sirva para dar pie a que tu voz interna invada tu mente y te haga recordar experiencias, que deseo no sean tan desagradables: A mis tiernos 10 años, en el contemporáneo colegio mixto en el que estuve matriculada hasta los 12, debíamos bordar una figura como evaluación de una de las materias. Yo llegué a la clase siguiente con un infantil diseño de pez y mis lanas de colores brillantes. Sin embargo, a medida que las clases avanzaban, cada vez eran más los pequeños y apoderadas que llegaban a atestar la sala de profesores para, indignadas, reclamar por “magna humillación a la hombría de estos pequeños varones aún en formación”.

Lamentablemente, debo dejarlas en suspenso con respecto a qué pasó después. Pido disculpas por el estado de mi memoria, a la cual puedo excusar con que ya ha pasado una década, o mejor, con que mi cabeza se acostumbró tanto a este tipo de ideas y comentarios que ya ni siquiera los almacena. Pero sí puedo afirmarles que mis experiencias escolares y universitaria se han basado en “se te pasó la mano”, “qué histérica”, “pudiste decir lo mismo de otra manera”, y un largo etcétera que espero se acabe pronto, porque la tolerancia no es mi mejor virtud.

niños y niñas
Imagen de Ben Wicks en Unsplash

Quiero un mundo feminista

Después de este ejercicio evocativo, espero que todas lleguemos al mismo punto: queremos un mundo feminista, pero ¡¿por dónde empezamos?! Aquí, queridas lectoras, vamos a hablar de la educación. Porque sí, esta es la base fundamental de la sociedad, junto con la crianza familiar, para hablar acerca del machismo, teniendo que abrir las escuelas hacia la identificación y aborrecimiento del sexismo en la educación, y así tener cada vez más soldadxs para ganar esta batalla.

Debemos entender que este niño o niña no nace machista, sino que se hace y configura de esta manera -en parte por el sexismo en la educación-, lo que, a su vez, va a orquestar a la sociedad total, generando el círculo vicioso eterno que le da a los hombres el poder y mantiene a las mujeres subordinadas a él, favoreciendo que nosotras sigamos afónicas en la calle gritando por nuestras vidas, construyendo con mérito un derecho que debiera ser inherente.

Así, da aún más coraje que a pesar de los “innumerables esfuerzos” de nuestros gobiernos por eliminar la violencia contra la mujer, esta siga pasando, dando cuenta que en realidad no nos quieren muertas, pero nos quieren quietas y sumisas.

En conclusión, la educación será la carta mágica que permita dar cuenta, visibilizar y hablar de machismo y patriarcado para poder recibir en nuestras aulas, con hojas de laureles, al feminismo. Haciendo alusión a algunos ignorantes que dicen que el feminismo es la nueva enfermedad, hagámosla la pandemia más contagiosa conocida por el hombre. Porque no sé tú, pero yo no quiero llorar a otra hermana más.

niña con mascarilla

Tremendas congrega niñas, adolescentes y jóvenes empoderadas, que accionan en diferentes campos relacionados a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por la ONU y que a través de sus talentos y habilidades levantan y ejecutan proyectos de impacto social, convirtiéndonos en un punto de encuentro, conexión y de acción de jóvenes jugadas en la transformación social, donde creemos en la colaboración como base de una nueva sociedad.

One comment

  1. No sabria que decir, hace muchisimos años que sali del colegio y era solo de mujeres (y de monjas) y jamas se nos dijo que no podiamos hacer tal o cual cosa, al contrario, el mundo estaba ahi para que lo conquistaramos. Asi que estaba tan bien que quiseramos para el futuro ser dueñas de casa, artistas, medicos o astronautas, y en el presente asi como haciamos obras de teatro, deportes, bordados, tejido y costura tambien algunas hicieron carpintería si querían. Y se supone que los colegios de mujeres y de congregación irian siendo “poco progre”… y vaya, parece que fuimos muchos mas libres.

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