POR LALA
Martina Valenzuela y Tania Sauma son amigas hace una década, se conocieron mientras estudiaban en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. De Chile. Martina es ingeniera, Tania es doctora en Física. En una oportunidad conversaron sobre la experiencia de abuso que sufrió una de sus amigas, y el tema comenzó a tocarse en su círculo de amistades y conocidas. ¿La respuesta? Buena parte les dijo: “a mí también me pasó”.
Con eso en mente iniciaron No fue sexo, una plataforma que durante meses ha reunido testimonios mayoritariamente de mujeres que vivieron situaciones de abuso, violación y sexo no consentido. Han recibido más de 500 testimonios, y 21 de ellos fueron ilustrados por mujeres que respondieron al llamado que Tania y Martina hicieron a través de las redes sociales de No fue sexo.
Cuando pensamos en abuso o violación, en muchos casos persiste esa imagen del callejón oscuro, de un desconocido que nos persigue. Sin embargo, después de leer los relatos, Tania es clara: “el lugar más inseguro para una mujer es su propia casa con su pareja”. La mayoría de los relatos hace alusión a sexo no consentido con parejas, pololos, maridos: “La pareja estable que cree que porque eres su pareja, entonces ‘ahora puedo hacer lo que quiero’”, dice.
Martina complementa: “También mucho sexo anal, mucha mujer que no quiere tener sexo anal y el hombre finalmente la penetra igual y la viola. Hombres que no son capaces de parar frente a un ‘no’. Y este es un ejemplo súper claro porque puedes querer tener sexo, pero no sexo anal porque te duele, porque no te gusta”, “o no quieres en ese momento”, dice Tania, y agrega que “lo cuático es que se entiende más o menos que no es no, pero creo que hay gente que no entiende que el consentimiento es activo, que puedes cambiar de opinión. Había historias en que las mujeres sí querían tener sexo, pero no de tal forma. En que les dicen al hombre que pare, y ellos no paran”.
La idea detrás de No fue sexo es poner sobre la mesa un tema complejo: ‘¿Por qué la línea del consentimiento se hace tan difusa para unxs, mientras es tan claro que fue transgredida para otrxs?’.
“Nosotras no tenemos la respuesta a nada, somos las dos las que gestionamos pero es como un ejército de mujeres organizadas que están haciendo esto. Hay mucho trabajo entregado a esta plataforma y queremos que ese siga siendo el tono. Somos muchas militando, y vamos a militar para transformar esta sociedad y terminar la cultura de la violación. Entender que el consentimiento es a todos los niveles”, dice Martina.
La exposición ‘No fue sexo, fue violación’ es financiada por crowdfunding y estará abierta al público de forma gratuita el sábado 26 de enero de 17 a 20 horas y el domingo 27 solo para mujeres en el mismo horario, donde se realizará un conversatorio sobre consentimiento (contará con interpretación en lengua de señas).
Centro cultural Los Piñones
Los piñones #019, Providencia (metro Salvador)