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Cómo hacerse un manual de preguntas y respuestas para temas polémicos

Ya pude poner en práctica un par de respuestas para el caso de la Diversidad Sexual y debo decir que fue un agrado tener la sensación de que esa es la respuesta que quería dar, sin arrepentirme después.

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por María Birkholtz
Tengo un tema con las discusiones. Por naturaleza no soy una persona confrontacional, pero tampoco me gusta quedarme callada cuando escucho cosas con las que no estoy de acuerdo o que creo que puedo aportar a una mejor comprensión del tema, especialmente cuando son considerados polémicos.

Como resultado, con frecuencia me pillo rememorando discusiones en que participé y no dije todo lo que quería decir, o al menos de la manera que encuentro que sería más convincente. Por ello, repaso los diálogos y me pregunto “¿por qué no usé este argumento?, debiera haberle dicho eso”, y por ahí va.

Hace algunos meses, participando en una reunión con representantes de empresas sobre Diversidad Sexual, le dije a una persona: “siempre me quedo pensando en cuál es la mejor respuesta para alguien que me hace un comentario homofóbico o que cuestione por qué esto es importante, muchas veces con argumentos llenos de prejuicio y desconocimiento”. Le dije, casi en tono de broma, que me gustaría hacer un manual de las “preguntas frecuentes y sus respuestas” para estas temáticas.

Y cuál fue mi sorpresa que a ella le pareció super buena idea, tanto que la semana siguiente, nos juntamos durante 1 hora para elaborar “el manual de preguntas y respuestas sobre Diversidad Sexual”, justamente para investigar y redactar las respuestas que siempre hemos querido dar, pero que en el calor de la discusión, no se nos ocurrió.

Fue un ejercicio buenísimo, no sólo porque nos obligó a investigar a fondo sobre el tema, sino que nos hizo ponernos en el lugar del otro, pensando en la respuesta más adecuada para mostrar un punto de vista distinto.

Este fue el punto de partida, y ahora estoy trabajando en el “manual de preguntas y respuestas” para tantos otros temas que no quiero dejar de discutir y que por lo general son polémicos, como por ejemplo el acoso sexual, la política, las metodologías alternativas de educación infantil, entre otros.

El proceso es así, me hago una especie de “auto entrevista” –porque obviamente las respuestas dependen de cada uno–, voy escribiendo las preguntas que ya me hicieron, que escuché por ahí, y voy ensayando las mejores respuestas. Cuando veo que estoy débil en algún argumento, me pongo la tarea de leer y estudiar para estar mejor preparada.

Muchas veces es un ejercicio más bien mental, pero lo ideal es dejar todo por escrito, porque así uno se obliga a más desarrollar más las ideas.

Ya pude poner en práctica un par de respuestas para el caso de la Diversidad Sexual y debo decir que fue un agrado tener la sensación de que esa es la respuesta que quería dar, sin arrepentirme después.

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3 Comments

  1. Me encantó tu idea. Yo a veces me altero, porque me cuesta creer que la gente no quieran que todos seamos iguales y felices, entendiendo que sea generalmente por temas religiosos, pero cuesta debatir cuando toda respuesta es porque dios así lo dijo. Es como la canción de Los Prisioneros.

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