por Andrea L.
Ser ascendido en el trabajo debe ser una de las sensaciones más gratificantes de la vida profesional, es un reconocimiento a nuestros logros y una manera de reafirmarnos que estamos haciendo las cosas bien.
Muchos de los ascendidos logran desempeñarse estupendamente en sus nuevos cargos, porque, al conocer perfectamente las funciones de sus ahora subordinados (ya que él hacía esa misma pega antes), logra optimizar el sistema con su nuevo poder de decisión.
Pero no todos son los casos son así. Hay cierto tipo de ascendidos que sufren una especie de amnesia, transormándose simplemente en “jefes”, y olvidando todo aquel conocimiento previo que tan enriquecedor resultaría para desempeñar su nueva labor.
Será desquite, deslumbramiento de poder, inonsciencia o lobotomía?
Depende mucho si el ascenso se lo gano, o se lo regalaron (por hacer ojitos, por ser familiar, chupamedias, etc.).
No siempre es facil ser ascendido, menos si tu eres joven y te ascienden sobre un viejo, porque es dificil demostrar porque te lo ganaste y tratar con respeto…
Y un ascenso siempre tiene que ir acompañado del apoyo de tu empresa, me paso que me ascendieron, me hicieron una propuesta economica que la encontre burda, queria mucho el ascenso, pero el dinero nunca llego si quiera a ser decente y para peor, mi empresa nunca me dio el apoyo que necesitaba en el cargo.
Ser ascendido es un privelegio, a mi no me ha tocado, pero al cambiarme de pega voy ascendiendo, si en tu trbajo no se da eso, es mejor cambiar.
saludos
en la mejor de las ondas……que pasa con los temas, que pasa con Zancada!!!!
Era mi blog estrella, ultrarecomendado a quién me escuchara y la verdad que hace algún tiempo…..poco que sobresalga. Les aconsejo revisar los post del año pasado y ver qué pasó.
Ahora se lo pasan en publicidad, recitales, y temas un poco lateros. Falta el analisis femenino, la descarga hormonal divertida, la cotidianidad brillante de los posts…..Señorita, Natalia, Sur, Mariana…….eso falta! Para agenda urbana ya tenemos suficiente oferta.
buen consejo Michele Monet, sin la oportunidad de crecer quieras o no te pones chato, plano y desmotivado…
El problema con los ascensos es que suelen ser un arma de doble filo: por una parte recompensa al mérito y por la otra, un grado más de fuerza con que la empresa sujeta al empleado por el pescuezo. En principio, el incauto se siente honrado y sólo puede ver la nueva cifra en su salario, pero pronto descubre que nada en esta vida es gratis, mucho menos un cheque a fin de mes. Ascenso y mayor responsabilidad o carga de trabajo son uno al otro como el carro a la locomotora, y es bien sabido que mientras más te elevas, más fuerte es la caída si es que caes. No quiero sonar como empleadillo resentido, en todo caso. Sencillamente quiero mostrar que toda moneda tiene dos caras.
En cuanto a los presumidos – e ingenuos – a quienes se les van los humos a la cabeza con la nueva jerarquía, conviene recordarles la muy oportuna frase de Ozzy: “Jamás desprecies a la gente que estaba contigo cuando empezaste. Son los mismos que te vas a encontrar cuando llegues al final.”
Atte.,
Zañartu, Mandiola & Asoc.
Fui tesigo la semana pasada del ascenso de una amiga en el trabajo y me alegré por ella porque era merecido. Lamentablemente se debió enfrentar en forma penosa a la envidia descarnada y evidente de las “amigas” que también trabajan con ella.