Por Nicole Bächler (17) Talca, Chile
Hemos escuchado muchas veces que debemos proteger la Tierra, ya sea porque debemos frenar el cambio climático, porque tenemos que evitar la extinción de más especies, porque el agua es importante, entre muchas otras; pero ¿alguna vez nos hemos cuestionado realmente la influencia de la naturaleza en nuestra salud mental?
Al investigar, podemos encontrar un estudio de las universidades de Washington y Stanford, titulado Air polution as cause of mental desease: Appraisal of the evidence, el cual concluye que la mala calidad del aire podría estar asociada a tasas más altas de trastorno bipolar y depresión mayor. Además, demuestra que este tipo de contaminación es la causa de algunos signos de deterioro cognitivo y síntomas conductuales similares a la depresión.
Lo más lamentable es que la mayor parte de los tóxicos atmosféricos han sido producto del accionar humano, y por eso mismo es nuestro deber hacer algo al respecto para mejorar nuestra relación con el ambiente.
Salud mental y activismo
Por otra parte, no sólo la contaminación nos afecta, sino también la preocupación excesiva que podemos generar a partir de una visión alarmante y pesimista del futuro de la Tierra. A este fenómeno se le denomina eco-ansiedad, el que puede llegar a ser muy perjudicial cuando no generamos un cambio de mentalidad.
Como activista he escuchado muchas veces el término y vivido en carne propia esa angustia. Por eso, desde mi experiencia puedo decir que la única forma de ver un futuro más alentador y positivo es accionar desde el presente.
Como fundación Tremendas creamos proyectos para proteger el medioambiente (Plan B), y nuestra salud mental (SaludableMente). Pero lo importante es que tú también te unas al cambio, de la forma que puedas y ahora. Pues la salud mental importa, y el planeta también.
