por María Birkholtz
Llegó el momento que yo temía: luego de sentir dolores abdominales, mi doctor por precaución me recomendó hacer una colonoscopía, que más encima venía con el anexo “larga” en la orden médica, para dejarme aún más aterrada.
Lo postergué por algunos meses hasta que no tuve excusas. Agendé la hora y empecé a escuchar comentarios de todo tipo: que es incómoda, que la preparación es horrible, que esto, que aquello. Dos días antes del procedimiento recibí las indicaciones. Un día entero sin verduras, ni frutas, ni legumbres, ni granos. Sopas insípidas, yogur y gelatinas eran lo que me esperaban. Tomar 4 litros de laxante al hilo. Ayunar durante las 8 horas previas al examen. Ir con un acompañante adulto. Finalmente, llegó el momento. Entré al pabellón, el doctor me hizo un par de preguntas y la enfermera me dio el sedante.
Me desperté 5 minutos antes que terminara el examen. Vi en la pantalla una camarita recorriendo túneles, tirando agüita, mirando para allá, para acá… Listo. Se terminó. Hablé con el doctor, quien aún tuvo tiempo de decirme que el examen había salido perfecto. Mis recomendaciones:
– Empezar a cuidar la dieta al menos 3 días antes del examen, evitando especialmente legumbres y granos. Yo me comí varios platos de quinoa en la semana previa y fue difícil limpiar por completo.
– El laxante es lo peor, pero no es imposible. La recomendación es mezclarlo con una bebida blanca. Yo lo tomé con agua y si bien aguanté, al final ya tenía un poco de ganas de vomitar.
– Hacer ese proceso de “limpieza intestinal” me hizo sentir limpia, valga la redundancia. Te saca todo de la guata y te permite empezar “desde cero”. Es una buena manera de tratar de alimentarse mejor y elegir bien qué es lo que vas a poner en tu guata.
– El examen en sí, no duele. Tenía susto a qué tan “largo” sería el tubo. No sientes nada, una que otra puntada quizás, pero nada grave.
– Ojalá el acompañante sea alguien de tu confianza y con quien te sientas cómoda. En la recuperación, la recomendación de la enfermera fue clara: “tienes que tirar todos los pedos que puedas”. Textual.
Conclusión: me urgí más lo que me debía. Si hubiese sido un caso de enfermedad, estos 3 meses en que me demoré para tomar el examen podrían haber significado mucho. Por lo tanto, si a ti te toca hacer colonoscopia por algo importante, no postergues porque, de verdad, hay cosas mucho peores.
la he evitado toda la vida 🙁