por Gilda
No soy una experta en relaciones, pero tuve de las más variadas –rápidas, largas, locas, tristes, felices– y he logrado salir adelante pese a haberlo pasado mal varias veces. Así es que mis amigas con frecuencia recurrían a mí cuando pasaban por un quiebre amoroso. Por lo tanto, comparto con ustedes una recopilación de recomendaciones para alegrar a una amiga que sufre penas de amor.
Vengarse, pero sólo en la mente. En primer lugar, y lo más difícil, es tratar de no vengarse, pero también asumir que uno quiere venganza. Es decir, una no va a concretar una venganza, pero creo que es necesario dar asas a la imaginación. Canalizar las ganas de hacer que el otro también sufra, pero con creatividad -escribiendo, dibujando, pensando, gritando, hablando sola frente al espejo incorporando el personaje que se quiera.
Sudar. Sea como sea, bailando, corriendo, ordenando la casa. Ordenar la casa siempre es excelente para ocupar la mente, limpiarse –literalmente– y abrirse a algo nuevo.
Llorar, pero no embarcarse en el llanto. Yo siempre les decía a mis amigas: voy a aguantar 2 conversas con llanto. Después, la actitud será otra.
Salir a comer. Yo particularmente creo que una buena comida te arregla el día. Así que ya invertí un par de lucas para llevar a mis amigas a un restaurant o bar bacán, para comer y tomar cosas ricas.
Arreglarse. Ponerse una ropa bonita, comprar algo nuevo, ir al peluquero. No con la intención de mostrar al susodicho(a) que estás mejor que nunca, pero arreglarse para una misma. Muchas veces, con solo mirarme al espejo me daban ganas de llorar de lo depre que me veía, así que me ponía la ropa que más me hacía sentir bien e iba al mall.
Mirar hacia fuera, conocer gente, VIAJAR! En realidad, esta es la estrategia que más me ha funcionado. No es que me olvidaba fácil, pero conocer gente nueva aunque fuese solo para salir por una noche, y viajar a un lugar diferente aunque fuera cerca y por pocos días, me ayudó a tener nuevas experiencias y a sorprenderme positivamente en muchas oportunidades. Al final, eso me permitió caminar hacia adelante.
Enfrentarse al susodicho(a). OK, esta es la parte masoquista. Tengo a muchas amigas que prefieren esconderse o evitar encuentros posteriores con el o la persona que les causó sufrimiento. Yo pienso lo contrario. Creo que hay que enfrentarse a estas situaciones porque sólo así una encuentra su fortaleza y además puede cachar si está logrando despegarse de esta situación.
Reír y reírse de sí misma. Cuando tenía que apoyar a alguna amiga, hacía una selección de los casos y situaciones más tragicómicas que he pasado, con riqueza de detalles y actuación digna de un Oscar. Por ejemplo cuando un tipo del que yo estaba muy enamorada pero no me pescaba mucho, empezó a bailar delante de todos en una fiesta de manera vergonzosa y eso al final me ayudó a “desengancharme”. O cuando un chico con quien yo salí una noche me invitó a su departamento, y ahí descubrí que era casado, pero él –careraja– me propuso explícitamente que yo fuera su amante. Al final, nos reímos y empezamos a recordar otras situaciones. El sentido de humor definitivamente es uno de los mejores remedios.
Finalmente, hacerle ver que hay miles de millones de personas en el mundo, y que es imposible que exista un solo amor, por más que nos traten de vender este arquetipo desde que somos chicas. Lo lindo (y lo difícil también) es saber abrirse a quienes aparecen en nuestras vidas, por casualidad o no.
Foto: Unsplash.com
Las rupturas las he enfrentado sola, me guardo como ostra y cuando estoy un poco mejor, salgo nuevamente a la superficie.
Pero soy maestra para brindar ayuda cuando alguna amiga o conocida pasa por ésto. Primero, si quiere tocar el tema y contar vomitando su pena, la escucho y luego hago que haga catarsis, si quiere llorar, que llore, hace bien, porque luego la pena se transforma en rabia y esa emoción te moviliza a cambiar la situación, entonces después, le subo el autoestima, le digo que la vida sigue, que es una mujer maravillosa y que es afortunada de ser como es, la animo a ponerse linda, sacarse partido y obviamente cuando se sienta mejor, la invito a cazar, sí, a cazar, salir a algún lugar a buscar minos y aunque no se vaya con nadie, el hecho de que más de alguno la quede mirando baboso, demuestra y comprueba todo lo que chicharreamos en el momento de la reconstrucción emocional, que la vida continúa y que hay muchos peces en el mar.
Saludos 🙂
Cuando vi la foto del perrito, pensé que una de las formas era que compartiera con un animalito tierno y me acordé de Phoebe de Friends cuando le lleva el perro más alegre del mundo para animar a Joey cuando se había flechado con Rachel.
😛
porfa sé mi amiga u.u
Sean mis amigas
Estoy pasando por ese momento de ruptura ahora, menos mal tengo a mis amigas y amigos qe estan felices qe porfin atine y abrí los ojos ó más bien, acepte qe ya no habría cambio y que estaba pololeando con un cáncer.
Igual tengo la herida viva, pero es cosa de tiempo y distraerse para qe vaya sanando 🙂