Por Salsera Around the World
Hace unos días tomé la decisión de “terminar” una pseudo relación que nunca tuvo nombre ni formalidad, pero que fue muy intensa.
Y ayer, concreté esa decisión. Fue triste. Nunca había tenido el coraje de decirle a otro que ya no quería seguir en lo que estábamos y no porque no exista amor, sino que porque no estamos en la misma sintonía.
A mis 28 quiero una persona con la que pueda concretar proyectos, a la que pueda considerar en mis decisiones y que obvio, el otro se sienta parte de esos proyectos y de esas decisiones.
Fue casi un año en el que siento que perdí muchas cosas: tiempo, credibilidad con las personas y conmigo misma, oportunidades, amor propio. ¡Qué difícil es darse cuenta de esto! Pero qué gratificante es sentir que mi decisión es la correcta y que a pesar de extrañar su compañía, me siento bien al darme cuenta que esa compañía no es la que merezco, ni la que quiero en mi vida.
La mejor compañía para superar este momento son las amigas. Las que te escucharon, las que te escuchan y las que te escucharán, a pesar de no haber considerado en varios momentos sus consejos. La pena no es eterna, hay que vivirla, superar y aprender de ella.
Recuerden que es real, “después de la tormenta, siempre sale el sol“.
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