El uso de Biopolímeros como rellenos faciales salió mucho en las noticias porque la semana pasada se supo la lamentable noticia de víctimas de malos procedimientos de un esteticista de un centro de Providencia, quien fue denunciado por inyectar silicona en lugar de ácido hialurónico en los labios de al menos 11 pacientes, además de una víctima de un procedimiento con inconvenientes fatales.
Por eso queremos compartir esta información que nos llegó de un grupo de médicos cirujanos que ponen énfasis en el hecho de que para realizar una cirugía se necesita ser médico cirujano, no esteticista ni médico general ni ninguna otra profesión que se pudiera relacionar con los tratamientos estéticos de intervenciones que, aunque muchas veces son ambulatorias, no dejan de ser invasivas y necesitan ser ejecutados por profesionales capacitados.
Acá los interesantes datos para tomar en cuenta si piensan realizar alguno de esos procedimientos que quedan en el ámbito de la estética, o por si saben de algún familiar o amiga que lo hará:
“El uso de rellenos faciales ha sido uno de los avances más versátiles en estética facial del último tiempo. En cirugía plástica hemos podido expandir sus utilidades a múltiples escenarios estéticos y reconstructivos”, dice Juan Pablo Cisternas, cirujano plástico acreditado que explica por qué es tan negligente el uso de biopolímeros en sustitución del ácido hialurónico.
“Pero como todo procedimiento médico, estas terapias no están exentas de riesgos y deben ser realizadas por los especialistas adecuados. En este caso: Cirujanos plásticos o dermatólogos debidamente acreditados y formados en estas áreas”. Uno de los principales problemas que se generan en este ámbito, es minimizar los riesgos y considerar que cualquier persona puede aplicarlos de manera segura.
En Chile es común ver a profesionales de distintas disciplinas ofreciendo trabajar con estos productos, y son muchos los rellenos faciales autorizados para uso médico. Ahí es donde aparece el popular ácido hialurónico, “sin embargo, a veces vemos a pacientes que han sido manejados con otro tipo de sustancias no aptas para el uso médico, como es el caso de los biopolímeros, como la silicona”, explica Juan Pablo Cisternas.
Otro de los grandes problemas de estos productos, es que pueden migrar desde su sitio de inoculación a otros lugares, o sea, desplazarse del lugar donde fueron inyectados, generando deformaciones y haciendo casi imposible su extirpación completa. “Por estas razones, la principal recomendación es elegir adecuadamente al especialista idóneo para el proceso. Asegurarse que el especialista cuente con sus debidas acreditaciones y que los procedimientos sean realizados en los establecimientos apropiados y bajo los estándares de calidad básicos”, concluye el Dr. Juan Pablo.
En Chile para ejercer como Cirujano Plástico, es necesario estudiar al menos 7 años la carrera profesional de Medicina, 3 años de Cirugía General y 2 años de Cirugía Plástica. Es una formación profesional realizada en programas validados y acreditados.
Para más información se puede consultar en el Registro de Prestadores Acreditados y en el Registro Nacional de Prestadores Individuales de salud de la página de la Superintendencia de Salud.