Mario Murua, Lucilamente Enamorado

Mario Murua, Lucilamente Enamorado 1
por Ana Paula

Este jueves 9 se inaugura en el Espacio ArteAbierto de Fundación Itaú la muestra “Lucilamente Enamorado”, del chileno Mario Murua, porteño que desde 1977 está radicado en París.

Murua no tiene problemas en asumir su severo enamoramiento por Gabriela Mistral, tanto así que es justamente la poeta el tema central de la exposición.

Son 11 óleos de gran tamaño, además de 4 grabados, que muestran el talento pictórico de Murua y la admiración que siente por la Nobel de Literatura, indagando aspectos vinculados a su infancia y juventud y a sus raíces. Por lo mismo, el título de la exposición hace referencia a Lucila, verdadero nombre de Gabriela Mistral, y muestra a una poeta alegre, llena de colores y afectos, inserta en paisajes casi mágicos, marcados por la naturaleza y los parajes del valle del Elqui.

Mario Murua ha experimentado una llamativa sintonía con la poesía y la vida de Gabriela Mistral. Ambos poseen la similitud de una vida temprana marcada de esfuerzos y sensibilidad con el entorno. Tanto en la obra de Murua como en la poesía de Mistral, existe una cercanía con el paisaje nortino y su particular geografía, como también un diálogo profundo con la cultura ancestral.

Lucilamente enamorado – El alma de Gabriela Mistral en los ojos de Mario Murua
Espacio ArteAbierto de Fundación Itaú, Apoquindo 3457, Las Condes (Metro El Golf).
La inauguración: jueves 9 a las 19:00 hrs y la exposición abierta de 10 de junio a 22 de julio. Horarios: Lunes a viernes, de 9:00 a 14:00hrs. Entrada liberada.

5 Comments

  1. EXTASIS

    Ahora, Cristo, bájame los párpados,
    pon en la boca escarcha,
    que están de sobra ya todas las horas
    y fueron dichas todas las palabras.
    Me miró, nos miramos en silencio
    mucho tiempo, clavadas,
    como en la muerte, las pupilas. Todo
    el estupor que blanquea las caras
    en la agonía, albeaba nuestros rostros.
    ¡Tras de ese instante, ya no resta nadar!
    Me habló convulsamente;
    le hablé, rotas, cortadas
    de plenitud, tribulación y angustia,
    las confusas palabras.
    Le hablé de su destino y mi destino,
    amasijo fatal de sangre y lágrimas.
    Después de esto ¡lo sé! no queda nada!
    ¡Nada! Ningún perfume que no sea
    diluido al rodar sobre mi cara.
    Mi oído está cerrado,
    mi boca está sellada.
    ¡Qué va a tener razón de ser ahora
    para mis ojos en la tierra pálida!
    ¡ni las rosas sangrientas
    ni las nieves calladas!
    Por eso es que te pido,
    Cristo, al que no clamé de hambre angustiada:
    ¡ahora, para mis pulsos,
    y mis párpados baja!
    Defiéndeme del viento
    la carne en que rodaron sus palabras;
    líbrame de la luz brutal del día
    que ya viene, esta imagen.
    Recíbeme, voy plena,
    ¡tan plena voy como tierra inundada!

    Gabriela Mistral

  2. wena! paso regularmente por ese sector, así que la próxima vez que ande por El Golf aprovecharé de ir a ver la exposición.

    La obra que ilustra el post me recuerdo a los trabajos de telares :P, suficiente para que me interese conocer el trabajo de Murúa (de quien, debo decir, no había escuchado nada antes…)

    Se agradece el dato ;)

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