#BibliotecaZancada por Mariana y punto
Catalina Infante siempre estuvo ligada a los libros porque su padre es editor y su madre era librera. Creció en una casa donde leer y hablar de escritores y libros era parte de la vida cotidiana. “Pero creo que de manera más personal llegó a través de la escritura, que es lo que más me gusta hacer”.
Estudió literatura porque le gustaba pero no tenía idea en qué iba trabajar. “Todos me decían ‘obvio que vas a trabajar con tu papá’ y eso me enojaba, no tenía ganas de hacer lo mismo que mis papás, quería hacer cosas distintas, algo que fuera mío. Me di muchas vueltas, me fui a España, fui profesora, trabajé como correctora, intenté ser periodista, hasta que me di cuenta que había algo muy lindo en seguir la tradición y oficio familiar, y que yo también podía hacer un camino propio desde allí. Me costó harto pero ahora estoy feliz, en Catalonia llevo la librería que era de mi madre junto a mi hermana, y dirijo la colección de novela y humor gráfico en la editorial de mi padre”.
A Catalina le gusta leer en papel. “Soy muy poco millennials, no leo e-books. Me gusta leer en mi cama acostada en la noche. Pero donde más me gusta leer es en la playa a la sombra cuando estás de vacaciones y tienes todas las horas del día disponibles”.
Lectura: La gruta
Autora: Gabriela Mistral
“Tengo que confesar algo terrible: yo leía a casi puros hombres y no me daba cuenta. Recomendaría por lo mismo el primer poema que recuerdo leí de una mujer y me hizo consciente de mi machismo literario. Me conectó con una forma de experimentar y pensar el mundo desde lo femenino del cual no era consciente hasta entonces. Lo leí a los 20, por ahí. Hasta entonces creo que solo leía hombres, en la adolescencia había leído todos los grandes escritores de iniciación: Hesse, Kafka, Camus, Vargas Llosa, Cortázar, etc. hasta que de forma inconsciente elegí a Gabriela Mistral para un trabajo final. Ahí redescubrí a la Mistral, me di cuenta que era mucho más que la profesora de las rondas que nos enseñaban en el colegio. Ese poema en verdad me conectó con un energía femenina muy poderosa, y también con una melancolía muy femenina. Hasta el día de hoy lo leo y me sorprende, es mi favorito.”.
¿De qué trata?
El poema en este caso para mí habla de la mujer, de la madre, de volver al vientre materno, de la contención, de las ganas de esconderse del mundo, de ese oleaje emocional que somos las mujeres, entre muchas otras cosas
¿Qué aspectos de esta obra han sido significativos para ti?
La poesía de la Mistral quizás fue la que me abrió la puerta de otras grandes poetas mujeres que admiro; Sylvia Plath, Emily Dickinson, y a chilenas como Teresa Wilms Montt, Violeta Parra, Cecilia Vicuña, Stela Díaz Varín…
¿Por qué deberían leerlo otras mujeres?
Creo que todas las mujeres debiéramos leernos unas a otras. Todas. Siento que la historia de las mujeres es una historia sobre la sombra, sobre lo no dicho, y que leernos es como abrir ese secreto que ha estado callado durante demasiado tiempo; nuestra propia mirada y experimentación sobre las cosas y el mundo.
