por Lala
En pocas cosas queda más claro el progreso personal que en un deporte. Sobre todo cuando corres o trotas, porque es medible con mucha facilidad: menos tiempo, más distancia, etc. Ser conscientes de que gracias a cada entrenamiento, cada kilómetro, tu cuerpo se va adaptando y mejorando, motiva aún más a perseverar.
Este fin de semana salí a cumplir con una de las tareas del Club de Trote de la Fábrica Zancada y, para mi sorpresa, me sentí súper cómoda y bajé mi tiempo. Ir de a poco ayuda mucho, sobre todo porque en muchos casos las lesiones aparecen cuando no nos damos el tiempo suficiente para que el cuerpo se acostumbre y adapte.
La satisfacción de progresar es absoluta, más aún cuando pensamos que algo es difícil o que no podemos, y de repente pasa que no era tan terrible, sino que muy alcanzable. Quizás hay mucho potencial para distintas cosas entre quienes están leyendo, sin importar si es un deporte, un instrumento musical u otra actividad. El principio puede ser un desastre, pero eso no significa nada. Lo importante es animarse y seguir porque, además, nada será peor que ese primer intento.
Es tan cierto! Yo llevo tres semanas en el gym (jamás había ido), y me sorprendo en cada sesión lo que he avanzado, uno lo nota en cosas que antes no podías hacer, o en el hecho de que tu cuerpo se va sintiendo mejor.