Por Gracia de Dios

Por qué es necesario ver la película “Por Gracia de Dios”

Por Gracia de Dios es una historia que es necesario contar y escuchar que se relaciona de manera profunda con los casos de abuso vividos en nuestro propio país. El filme relata el nacimiento de la asociación La Parole Libérée en 2015, creada por los sobrevivientes de Preynat, que fueron abusados en su infancia cuando participaban en grupos Scout de la parroquia Sainte-Foy-lès-Lyon.
Por Gracia de DiosPor Camila

Por Gracia de Dios es una historia que es necesario contar y escuchar que se relaciona de manera profunda con lo vivido en nuestro propio país.

Hace dos semanas, más o menos, se estrenó en Chile la película francesa “Por Gracia de Dios”. El filme de Ozon narra en 137 dramáticos minutos, la búsqueda de justicia de un grupo de víctimas de abuso sexual por parte de un cura de la iglesia católica.

La película está basada en hechos reales, ocurrido entre los años 70 y 90 por parte de Bernard Preynat, un sacerdote que trabajaba directamente con Boy Scout en una parroquia en Francia. Los niños no solo lo ayudaban en la misa y el coro, sino que también se iban de campamento con él. Ahí ocurría la peor parte de los abusos.

El saber esto ya es dramático y angustiaste para el espectador. Pero ver las repercusiones a lo largo de toda la vida lo es aún más. Estos niños se vuelven adultos, algunos forman familia y tienen trabajos estables, otros andan deambulando por un lado y otro sin lograr establecerse ni emocional ni laboralmente. Y así, sus destinos se vuelven a cruzar porque uno de ellos se atreve a enfrentar sus peores miedos y llegar hasta donde sea necesario porque se haga justicia y, lo más importante, por que esto no vuelva a suceder.

El caso llegó a la justicia el 2015, después de que uno de los sobrevivientes intentara por todos los medios oficiales de la iglesia, que sacaran del estado sacerdotal al abusador. Y si no se lograba, que por lo menos se comprometieran a que no siguiera trabajando con niños. Aún cuando el cura reconocía haber cometido los abusos y tener una “enfermedad”, las autoridades nunca hicieron nada.

Sí, algo que nos suena muy conocido.

A pesar de que esto ocurrió en Francia, es imposible no sentirnos conectados o familiarizados con la historia que presenta Por Gracia de Dios. Chile ha sido uno de los países que ha marcado la pauta en cuanto a la búsqueda de justicia por parte de sobrevivientes de abuso eclesial. Basta pensar en casos que nos han estremecido hasta lo más profundo como el de los maristas, los ocurridos en la iglesia de Karadima, los de los jesuitas y muchos más. Podríamos hacer una gran lista.

No estamos ajenos a esta realidad y por eso es importante ver esta película. Porque aunque no lo crean, aún hay personas que no comprenden cosas como por ejemplo el que una víctima se demore 30 o 40 años en denunciar; o piensan que no es necesario remover cosas del pasado; o que esto es un ataque a la iglesia; o que en realidad lo que buscan es plata y cuántas otras barbaridades que hieren tan profundo.

Ozon logra incluir muchos elementos en esta película, de manera inteligente, sutil y respetando siempre la dignidad de los sobrevivientes. Desde el proceso privado de quien asume haber sido víctima, la repercusión en su vida familiar y laboral, la decisión de querer buscar justicia y volverse activista, la fe personal y cómo va mutando, entre tantas otras cosas.

Y uno de los dramas que, en lo personal me generó escalofríos, es la relación con los padres. Ningún padre quiere que su hijo sufra una situación como esta y ninguno está preparado para algo así.

¿Qué pasa después de esto? ¿Cuál es la responsabilidad de los padres? ¿Cómo se sana esa herida y esa relación? Ozon muestra más de una actitud. Hay muchos temas que podrían analizarse sobre esta cinta de largo aliento, un drama que está más cerca de lo que nos parece.

El protagonista, que recurre a todos los medios oficiales de la iglesia para realizar su denuncia y buscar sanciones, se da cuenta que su caso no llegará a ninguna parte y decide ir a la justicia aún cuando su caso ya estaba prescrito.

Gracias a esta decisión empiezan a hacerse público nuevos casos y se unen a él François y Emmanuel, quiénes expondrán los abusos sistemáticos a los que fueron sometidos más de 70 niños y las técnicas de la iglesia para ocultarlos.

Una película de 137 minutos que narra más que los casos de abuso y encubrimiento cometidos en Francia. Que logra profundizar en las secuelas psicológicas, físicas y sociales de estos niños abusados, su proceso de entenderse como víctima, decidir denunciar y convertirse en activistas.

Que también indaga en la decisión de quienes prefieren no denunciar y en el efecto del que sí lo hace, a pesar de todo lo que implica en términos familiares, laborales y sociales.

Así mismo, logra graficar el drama del abusador, que desde un inicio ha argumentado estar enfermo y que sus autoridades siempre habían tenido conocimiento de estos casos.

Para Ozon, explorar estas contradicciones fueron su principal foco de atención a la hora de filmar. “Lo fascinante y vertiginoso de este caso es que todo está claramente establecido. Los hechos están ahí pero nadie actúa para ponerles fin, lo que hace que la injusticia sea aún más extrema e incomprensible.”

Reconocida este año en el Festival de Cine de Berlín con el Gran Premio del Jurado, Por Gracia de Dios es la cinta más reciente del François Ozon (“El Amante Doble”, “Frantz”).

El cineasta galo tuvo que enfrentar a la justicia a inicio de este año, cuando la defensa de Preynat solicitó que se aplazara su estreno hasta el final del juicio a fin de 2019. Ozon logra contar la historia del nacimiento de la asociación La Parole Libérée en 2015.

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