por lucy
La semana pasada se votó internamente y ayer, en un acto en Plaza Italia, Revolución Democrática y otros miembros del Frente Amplio celebraron y anunciaron a Beatriz Sánchez confirmada como precandidata presidencial.
Cada vez me gusta más la idea. Me gusta porque estoy de acuerdo con todo lo que dice -entre muchas otras cosas, al fin una candidata dice que apoya el aborto libre, cosa que me hubiera encantado escucharle a Bachelet en los días en que tenía 80% de aprobación- y confío en su honestidad y lucidez.
Me gusta ver a los viejos grupos políticos al fin asustarse de verdad y que se den cuenta de que los movimientos ciudadanos sí pueden generar cambios, incluso estructurales; que vean que los Giorgio Jackson y Gabriel Boric no son unos niños jugando a ser políticos, sino que están ahí en serio, de forma responsable y a largo plazo.
Ver que ellos saben -más que yo, que me asusté en un principio con la idea- que es necesario tener un rostro reconocido y confiable para entrar en serio en una carrera presidencial, y que no es populismo si ese rostro está alineado con lo que piensa un movimiento completo, que en situaciones como las marchas No + AFP se ve que tiene un potencial mucho más grande de lo que es el Frente Amplio.
Me da miedo porque por primera vez en mi vida me siento con algo de poder frente a una elección presidencial; creo que las posibilidades de ganar pueden convertirse en algo real y no sólo en el gran logro que sería posicionar al Frente Amplio como una competencia verdadera contra la Nueva Mayoría y Chile Vamos; y si llegara a ganar, me da miedo porque por primera vez siento una responsabilidad -es decir, al fin me siento como ciudadana- en una elección presidencial. Para bien o para mal.
Ya sentí esto una vez, cuando en las parlamentarias voté por Giorgio Jackson; sé que una elección presidencial es algo mucho más grande, pero no estoy sola en esto -así como Beatriz Sánchez no está sola- y la experiencia con mi diputado ha sido aún mejor de lo que podría haber anticipado. Hasta ahora, sólo tengo razones para confiar.
También está la experiencia de Valparaiso. El alcalde nació de un movimiento ciudadano, aunque haya sido levantado por una agrupación política. Acá se hicieron elecciones primarias ciudadanas y en las urnas se ganó con amplia mayoría al duopolio. Está bien tener miedo, porque significa que algo va a cambiar.
Esperemos que esto signifique una mayor participación ciudadana.
A ella la admiro tremendamente, es muy inteligente, sus ideas y creenciss coinciden con las mias. Y lo más importe le creo.
Creo que ella está ahí por un llamado público, al servicio, no por poder.
Excelente Beatriz Sánchez!!! tiene mi voto seguro, una capa.
Y el mío, me gustó mucho escucharla