A propósito de la crisis en Siria

por Lala

La imagen del pequeño niño sirio muerto en una playa dio la vuelta al mundo y es terrible. A pesar de que no quería verla estaba ahí en la televisión, en los diarios, en facebook, en twitter. Faltó nada más que me la mandaran por whatsapp. No quería verla porque cuando alguien me dice que un niño murió tratando de llegar a una costa – a esta altura, cualquiera – escapando de la guerra, entiendo qué es lo que quieren decir. Pero bueno, esa imagen y el debate posterior me hicieron reflexionar sobre varias cosas. La primera, es que en general somos muy hipócritas. No faltaron los que de inmediato pidieron que el gobierno hiciera algo al respecto, que recibiéramos a algunas familias sirias y les diéramos la posibilidad de iniciar una nueva vida en este lado del mundo.

Y me parece una idea genial. No piensen que estoy a favor de cerrar nuestras fronteras, por el contrario. Lo que me molestó es esa tranquilidad para decir: ok, que vengan y, sin embargo, despreciar a los peruanos, bolivianos, colombianos, haitianos y dominicanos que han llegado a Chile quizás no escapando de guerras, pero sí buscando una vida mejor. ¿Quién es uno para juzgar las razones que motivan a alguien a dejar su hogar, su familia, sus lazos y afectos, para intentar empezar de cero en otro país donde, a veces, ni siquiera hablan el mismo idioma?

Después, cuando el gobierno decidió finalmente iniciar un plan para que vengan a Chile cerca de 100 familias sirias, no faltaron los que dijeron que era mejor que no porque Al Qaeda, Isis… yo me pregunto, ¿es en serio?, ¿será exceso de televisión? A mí lo que me preocupa es otra cosa, son las condiciones de vida que le podremos brindar a esas familias sirias, cuando el Estado chileno no ha sido capaz de generar un plan migratorio como corresponde en contextos normales, menos en estos casos. Ya recordarán el ‘perdonazo’ de 2007 que se hizo para regularizar la situación de miles de personas, después de que vieran que la inmigración era real y que de ahí en más sólo podría aumentar. Y me preocupa sabiendo que hay chilenos que todavía viven en campamentos después de los terremotos/incendios/inundaciones. ¿Estamos realmente preparados? ¿Somos realmente capaces? ¿Haremos un bien o terminaremos como los sirios en Uruguay, donde sólo quieren irse porque nunca pudieron adaptarse? No lo sé.

Me parece excelente que podamos abrir las puertas de nuestro país a quienes quieran venir. La migración siempre enriquece a los países, la multiculturalidad nos hace muy bien, nos hace crecer, pero bien pensada. Ojalá esta sea una oportunidad para hacer las cosas bien, enmendar los errores del pasado y darnos cuenta de que la migración –sea por las razones que sea– es real y que quienes vienen a Chile merecen una vida buena.

2 Comments

  1. medida populista para quedar bien…. cada vez que se han recibido refugiados la cosa ha terminado en fiasco. nuestro pais no tiene condiciones dignas para gente que necesita partir de cero… si para un chileno ya es duro surgir (educacion carisima, cultura del pituto, dificultad para acceder al credito, trabas para emprender sin capital previo). Hay un documental sobre los refugiados de la ex yugoslavia que una vez finalizado el periodo de “induccion” y la luna de miel con su llegada a Chile se dan cuenta que aqui no hay condiciones ni oportunidades. ¿de verdad quieren traerl nuevos refugiados para vivir eso?

Comments are closed.