Lee online Te amaba y me chingaste – una historia de amor que se acompaña con tacos, garnachas y canciones de Juan Gabriel
Nora de la Cruz es una escritora y editora mexicana. Fue colaboradora en la Antología Bidi Bidi Bom Bom, una colección de escritos que tienen como hilo común la figura de la cantante Selena Quintanilla. Su amor por la música y cultura popular se refleja en su novela Te amaba y me chingaste, que transcurre entre la gastronomía callejera de México, la cultura urbana y las costumbres de la vieja aristocracia rusa.
Según Nora de la Cruz, durante muchos años las mujeres escritoras han abordado y construido narrativas y personajes con una estética que les resulta ajena para ser “validadas” por el cánon literario principal, regido por el género masculino. Con este presentimiento muchas escritoras mujeres han escrito sobre ciertos temas que creen que tienen una mayor posibilidad de ser validados por los hombres. “Muchas veces señalan a una mujer como buena escritora porque aborda temas socialmente masculinos; pero si alguien escribe sobre sus vivencias como mujer, continúa sufriendo violencia de parte de los lectores hombres. ¿Será que ya se nos lee con seriedad si somos mujeres sumisas ante los criterios de validación?” afirma de la Cruz. Y así fue como la autora mexiquense decidió escribir una historia de amor subvirtiendo los códigos convencionales del género y añadiendo una buena dosis de humor, música pop y comida callejera.
Te amaba y me chingaste es una historia de amor que empieza, como sucede a menudo, por accidente. Fosca María es una institutriz de música, dueña de un gato llamado Cucurucho y una buhardilla miserable a orillas de la ciudad; Tito Lucio es un marimbero fiestero y jugador. Nora de la Cruz desmonta con humor el mito del amor romántico. Se trata de un relato irónico y muy divertido en el que se cuestiona el rol social de las mujeres y reflexiona sobre el estereotipo de la mujer enamorada del príncipe azul que forzosamente tiene un final feliz. En medio de un caos urbano, los personajes excéntricos de esta novela nos recuerdan con humor que, sin importar cuánto caso le hayamos hecho a los consejos de Ovidio, todos hemos amado y, sí… a todos nos han chingado alguna vez.