“Ñocha Malen” es el nombre del libro, frase que significa mujeres de ñocha y también da nombre a una comunidad de artesanas de la zona de Huentelolén, un caserío entre Cañete y Tirúa, a la orilla del lago Lanalhue, la llamada zona roja del conflicto indígena.
Ella sí, y a mi me encanta ser testigo de sus movimientos, de escucharla decir: quiero esto… y ver cómo lo logra y lo supera porque la Nori es así, exagerada y gigante. El libro es un corazón abierto. Hay momentos conmovedores, chistosos, cachondos, para disfrutar de la A a la Z.
“Me pasé al menos diez años de mi vida así: bajando y subiendo de peso, agrediéndome de manera constante en un círculo sin salida y dándole a la talla de los jeans el poder de controlar mi estado de ánimo, mi voluntad, mi relación con el resto y, principalmente, conmigo misma”, confiesa en un texto inicial
Leí el libro y vi la película hace muchos años, y recuerdo haber gozado con el humor y el ímpetu de los personajes de la historia, en tiempos en que la rigidez inglesa regía la vida social.
Me tiro con los clásicos? Pero son un poco densos. ¿Leo literatura escrita originariamente en lengua hispana, para poder leerla de primera fuente? Pero me estoy perdiendo la mayoría de los autores del mundo. ¿Leo a los contemporáneos norteamericanos porque, en el fondo, soy una snob?
Ahora la Nori hizo un libro, lo escribió y lo dibujó, y el próximo mes, tendré el lujo de ser una de sus presentadoras. Su editora, la escritora María Paz Rodríguez de Neón Ediciones, vio un potencial que ni ella misma había descubierto, por lo que estamos próxim@s a descubrir que en verdad, es capaz de esto y mucho más.
No se necesita tener habilidades en el área de la redacción, sino afinidad con las letras y muchas ganas de sorprenderse con las capacidades individuales. Tampoco importa el sexo o edad.
Harari afirma que llegará el día en que viviremos tiquitaca hasta los 500 años. Y de ahí se pregunta, por ejemplo, cómo serán entonces las relaciones con los hijos con quienes tendremos un recuerdo distante de cuando eran niños y dependían de nosotros. Y ni hablar de la pareja para toda la vida, de la monogamia.