por Ximena Torres Cautivo
Connie Achurra es la hija de un antiguo galán de teleseries, fue jurado del programa “Rojo” de TVN y en poco tiempo se instaló, gracias a una muy buena gestión de contenidos en redes sociales, en el mundo de la decoración como la reina de la adaptación criolla del estilo shabby chic, con muebles de colores, cómodas y veladores pintados con flores, puntos y rayas, y en el de la gastronomía como una cocinera de preparaciones simples aunque coloridas y bien adornadas, muchas de ellas dulces pero sin azúcar, promoviendo una alimentación saludable.
Ahora Connie publica su primer recetario que se llama simplemente “Cocina Sana y Feliz”. La foto de la portada del libro, del sello Grijalbo, donde se le ve bowl en una mano y carrito de la feria en la otra, refleja su gusto por ese estilo, que se define como una mezcla entre viejo y moderno -shabby significa desgastado, desaliñado y chic ya sabemos-, y tiene su origen en la decoración de las grandes casas de campo inglesas. Los cuadros naif en la pared, los muebles con estampados de flores, el delantal de cocina amarrado a la cintura que usa Connie, la vajilla con lunares, sus dos hijas cada una con su perro, toda esa estética femenina, colorida y casera complementan en una encantadora foto el título.
Ahora, no siempre todo fue feliz en la cocina de Connie, y esa es la primera confesión que hace la autora/cocinera/decoradora en el prólogo de su libro: “Durante mi adolescencia y hasta aproximadamente los 25 años tuve problemas alimenticios severos. Entre ellos varios episodios de bulimia. En esa época me alimenté de productos light, procesados, comidas con calorías vacías, bebidas gaseosas. Si de algo me preocupaba, era de revisar siempre la cantidad de calorías. No me importaba si eran tóxicas para mi organismo o si me estaban haciendo daño; lo único que quería era estar flaca”.
Es una dura y sincera confesión, la de Connie. “Me pasé al menos diez años de mi vida así: bajando y subiendo de peso, agrediéndome de manera constante en un círculo sin salida y dándole a la talla de los jeans el poder de controlar mi estado de ánimo, mi voluntad, mi relación con el resto y, principalmente, conmigo misma”, confiesa en un texto inicial, que puede ser de gran utilidad para muchas.
Afortunadamente, su historia tiene un final feliz. Sano y feliz, como sus recetas.
Fueron Julieta y Luciana, sus hijas, quienes la sacaron de la locura de las dietas insanas y la llevaron por el camino de la cocina consciente, donde la clave principal es prescindir del azúcar. De la adicción por ella. Y de las bebidas gaseosas, donde, a mi juicio, radica parte importante de la epidemia de obesidad infantil que padece Chile hoy.
Sus preparaciones son todas vegetarianas, pero no es estricta en ellas. Incluso recomienda añadirles carne de pescado y de aves de granja si se quiere. Sé que su recetario, así como sus recetas on line, están siendo un éxito. Hubo filas de entusiastas en la Feria del Libro de Santiago, esperando para que les autografiara el libro. Y, aunque yo no tengo nada de vegetariana y prefiero otro tipo de comida -sana pero con carne, más bien salada que dulce-, aplaudo sus cocina, que es consecuencia del sufrimiento personal. Y hoy, la manifestación degustable de su salud y felicidad actuales.
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Pucha, esperaba más un review del libro de cocina en si, de las recetas, del formato o de cómo están escritas (fáciles de entender o de cocinar, buenos resultados, ingredientes exactos, etc…) o de las imágenes que tiene, más que una reseña de la vida de la Connie… Sin desmerecer todos los procesos que formaron a la seca y linda persona que hoy es! <3 …
Saludos y buen viernes!