Andrea Amosson

Entrevista a Andrea Amosson, autora de La pasión de las mujeres Milet

"La Pasión de las Mujeres Milet" es el nombre del nuevo libro de Andrea Amosson, una novela histórica que que se concentra en el papel de las mujeres en la sociedad chilena a principios del siglo XX

Entrevista a Andrea Amosson, autora de La pasión de las mujeres Milet 1Por @patyleiva
“La Pasión de las Mujeres Milet” es el nombre del nuevo libro de Andrea Amosson, una novela histórica que que se concentra en el papel de las mujeres en la sociedad chilena a principios del siglo XX y su forma de lidiar y combatir las tradiciones opresivas de su tiempo.

Le anteceden libros como “Las Mujeres de la Guerra” y “La Maestra Bernarda” que también cuentan con su característico estilo literario, que combina elementos de la novela romántica con una meticulosa investigación histórica que le permite establecer contextos y ubicarnos en un universo vívido y realista cuando la leemos.

Entrevistamos a la autora y conversamos sobre su enfoque y motivación y además de su interés en la emancipación y el empoderamiento de las mujeres como un poderoso motor inspirador.

¿Qué te inspiró a escribir novelas históricas sobre mujeres de otras épocas?

La nostalgia puede paralizar a una persona, o motivarla. En mi caso, yo resuelvo la nostalgia a través de la escritura y la investigación de nuestro pasado, porque al vivir fuera de Chile, el territorio propio -en el más amplio sentido- se va desfigurando.

Es un proceso natural, pierdes algo y ganas algo al ser extranjero e inmigrante, así es que para mí acceder a nuestra historia y conocer la forma de vida de las mujeres de antaño, me mantiene conectada a mi país.

¿Qué desafíos has enfrentado al retratar las experiencias y roles de las mujeres en ese periodo de tiempo?

Por la distancia, a veces es difícil encontrar la información correcta o precisa y debo cotejar fuentes. Para ciertos temas hay mucho material, mientras que para otros resulta más complejo. Y agregaría que cuando se trata de la vida de las mujeres, suele ser todavía más difícil.

No hay tantas voces claras, o demasiado registro de las mujeres en todo tiempo y espacio, así es que también mi trabajo implica completar esos silencios con deducciones que saco a partir de las lecturas y de comprender la mentalidad de la época que estoy investigando.

¿Tienes alguna favorita entre las mujeres Milet?

Emariè es una de mis favoritas, porque fue la primera que se me presentó en la imaginación. Así es que a partir de ella fueron surgiendo las demás, incluyendo a su gemela, Clara.

Con el paso del tiempo llegué a encariñarme mucho con Emariè, con su percepción de “incompleta” y con su búsqueda, en la novela, de las facetas que le hacían falta, que eran el amor propio y la aceptación plena de su ser, entre otros aspectos.

¿Te inspiraste en alguien en especial para dar vida a Olivia?

Mis personajes suelen ser una combinación creativa entre imágenes, sensaciones, personas de la vida real y lecturas.

Digo que se escribe desde la imaginación, la experiencia o la observación, así es que me resulta difícil apuntar qué característica exacta viene de dónde, pero sí creo que Olivia -y las demás mujeres de la novela- es el resultado de mis vivencias, de mis lecturas, de las distintas fuentes que utilizo cuando me estoy documentando para una novela.

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¿Cuál consideras que es la importancia de contar las historias de mujeres del siglo pasado en la actualidad?

Si no sabemos de dónde venimos, qué nos ha pasado, por qué las cosas funcionan de cierto modo, es muy difícil tomar decisiones de manera libre e informada.

Con el repaso de nuestra historia, creo que ofrezco la opción a las lectoras y los lectores, de obtener una comprensión más profunda de nuestro día a día, para elegir de manera más consciente.

Y no digo que mis opciones sean las correctas o las universales, sino que ojalá cada cual elija de la mejor y más informada manera posible. Estas intenciones mías trato de conjugarlas con una trama entretenida y una escritura fluida, porque sé lo cansadas que estamos y creo que se puede llegar al corazón de una persona de una manera más lúdica también.

¿Qué consejo le darías a las escritoras que están interesadas en explorar la historia de mujeres distintas a sus contextos de vida en sus propias obras?

Que se enfoquen en sus fortalezas como escritoras, así como en las fortalezas de las mujeres que están explorando y que desean retratar.

En la fortaleza de seguir un camino propio desde la escritura, el estilo de redacción, la creación de los personajes.

No aceptar un no por respuesta, porque de eso habrá y mucho y ser leales a sí mismas. Hay que perseverar porque la literatura no es un camino fácil, pero es un camino posible.

¿A qué te gustaba jugar de niña? ¿Qué te gustaba leer?

Tuve muchos amigos imaginarios de pequeña y prefería los juegos que inventaba por sobre los juegos con objetos o juguetes. Podía pasar horas dibujando y recortando los dibujos. También jugué mucho al aire libre, en pleno desierto de Atacama -en la oficina salitrera Pedro de Valdivia, que es donde crecí-, donde parecíamos inmunes al calor abrazador y podíamos pasar la tarde recorriendo las calles, jugando en las placitas que había, pidiendo agua en distintas casas.

De niña no leía mucho, aunque mi madre es una ávida lectora, así es que en cuanto mostré interés, ella se encargó de proveerme de obras literarias clásicas y contemporáneas de la mejor calidad.

¿Cuál es el mejor momento de la vida de tus libros desde el nacimiento de la idea original hasta la difusión del libro ya publicado?

Hay un goce solitario a la hora de crear los personajes, las historias, de ir conociendo las tramas, descubriendo las personalidades de cada una de las mujeres que habitan mis libros.

Y por supuesto que es una celebración colectiva cuando el libro es publicado y difundido, cuando las lectoras y los lectores me mandan sus mensajes de felicitaciones o agradecimientos, esas palabras de aliento me emocionan y me animan a continuar. También contar con una buena editorial, con un equipo que se la juega con todo por tu obra. Y como es mi afortunado caso, además contar con una editora fenomenal -Marcela Escobar, de Penguin Random House- que me conoce, me entiende y me deja desplegar alas literarias.

Y dicho sea de paso, la escritura es la máxima postergación de la recompensa, porque me toma uno o dos años para escribir una novela, un año más para que la editorial lo revise, lo programe, lo diseñe y lo publique y al menos medio año más hasta empezar a recibir los comentarios de las lectoras y lectores.

Así es que hay que tener mucha paciencia y mucha porfía también y disfrutar cada momento del proceso creativo.

“La pasión de las mujeres Milet” de Andrea Amosson es una publicación de Penguin Random House, sello Sudamericana.