El Apruebo triunfó

El Apruebo triunfó arrasando

Con un rotundo 78.27% el apruebo triunfó en el plebiscito por la creación de una nueva Constitución. Un importantísimo paso para la historia de Chile.

El Apruebo triunfóCon un rotundo 78.27% el apruebo triunfó en el plebiscito por la creación de una nueva Constitución. Un importantísimo paso para la historia de Chile. Aunque no sea directamente la solución a las demandas sociales, sienta las bases que regulan el funcionamiento del Estado, la relación de los poderes entre sí y con la ciudadanía.

Es importante tener una nueva Constitución porque la que nos rige hoy fue hecha en dictadura y con fuertes condiciones de amarre que hacen casi imposible hacerle cambios sustanciosos. ¿Cuántas veces no hemos escuchado que no se puede hacer una ley nueva porque “es inconstitucional”?

Fue muy emocionante ver el nivel de participación, la cantidad de gente joven que quizás votaba por primera vez en su vida (y para algo tan importante!) el orden y la organización para que todos pudieramos sufragar en paz, con cuidadas medidas sanitarias y mucha esperanza.

El resultado fue rotundo, el mensaje fue muy claro. No fueron los 30 pesos.

Gracias a todos los que estuvieron meses organizándose, a las chiquillas que se saltaron el primer torniquete, a los mutilados, a Gustavo, Fabiola, al cabro que lanzaron al Mapocho y las cientos de víctimas de las cuales jamás sabremos sus nombres.

¿Qué sigue ahora? Nuestra misión es informarnos, porque con el poder llega la responsabilidad, y ya vimos que el pueblo sí tiene voz y sí se hace escuchar.

Entonces tenemos que saber bien qué es lo que elegimos y por qué. Es muy poderoso tener educación civica y reivindicar la organización entre las personas, fuera de círculos de poder como los partidos políticos tradicionales.

Hasta ayer seguía habiendo confusiones entre convención mixta y convención constitucional, por dar un ejemplo. Tenemos que estar al tanto de todo porque todo nos afecta. Tras el triunfo del Apruebo tendremos derecho a decidir quién escribirá esa nueva Constitución. Esa es una oportunidad hermosa y también una responsabilidad inmensa.

Es momento de pensar, despejar la cabeza de viejas prácticas y cambiar paradigmas; de decir adiós a esos pensamientos chaqueteros que nos obligan a no soñar, a no alimentar ilusiones y a debilitar nuestras intenciones de hacer justicia. Ya vimos ayer que los sueños si se pueden cumplir.