Por Ximena Torres Cautivo
“Come, reza, ama”, de la estadounidense Elizabeth Gilbert, con la consecuente película protagonizada por Julia Roberts y sus seductores bellos, grandes y abundantes dientes, fue más que un libro un fenómeno cultural y social que inspiró a muchas mujeres a cambiar sus vidas.
El libro autobiográfico, que narra la salida de un doloroso divorcio y una depresión, en tres privilegiadas etapas –viajes por Italia, India e Indonesia–, hizo a Gilbert inmensamente popular y próspera, además de conocida por aplicar el optimismo y la creatividad a las malas rachas de la vida.
Con millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, la autora del libro que fue lanzado en 2006, tiene un par de obras anteriores y varias posteriores, incluida “Ciudad de Mujeres”, que es su más reciente novela.
En su sitio web, se promueve como “una historia deliciosa de glamour, sexo y aventuras sobre una joven mujer que descubre que no tienes que ser un buena chica para llegar a ser una buena persona”.
Ideal para poner la cabeza en remojo estas vacaciones, “Ciudad de Mujeres” de Elizabeth Gilbert tiene como protagonista a Vivian, una muchacha rica de 19 años, que no tiene ninguna afinidad con sus estirados padres a quienes acaba de desilusionar abandonando su cuica universidad de la Costa Este de Estados.
Corren los años 40, y Vivian es puesta en manos de su tía Peg, quien tiene un teatro de comedias en Nueva York, el decadente Lily Playhouse.
En la previa de la Segunda Guerra Mundial, Vivian, que es una excelente costurera autodidacta y una morena preciosa, se desvirga en manos de un ginecólogo casado y aficionado a pagar por sexo, hace amistad con promiscuas coristas del teatro, descubre que su tía es lesbiana y tiene una amante y finalmente después de manifestarse como una mujer carretera y promiscua sin remordimiento de conciencia, mete la pata mal, muy mal.
Nada de esto es spoiler de la trama, porque pasan muchísimas cosas más, que la tienen a una agarradísima al menos los primeros dos tercios de la historia. El tercio final cambia de tono y en alguna medida de cuento.
La novela está escrita como carta. Es Vivian quien se dirige a Ángela, un personaje que no aparece en el relato y que al final se descubre de quién se trata. La Guerra, sin duda, marca la trama y la divide en dos partes, lo mismo que el cierre del Lily Playhouse y la reconversión de Vivian en dueña en partes iguales de una boutique, L’Atelier, especializada en vestidos de novia, un verdadero contrasentido, ya que sus propietarias son solteras impenitentes y ninguna se casará nunca.
Quizás el personaje más entrañable de la historia sea esa la socia de Vivian, mucho más vital y clara en sus objetivos que su amiga.
Femenina, feminista, bien ambientada, con reflexiones profundas dentro de su liviandad y personajes femeninos muy bien logrados, salvo la protagonista que tiene algo inconsistente, “Ciudad de Mujeres” está ideal para llevarla junto con al bronceador en el bolso de playa. Y en una de esas para volver a ver “Come, reza ama”, que está disponible en Netflix.