POR R.
La organización es clave cuando eres tu propio jefe y, aunque parte de los beneficios de trabajar en casa sea precisamente la flexibilidad de tus tiempos, no puedes dejarte llevar sin disciplina porque indudablemente terminas trabajando de más o de menos. Acá algunos consejos para trabajar desde la casa que hemos aprendido sobre la marcha:
– Respeta horarios: Lo más difícil es luchar, por ejemplo, contra los desayunos alargados, o, peor aún, el flagelo de ponerse a hacer las cosas de la casa y darse cuenta de que te llegaron las 12 del día y sigues dándote vueltas entre los dormitorios y la cocina. Porque, ¿cuándo se acaban las labores de la casa? ¡Nunca! Uno podría siempre mejorar, aprovechar de lavar y secar, preparar desde temprano el almuerzo, etc, por eso es importante hacerse un horario real y respetarlo, aunque seamos sólo nosotras quienes los fiscalicemos.
– Bloquea días. No trabajes los fines de semana, si es posible, ambos días, para que después el cansancio no te pase la cuenta. Organiza la semana por tipo de actividad, por ejemplo, los lunes no programes reuniones temprano porque te quitarán el preciado momento de organizar la semana; los viernes en la tarde trata de coordinar todos los asuntos para la mañana y evitar la congestión –y falta de concentración– del mundo en la tarde.
– Haz respetar tus horarios. Deja bien claro a tus contactos y amigos que trabajas desde la casa, y que eso no es sinónimo de que: no trabajes, ni que siempre estés disponible ni que haces las cosas cuando quieres. Tu tiempo de trabajo debe ser tan respetado como el de los marcan tarjeta, pero si no partes por creértela tú, nadie más lo hará.
– Haz pausas. Detente a media mañana para moverte y comer algo. Es mucho mejor que estar picoteando varias veces (recordemos que la cocina está cerca y puede ser una gran tentación). Trata de tener un café o té ricos para que funcionen un poco como premio, ayuda para la concentración y motivación para seguir trabajando. Estar sentada mucho rato no es bueno para la circulación ni la espalda, por que una pequeña rutina de elongación te vendría muy bien.
– Tómate el tiempo. Como lo hemos dicho antes, somos fans del sistema Pomodoro, que toma el tiempo cada 25 minutos (o 10, o 15, según el ritmo de tus tareas) y eso te permite tomar conciencia del tiempo real que te tomó cumplir con algo y te ayuda a no quedarte pegada en algo que se puede hacer en un bloque de comodoro en lugar de 3. Recuerda también que es muy útil tomar el tiempo de las tareas lateras porque suelen ser más cortas de lo que pensabas.
– Destina un espacio para trabajar. No siempre contamos con el rincón perfecto destinado sólo para tí en la casa, a veces necesitamos ocupar espacios “convertibles”, quizás el comedor es tu escritorio hasta que llega la hora de almuerzo, o te gusta irte al exterior con tu bandeja/escritorio, o tal vez tienes la suerte de tener una pieza-oficina, de cualquier manera, es importante que tu “estación de trabajo” esté bien equipada, de manera que siempre tengas lo que necesitas cerca y no pierdas tiempo dándote vueltas. Si tienes que moverte, ten una cajita organizadora que puedas trasladar con todo lo necesario dentro (libreta, agenda, lápices, etc), aunque probablemente tu oficina hoy sea sólo tu computador personal y tu smartphone. Lo importante es que te sientas cómoda, que tengas una buena silla y que no te tientes con la cama.
– No te encierres. es fácil ponerse medio ermitaña cuando una trabaja sola y no debe rendir cuentas a nadie, pero también puede ser un ritmo un poco solitario si no te propones expresamente, relacionarte con los demás. No elimines tu vida social y no dejes que pasen dos semanas sin que hayas destinado un almuerzo o un café con tus amigas.
– Ocupa WhatsApp en el computador. WhatsApp Web es una buena alternativa siempre que no te entusiasmes demasiado conversando en horas de pega (es una gran tentación), pero de todas maneras desconcentra menos que mirarlo desde el celular. Para algunas sí, he sabido que no funciona, prefieren tenerlo solo en el teléfono y simplemente no mirarlo para no desconcentrarse, pero al menos yo, lo uso también para trabajar, por lo que no puedo pasar horas sin hacerlo.
– Visualiza tu semana. O tu mes, ocupa un calendario o un planner análogo o digital, algo que te permita proyectar lo más posible el futuro próximo. Es mejor ir cambiando planes que no tener ninguno.
– Dedica un espcio del día a tu crecimiento personal. Puede ser ejercicio, puede ser meterte a un taller a aprender sobre plantas, manualidades, idiomas, escritura… Lo importante es que logres sacar tu cabeza de tus concentraciones diarias y ejercites tu creatividad, eso no debe parar nunca!
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