Por @millakempj
Después de su exitoso paso por el Festival Internacional de Cine de Rotterdam, Innsbrück en Austria y la Competencia Internacional de BAFICI en Buenos Aires, “Las Demás”, el debut de Alexandra Hyland llega a salas chilenas.
“¿Cuál es el público objetivo de esta película?” le pregunté a una amiga cuando nos encontramos afuera del teatro después de verla. “Las demás” me respondió.
Las Demás es una bomba de color y humor Gen Z en un mundo hostil. Ese mundo hostil es el país en que nos tocó nacer, Chile.
Desde 2017, la interrupción del embarazo es legal en tres causales; peligro para la vida de la mujer, inviabilidad fetal de carácter letal y embarazo por violación. El aborto libre, es decir, permitido a petición de la mujer, con o sin límite de gestación, aún no es una realidad. Es más, según el Artículo 344 del Código Penal, “la mujer que, fuera de los casos permitidos por la ley, causare su aborto o consintiere que que otra persona se lo cause, será castigada con presidio menor en su grado máximo”.
Rafaela (Nicole Sazo) queda embarazada en ese Chile. Junto a Gabi (Alicia Rodríguez), su mejor amiga, se enfrentará a múltiples adversidades para finalmente lograr abortar de forma ilegal.
En su poco menos de una hora y media de duración, Las Demás se mueve en los extremos de la emoción. Un minuto me encuentro a mí misma inmersa en un carrete en casa mientras de fondo suena Tomasa del Real, al siguiente siento la angustia y la impaciencia de estar sentada en un consultorio de mala muerte.
Con eso en mente, también es una película liviana. El humor se vuelve una herramienta imprescindible para levantar la nube negra que hay encima de la historia. Un chiste por aquí, un chiste por acá. La risa nos sorprende con cosas tan tontas como esta conversación:
— Oye, me dijeron que estai embarazada y que querís abortar ¿Es verdad?
— Sí.
— Heavy igual ¿o no?
Es tan sencillo verse a sí misma ocupando un asiento y sirviéndose una piscola dentro de esas fiestas. Al mismo tiempo, no diría con toda seguridad que esta es una historia con la que todas las mujeres chilenas van a empatizar. Querámoslo o no, todavía somos un país pacato. Por eso es importante que se sigan contando historias así.
Puedes ir al cine a ver Las Demás en las siguientes salas:
