Los maravillosos brebajes mexicanos

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por Mariana y punto

El año pasado tuve la suerte de ir de vacaciones a México, y había escuchado mucho sobre que la comida mexicana era la mejor del mundo, y que probarla me haría parecer la comida chilena comida como algo aburrido. Pero tengo que decir que lo que realmente me deslumbró fueron los brebajes mexicanos.

Defino deslumbrar como la felicidad de degustar y la desolación ante la imposibilidad de poder disfrutar de algo cuando sea que quiera. Aunque me trajera algo de mezcal y de chocolate, en algún momento se terminarán esas provisiones y mi vida tendrá un gran vacío, que sólo podré saciar volviendo a ese hermoso país, o tratando de encontrar y copiar lo que pueda desde Chile.

Chocolate caliente: siempre he amado el chocolate caliente, lo tomo todas las mañanas desde que tengo conciencia. Pero al salir a desayunar fuera, el chocolate caliente suele ser visto como un extra, mientras lo supuestamente normal es el café o el té. Pero en México (o al menos en Ciudad de México y Oaxaca) el chocolate caliente es tanto o más obvio que el café al momento de desayunar. Siempre lo ofrecían en los desayunos como brebaje principal, todos los que tomé tenían algún toque distinto de sabor (aunque la constante diría que es la presencia de canela), había instrumentos especiales para crear espuma (y a veces hasta le hacían dibujo a la espuma! Tal como sólo lo había visto en el café), y su consistencia era de leche, es decir perfecto para un desayuno contundente pero que te permita seguir funcionando. También lo sirven con agua en vez de leche, pero yo prefiero la leche, aunque sea descremada.

Mezcal: hasta hace poco sólo había escuchado del tequila, pero el año pasado descubrí a su primo hermano, otro destilado proveniente del ágave y que resultó ser maravilloso. No fue amor a primera vista, porque cuando lo probé me pareció muy fuerte, como tomar pisco solo. Pero después de probarlo en degustaciones descubrí lo sabroso que es, lo bien que le viene a casi todo (daiquiri con mezcal, mojito con mezcal, margarita con mezcal…), y la perfección que es tomarlo suavamente (nunca como shot!), alternarlo con tragos de cerveza o después de saborear un gajo de naranja con sal de gusano. Lo que me lleva al siguiente ítem.

Sal de gusano: Nunca me habría imaginado que algo con un nombre tan poco atractivo podría ser tan bueno. La sal de gusano es el gusano del maguey molido con sal y ají y es perfectamente sabroso y picosito como para acompañar la naranja para el mezcal y la cerveza michelada.

Café de olla: nunca me ha gustado el café, pero caí rendida ante el café de olla, que es una versión suave, aguada y con especias que a la vez enriquece la experiencia (se me ocurre compararlo con el té chai, y después aprendí que tiene mucho en común con la pureza de un café ristretto) y lo hace fácil de tomar. Además se sirve en unos preciosos jarritos.

Carajillo: esto parece que viene de España, pero lo probé en México (y lo ofrecían en todos lados). Se trata de café con licor de 43 y hielo, el trago ideal para tomar después de comer y antes de quedarte dormida. El licor de 43 es muy dulce, por lo que no hay ni que considerar endulzarlo más, y también me encantó pese a mi aversión por el café.

Agua de horchata: aparentemente es fácil de hacer, se trata de una leche que se hace con arroz, y es refrescante, dulce y contundente. Me la imagino perfecta para la once. Espero encontrar alguna receta por ahí.

Banderita: tequila (o mezcal), limón y sangrita. se toma un traguito de cada uno y se unen los sabores en la boca. A mí me gusta empezar con la sangrita, seguir con el mezcal y terminar con el limón, que a esas alturas pierde toda la acidez que me disgusta. Muy rico, y entretenido!

Paloma: me imagino a este trago como la piscola mexicana, porque es simplemente un combinado de tequila y limónsoda con hielo, y allá lo tomé toda la noche en una fiesta de matrimonio. Refrescante y engañador.

Clamato: cometí el error de pensar que las micheladas mexicanas eran más fomes de lo que creía, hasta que descubrí el clamato. Una mezcla de jugo de tomate, especias y caldo de almeja, que se sirve en un vaso grande como para mezclar con la cerveza, o bien en un vaso aparte para ir alternando los tragos. Es como mezclar un Bloody Mary con cerveza. Hermoso.

Fotos: @patyleiva y @carola.salas

4 Comments

  1. Te faltaron unas que otras bebidas mexicanas sabrosas como el pulque, champurrado, atole (el de nuez es mi favorito), bacanora, charanda, tepache, tejuino, colonche, el Pox, rompope… entre otros.
    Pero me alegra que hayan sido de tu agrado, México te vuelve a recibir con los brazos abiertos.

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