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Guía para sobrevivir la cuarentena practicando el hygge

El hygge es un concepto danés que no tiene una traducción exacta al español o a cualquier otro idioma. Es como un espacio o una experiencia de bienestar, acogedora, en el que te sientes a gusto, cómoda y tranquila. A continuación, una guía para aplicar el hygge en sus casas y hacer más llevadero el confinamiento.

hyggePor Sole Balduzzi
El hygge es un concepto danés que no tiene una traducción exacta al español o a cualquier otro idioma. Es como un espacio o una experiencia de bienestar, acogedora, en el que te sientes a gusto, cómoda y tranquila.

Si bien en estos momentos que atravesamos se hace difícil encontrar espacios de quietud y paz mental, la filosofía hygge te ayudará a descubrirlos. Y aunque pueda parecer extraño, hace mucho sentido aplicarla en esta cuarentena.

Resulta que la mayoría de los daneses afirma que el otoño es la mejor época del año para practicar el hygge, y el lugar preferido para hacerlo es en sus propias casas o en espacios interiores. No son necesarios los paisajes deslumbrantes y menos aún las extravagancias, el hygge se basa en disfrutar las cosas sencillas que tenemos a mano.

Según Meik Wiking, autor de “El pequeño libro del hygge: la filosofía danesa del bienestar”, el hygge generalmente es una actividad compartida entre dos o más personas, pero también lo pueden practicar quienes viven solos.

A continuación, les dejo una guía para aplicar el hygge en sus casas y hacer más llevadero el confinamiento:

1. Identifica un rincón acogedor. La idea es que te sientas cómoda y te puedas relajar. Puede ser un sillón del living o quizás tu pieza. También podría ser un espacio con ventana al que le llegue luz natural por las tardes. No se requiere necesariamente de un mueble: puedes tirar varios cojines en una esquina y listo. Ese rincón que elijas será tu espacio para olvidarte del mundo y practicar tu ritual.

2. Ilumina con unas cuantas velas, ¡con precaución, por supuesto! Los daneses están obsesionados con ello. Esa luz tenue es muy acogedora. También podrías usar una lámpara con una ampolleta de luz cálida.

3. Ten una planta o flores cerca. No podemos salir a la naturaleza, pero eso no significa que una parte de la naturaleza no nos pueda acompañar en casa.

4. Trae tu manta favorita. Si pasas frío, no es hygge. La idea es que sea un momento placentero y estés abrigada.

5. Prepara alguna bebida caliente. Volviendo al punto anterior, no queremos pasar frío. Algunas ideas son desde un rico café, chocolate caliente o una infusión de hierbas, a algo con un poco de malicia. En Dinamarca toman el glogg que es como un vino caliente aromático y especiado, similar a nuestro querido navegado. Así que, ¿qué estás esperando?

6. Regalonéate con algo dulce. Hygge y dieta no van de la mano. Por el contrario, en ese espacio está permitido “pecar” y darse un gustito, y si es hecho en casa, ¡mucho mejor! Ponte creativa y prepara queques, galletas, pan o calzones rotos. La idea es que también disfrutes el proceso de la cocina.

7. Retoma tu libro favorito. Siempre es reconfortante volver a leer algo que te haya gustado, que te traiga buenos recuerdos o que te deje con una buena sensación en el cuerpo. Si ya te lo sabes de memoria, busca otro libro de ese autor o autora que no hayas leído aún.

8. Envuelve tus pies en unos ricos calcetines de lana. Es muy simple, pero muy satisfactorio. Elige materiales nobles como lana de alpaca.

9. Pon algo de música. Busca el playlist que más te haga sentido para este espacio. La idea es que tú lo disfrutes.

10. Suelta la tecnología y desconéctate de las noticias. Este espacio es para ti y para que lo habites conscientemente. Infórmate lo suficiente; hacerlo en exceso atenta con nuestra tranquilidad mental. Dale un descanso a tu cabeza, y despégate de las pantallas un rato. Revisa el punto 7.

Foto Haley Powers, Unsplash