Hernán Contreras: “Hoy estoy en una búsqueda de qué es lo que me apasiona hacer”

Zancada.com pudo conversar con el popular actor que hace poco finalizó su paso por el programa “Aquí se baila”.
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Foto por Christian Lucero

Por Jocelyn Jara

Zancada.com pudo conversar en extenso con el popular actor Hernán Contreras, quien hace poco finalizó su paso por el programa “Aquí se baila”.

Sentado de manera muy relajada y con un buen libro, me esperaba en un café de Ñuñoa, el popular actor Hernán Contreras, quien inició su carrera en la televisión por allá por 2011, en la teleserie “Aquí mando yo”, donde interpretó a Cristián Grez.

Además de eso, ha actuado en otras icónicas teleseries como “Mamá mechona” (2014), “Veinteañero a los 40” (2016), en la exitosa “Pacto de sangre” (2019), “Yo soy Lorenzo” y su participación más reciente en “Amar profundo” de 2022.

Paralelamente ha hecho una carrera en la música con su banda Le Fruto y también ha incursionado en los podcasts con su proyecto “Ser Contreras”, en el radioteatro, y su destacado paso por “Aquí se baila”.

Con la simpatía que lo caracteriza, se tomó todo el tiempo del mundo para conversar sobre su trayectoria, los personajes que le ha tocado interpretar y sus proyectos paralelos.

¿Estudiar teatro fue tu primera opción?

No, de hecho estaba pensando en estudiar algo relacionado con Ciencias Políticas o Historia cuando estaba en el colegio, y por una ex polola llegué a la opción de Teatro y empecé a probar si es que me gustaba y tomé un par de talleres. Tuve la suerte de que mi papá me apoyara con esa idea, entonces tuve tiempo para pensar si es que quería estudiar Teatro. Y empecé a ver si en las escuelas en las que estaba postulando me iba bien, entonces por eso me decidí finalmente por Teatro, pero fue algo saliendo del colegio, no fue primera opción.

¿Tenías alguna escuela vista?

O sea, uno siempre quiere estudiar en la Católica o en la Chile, y fui a dar las pruebas, quedé en las dos, pero siempre fui malo para estudiar. No me entretenía estudiar, entonces mi puntaje de PSU fue muy bajo para entrar. Así que entré a estudiar al Duoc UC. Era la opción más económica y hablaban bien de la escuela. Igual hay un prejuicio con ese instituto, como que es una escuela que prepara actores para la tele, pero no es así. Con los años he visto que lo que tiene es que prepara actores y actrices todo terreno: para ir a trabajar en todas las áreas, ya sea en teatro o en empresas, o de todo.


¿Hubo algún actor nacional o internacional que te haya inspirado?

En la carrera fui conociendo más, porque mi referencia actoral eran las teleseries. Mentiría si digo que tenía conocimientos de teatro o de cine de calidad actoral. En la escuela uno va conociendo tipos de actores, te van enseñando y todo. Marlon Brando es como típico que uno lo ve como un referente actoral. Y con el tiempo uno va cachando otros actores que te van gustando. Me gusta mucho uno que se llama Christoph Waltz, que es el villano en “Bastardos sin gloria”.
Actores nacionales, la verdad no tengo referentes. Hay muchos actores buenos, pero ninguno que haya sido un referente.


¿Tenías algunas teleseries favoritas?

¡Sí, las de TVN! Como “Sucupira”, “Amores de mercado”, como de esa época, mediados de los 90, principios del 2000. También me gustó “Machos”. Teleseries icónicas. Me gustaban las teleseries y cuando entré a estudiar Teatro, era una de mis metas entrar a teleseries, por mucho que hay profesores que hablan mal del mundo de la tele. El profe de teatro estricto, como que miran en menos el trabajo que se hace en teleseries, no sé si será por un resentimiento o qué, pero hay mucho profesor y profesora de teatro que lo ven como algo superficial, banal. Yo siempre quise entrar en teleseries, y en algún momento se dio, y lo disfruté.

¿Cuál de todos tus roles en teleseries ha sido tu favorito y cuál te ha decepcionado, y por qué?
Favorito, creo que el de una teleserie que se llamaba “Pacto de sangre”, porque la teleserie era muy buena, la historia era buena, el equipo que se armó era muy bueno. Lo disfruté como proceso actoral y fue un desafío interpretar. Lo veo hoy en día y digo que podría haber hecho varias cosas mejor, pero era lo que me tocó, y siento que es el personaje que más disfruté.
Hay otros personajes que les tengo cariño, como el de una teleserie que se llamaba “Veinteañero a los 40”.

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Foto por Álvaro Soto

Y de las teleseries que la he pasado mal, hay una de un supermercado que se llamaba “Dos por uno”, porque era muy chico y me tocó hacer como de antagonista. La tele es un medio en el que tienes que destacar, hacerte notar y hacerte respetar y estar de igual a igual con los directores y productores, y no sentirte menos, y yo no lo entendía en ese tiempo y fue muy estresante el proceso.
Y otra experiencia que fue más o menos, fue la última teleserie que hice, “Amar profundo”, porque me cuesta integrarme a cómo funciona el medio de la tele, por lo mismo, que tienes que hacerte notar. Por lo general soy súper agradecido de las oportunidades de trabajo, entonces quería hacer mi pega bien y eso me fue generando un estrés, como de tener que probar que puedo actuar y todo eso. He tenido una inestabilidad laboral en las teleseries: a veces me han llamado, períodos de harta pega y períodos que no te llaman más, y uno tiene que probar que puede hacerlo bien.
Creo que es más por una cosa personal. En la última teleserie no lo pasé muy bien. Pero soy súper agradecido de en dónde me ha tocado trabajar y lo he pasado relativamente bien.

Tengo entendido que hubo una teleserie que iba a transmitir Canal 13 que quedó en pausa, en donde estabas tú, Rudolphy, Daniela Ramírez, ¿Qué pasó con esa teleserie?

Nadie sabe lo que pasó, quedó congelada. No sé si tiene que ver con una decisión de que el rating pueda llegar a ser muy bajo, o fue la temática, porque era bien cruda, una historia bien violenta, era un thriller policial y tenía varias cosas delicadas de tratar como el abuso. Entonces no sé si fue por algo editorial de Canal 13 o fue por decisión simplemente de rating que prefieren poner un producto del extranjero para no perder tanta plata. No sé, pero quedó congelada y ya van a ser dos años que se terminó y yo creo que no la van a dar. Quedó grabada completa, estuvimos grabando seis o siete meses. Y ya todo el elenco, la mayoría se fue a Mega, entonces no creo que la vayan a mostrar. Aparte que ya va avanzando y todos nosotros vamos cambiando, entonces va a ser extraño mostrarla ahora. Si en algún momento lo muestran, aunque sea a las una de la mañana, por último para que algunas personas la vean, bacán, pero creo que no lo van a hacer.

¿Y no les dieron ninguna excusa?

No, ninguna excusa, ni ninguna explicación. A los canales no les importa.

¿Y cómo era tu personaje?

No me acuerdo mucho, pero era un personaje más sensible, como que tenía todo un rollo en la historia de ser contenedor, muy observador. Como todo thriller, cualquiera puede ser culpable de la historia que ocurre, pero era un personaje no tan entretenido de hacer, pero interesante.

¿Has rechazado algún papel en alguna teleserie de lo que te hayas arrepentido?

Jajajá, no, la verdad es que nunca me han ofrecido tantos papeles como para regodearme y decir, “sabes que este personaje no me tinca”. No, lo único que me han llamado a hacer es un personaje que entra en la mitad de la teleserie o al final, pero he estado con otros proyectos. Me pasó ahora que estaba en el programa de baile, y que me llamaron para hacer un personaje que entraba al final, y yo como, “no, estoy en el programa de baile, y no puedo dejarlo botado para sumarme”.

¿Y qué teleserie era?

Me llamaron de una de Chilevisión que estaba terminando de grabarse, que se llama “Dime con quien andas”, y otra del Mega, que era “Generación 98”. Hay gente que le ha gustado, pero claro, yo tenía que responder al compromiso del programa de baile, entonces no podía dejar todo botado. Si me quieren esperar tres semanas para que termine de grabar el programa, bacán, y si no me quieren esperar, será po, busquen a otro, hay hartos actores disponibles.

¿Y sabes quién tomó ese papel?

No tengo idea la verdad, estoy un poco desconectado ya de lo que son las teleseries, porque genera mucha frustración el hecho de estar esperando a que te llamen, y creo que le pasa a muchos actores y actrices. Y si bien, fui uno de los afortunados de los que sí le han dado oportunidades, ya el estar en la espera, y que si te llaman tienes que ir corriendo, no, ya no. Hoy en día ya no veo teleseries, no cacho de qué se tratan. Sé que a la gente le siguen gustando las teleseries que se hacen, pero eso es todo lo que sé, no sé más.


¿Y si te llamaran de alguna ahora?

Sí, pero por una opción laboral, necesito trabajar. Entonces no me pondría regodeón, salvo que fuera un personaje que chocara mucho con mis principios, o que sea muy fome de hacer. Pero en este momento necesito trabajar, y lo que más me gusta es trabajar en algo que estudié. Entonces si me llaman, diría que sí.
Lo que pasa es que uno ya no proyecta esas pegas como oportunidades, como “ah, me van a llamar de un protagónico, eso significa que me van a seguir llamando de protagónico”, no, está súper inestable todo. Y pienso que en las teleseries hay una cierta cantidad de cupos que están ocupados, porque hay mucho actor y mucha actriz, y hay algunos consolidados.


Uno de tus personajes quizás más recordados es el de Francisco en “Yo soy Lorenzo”. Me pareció una actuación muy respetuosa con la comunidad homosexual, porque hace veinte años la representación de ellos era muy distinta.

Caricaturesca…

Sí, era muy estereotipada, incluso humorística, una especie de parodia. Entonces te quería preguntar, ¿qué significó ese papel para ti?

Había que hacerlo con respeto, porque era una historia de amor, entonces teníamos que centrarnos en normalizar esa relación, y que pasase a segundo plano el hecho de que eran dos hombres, sino que había una historia de amor. Igual cuando uno actúa trata de diferenciar dentro de lo que se puede, de uno como persona, entonces buscas ciertas características, ciertos gestos a través de lo que observas de ciertos amigos gays. Y tratamos de poner ciertas características en nuestras formas de hablar. Pero lo central era el amor, y eso también fue pega de, aparte de los guionistas, del director: si nosotros nos pasábamos en la caracterización, nos frenaba, “no se vayan tanto por ese lado, no busquen tanto desde lo externo, desde los gestos, centrémonos en la historia de amor”.


Y fue bonito por un lado, porque mucha gente se encantó con esa historia de amor. Mal por otro lado, porque habían comentarios muy homofóbicos y muchas veces la gente cree que ya no es tema el ser homosexual, piensan que es un tema superado, pero yo no lo creo.
Creo que si bien las teleseries entregan un espacio de entretención, es bacán que puedan entregar visibilización de esos temas. Entonces fue bonito hacerlo, fue una linda responsabilidad que, lamentablemente se cortó abruptamente por la pandemia, entonces no alcanzó a tener un fin como para mostrar la historia. Pero fue lindo hacer ese personaje, fue hecho con cuidado, no fue tomando bandera para hacerse vocero de una cosa que no me corresponde, sino que fue como normalizar esa historia de amor y que la gente lo viera en un horario familiar, y que por último se presentaran conversaciones con respecto al tema en la familia. O normalizar, yo creo que esa es la palabra importante, normalizar las relaciones de amor más que si es hombre con hombre o mujer con mujer. Así que fue lindo ese trabajo.

Al menos en las teleseries de Mega, en cada teleserie están incluyendo una pareja homosexual, ¿qué opinas de esto?

Es tratar de incluirlos a todos, no como un lavado de cabeza, como mucha gente paranoica piensa con que supuestamente hay una agenda con la que quieren controlarnos. No, es visibilizar que al final lo importante es la normalización de las historias de amor, que no haya morbo. Y en Netflix también pasa. Que llegue a un punto que no sea tema, sino que es parte de nuestra realidad, todos tenemos amigos y amigos que tienen relaciones gays, y está bien, es parte de, y para qué negarlo o taparlo, mejor normalizarlo. Que no tenga una connotación de que es hipersexual o que es cochino, porque es normal.


En ese sentido, ha pasado muchas veces en las teleseries sobre todo hace años atrás, que la gente se toma muy en serio la ficción. Una señora le mandó una corona de flores al Mercado Central por la muerte de Pelluco en “Amores de Mercado”.

¡Sí po, se encariñaron!

Mucha gente te ha preguntado en redes sociales si eres homosexual por este papel que hiciste, ¿qué te parece que la gente se tome muy en serio la ficción de las teleseries?

La gente se arma cuadros de las personas, sobre todo de gente que está en el espacio público. Viendo tu Instagram, si yo no pongo fotos con una polola o no pongo que estoy saliendo con mujeres, y más encima te ven en un personaje que tiene una relación homosexual, te preguntan si eres gay. La verdad no me lo tomo como algo malo.

La gente arma lo que quiere armar, y uno muestra lo que quiere mostrar en Instagram, entonces ya es rollo de las personas. Pero claro, cuando pasa a ser algo agresivo o violento, que por suerte no me ha pasado, o me ha pasado muy poco, ahí ya es una lata, y creo que hay compañeros o compañeras de profesión que sí les ha pasado, que la gente se va en mala. Yo creo que ahí es problema de esa persona de no entender que es una historia y que es pega interpretar personajes que no son uno. No sabría entender el fenómeno. Pero siento que hay mucha gente que se acompaña de las teleseries y que se creen lo que ven.

Sabemos que eres uno de los artistas más versátiles, yo diría que una especie de Mike Patton que hace muchas cosas y que tiene muchos proyectos paralelos, como la actuación, la música, el baile, el radioteatro, etc. ¿Cuál de todas estas actividades que realizas es la que disfrutas más actualmente?

Hoy estoy en una búsqueda de qué es lo que me apasiona hacer. El teatro se me presentó como lo que decidí estudiar y se me presentó trabajo con eso, y le tengo cariño, pero no sé si es lo que más me apasiona. Tengo una banda, lo encuentro entretenido, pero tampoco sé si es lo que más me apasiona hacer. Creo que lo que más me ha gustado hacer últimamente, pero que no he tenido tiempo de concretar nuevos capítulos, es un podcast que tengo, porque me gusta conversar, leer y aprender. Ese espacio de podcast está entretenido. Lo tengo en stand by y espero recuperarlo, y poder coordinar capítulos con gente. Creo que eso es lo que más me gusta en este momento.

Pero sí, me ha tocado hacer de todo. Gracias al teatro he llegado a varias cosas, como el baile. Eso me apasiona mucho. Cuando estuve metido en el programa lo pasé muy bien ahí, porque me lo tomé súper en serio, quería aprender, quería competir. Estaba compitiendo con bailarines profesionales, jamás les iba a ganar, pero quería presentar cosas buenas. Pero todo lo que hago lo trato de hacer de la mejor manera posible.

¿Y el radioteatro?

Estamos en el segundo ciclo. En el primer ciclo tuve más participación. Lorena Capetillo y Arantxa Bodenhofer son las creadoras de ese espacio con Duoc UC, y me invitaron al primer ciclo y en el segundo no pude estar mucho, pero hay algunos capítulos que se pueden escuchar y es interesante hacer eso. Aparte es teatro antiguo chileno, y volver a recuperar esos textos y actuarlos, es entretenido.

A propósito de tu participación en “Aquí se baila”, me llamó mucho la atención una de tus coreografías, en la que rendías homenaje a tu padre con la canción “My Way” de Frank Sinatra. ¿Cómo surgió la idea de crear esa coreografía?

Estábamos buscando canciones para hacer y se me ocurrió “My Way” de Frank Sinatra, porque mi papá siempre la cantaba en karaoke. Entonces pensé que era una canción para hacer una coreografía. Y estuvimos conversando con el coreógrafo que es Nicolás Donoso, y yo le comenté mi idea de cómo representar la enfermedad de mi papá, y él creó esta coreografía. Le di ideas o luces de lo que quería hacer, y él al final logró narrar el paso de la enfermedad: de enterarse que tienes cáncer, de no aceptarlo, que te va afectando, hasta que la gente muere, que es lo que pasó con mi papá, que finalmente falleció de cáncer.

Fue una unión de ideas que él logró plasmar súper bien en una coreografía de dos minutos, porque no tienes mucho tiempo para mostrar ese proceso. Con la bailarina Fran Zepeda interpretamos lo mejor posible esa historia: lograr transmitir el dolor que significa estar enfermo de cáncer. Yo creo que nunca podría entender, porque nunca he estado enfermo, pero a través de lo que pude ver y acompañar a mi papá en la enfermedad, tenía nociones desde la observación. Y creo que a mucha gente le llegó, cuando cacharon de qué se trataba, me escribió mucha gente, y eso es lindo. Y siento que con esa coreografía se pagó mi estadía en el programa, de llegar a la gente, y que muchos me escribieran: “mi papá falleció”, “mi mamá falleció”, “tengo un tío que está enfermo”, “yo estoy enfermo de cáncer y lo retrataste súper bien”. Y ese fue un trabajo muy lindo que hizo el coreógrafo, tirarme las flores a mí sería injusto.

Pero fue un trabajo en equipo, los tres, la bailarina, el coreógrafo y yo, logramos transmitir eso, y estuvo súper lindo. Es bacán que en espacios de una competencia de baile, que se entiende como superficial, pero que hay un tremendo esfuerzo detrás de todo los que participamos, que se logren transmitir emociones o reflexiones, o que uno tenga empatía con esas sensaciones de la gente es bacán, es súper lindo.

¿Qué tal la carga emocional de haber hecho esto, te alivió un poco, o te produjo más tristeza?

No tengo temas con la muerte de mi papá. Entiendo súper bien que es una enfermedad que ataca a mucha gente y lo pude acompañar, y despedir y pude hacer mi duelo. Siento que es un homenaje porque a él siempre le gustaba cantar y actuar, y él estaba muy feliz de que yo decidiera ser actor. Tengo un hermano que estudió música y él también estaba muy feliz con eso.

Entonces fue doloroso hacer el proceso, porque mientras ensayaba me emocionaba mucho, y al momento de hablar en el programa y todo, pero curiosamente en el momento en que lo interpreté estaba más concentrado en hacer bien la coreografía y que se lograra transmitir lo que queríamos transmitir, y eso estuvo lindo, así que fue una bonita experiencia. No hubo como una herida abierta. En mi familia sí se generó conversación, como de “oh, qué fue lindo lo que hiciste”, aparte que la canción misma tiene una carga emocional para todos nosotros.

Pero son espacios bacanes que generan los trabajos relacionados con el arte, que despiertan sensaciones y emociones, y muchas veces en las teleseries o en proyectos de teatro que uno está, va pasando más como una pega, de ya, hagamos esta escena chistosa, hagamos esta escena más grave. Pero lo que se generó con la coreografía fue muy lindo porque hizo que mucha gente empatizara con el tema. Se retrató muy bien en la coreografía, el proceso desde que se entera el paciente, vive la enfermedad, no lo quiere aceptar y finalmente llega un punto en que tienen que soltar. La persona parte y queda uno con el dolor, los que quedamos acá. Pero hay que recordarlos de buenas maneras. El hecho de haber hecho un homenaje en un programa de televisión, que yo sé que si él me hubiese visto, y hubiese bailado esa canción, sin el contexto de la enfermedad porque a raíz de eso se dio, él hubiera estado chocho, de estar ahí viendo que era su canción, o verme bailando y disfrutando, lo veo de una bonita manera y lo trato de recordar así.

En la serie “La vida de nosotras” interpretaste a Martín Pradenas, ¿qué podrías contarme de esta experiencia, que es casi la única vez que has interpretado a un villano, y en este caso real, y que ha causado tanto revuelo en la opinión pública, ¿qué significó para ti interpretar ese papel?

Era delicado interpretar ese personaje. Hay que partir diciendo que la serie estaba muy centrada en las mujeres. Fue una serie que no fue tan extensa, y que trataba temas de mujeres que habían sido violentadas o abusadas. Y el equipo creador era mayoritariamente de mujeres. Entonces querían enfocarse en el lado femenino, por lo tanto, interpretar a Pradenas no fue un trabajo de profundización de personaje, en el sentido de que no era un trabajo biográfico. Yo aparecía como una representación de Pradenas, interpretando algunos audios y material que se presentó en el juicio. Y había que hacerlo con cuidado. Y se habló con la familia de la víctima, Antonia, y fue visado y supervisado, de “ok, hay un respeto en el trabajo que se va a hacer”. Eso era delicado: una historia real tan contingente y tan en boga era delicado tratarlo.

Pero la aparición de Martín Pradenas es sólo para mostrar de qué manera la violentó, no algo biográfico suyo, era más bien la historia de Antonia Barra. Entonces igual fue fuerte, había que hacerlo con una cierta delicadeza, teniendo cuidado de no revictimizar a la familia. Pero la importancia estaba principalmente en las mujeres, entonces no tuvo mucha incidencia que yo interpretara a Martín Pradenas o no, pasó a segundo plano. Era más centrarse en el sufrimiento de Antonia, que en lo malo que era Martín Pradenas. Fueron sólo algunas escenas para mostrar la violencia que ejerció en ella.

Y pasando ahora al tema de la ficción, ¿Te gustaría interpretar a un villano?

Una vez hice a un villano muy villano, pero en una serie que tampoco la apoyaron en Canal 13 que se llamaba “Helga y Flora”. Pero no sé, me pasa que con la actuación como está hoy en día y cómo está cambiando el mundo, estoy pasando por un período de reflexión y de análisis de si quiero seguir viviendo en la inestabilidad de la actuación o ver otras opciones de trabajo. Pero sí, siempre es entretenido interpretar a un malo, es divertido. Se esmeran en escribir los personajes del villano. El héroe por lo general sufre y logra su acometido, y sufre, sufre, y sufre, como para el viaje del héroe.

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Foto por Christian Lucero

Pero el villano es muy entretenido de interpretar y uno lo ve en los trabajos de compañeros y compañeras, y se dan vuelta, y planifican cómo hacer sufrir al héroe y a quienes lo rodean. Entonces siempre es entretenido trabajar villanos y sí me gustaría.

¿Qué villano te ha impactado de las teleseries chilenas?

Los de “Pacto de sangre” estaban buenos. El personaje de Trinidad estaba bueno, el personaje que interpretó Álvaro Espinoza, Benjamín, también era buen villano.

Y una última pregunta, ¿”Barbie” u “Oppenheimer”?

¡“Oppenheimer”! Sí, quiero verla. Me cuesta ir al cine porque me molesta estar en un espacio que me quedan chicos los asientos, y estar incómodo y todo, pero creo que la voy a tener que ir a ver al cine.

De las pocas críticas que han aparecido, no sé si la están tratando de ensalzar por la crisis del cine a nivel mundial, pero parece que está súper buena, y me gusta Christopher Nolan. Y sí po, “Oppenheimer”. Ninguna mala onda con “Barbie”, pero no me interesa, no representó algo de mi infancia, a pesar de que un tiempo jugué con muñecas con una vecina, como a relaciones de familia y pololeos, pero con muñecas, jajajá.

¿Y usabas a Ken o a Max Steel?

A Ken, jajajá. Max Steel después tuve uno, cuando era más viejo. Pero me refiero a que no por negarme a ver “Barbie” quiero ver la otra. Aunque las gente puede ir a ver las dos, pese a que son estilos completamente distintos. Pero si me preguntas escoger entre “Oppenheimer” o “Barbie”, “Oppenheimer”, la historia de la importancia del cambio que causó en el mundo Robert Oppenheimer, es digna de ver.