Eymacarena

Conversamos con EyMacarena sobre su nuevo EP, “Ausente”

Conversamos con EyMacarena justo antes del lanzamiento de su EP “Ausente”, que ya está disponible en todas las plataformas.

Eymacarena

Por @Quena

La de Macarena Lavín es una de esas caras que llevo años viendo entre el público de conciertos, tocatas, festivales como el In-Edit, y cualquier evento que tenga que ver con música. A veces nos saludábamos, a veces no, pero yo sabía perfectamente que teníamos muchos gustos en común, que era periodista musical, que pintaba, que hacía canciones y que grababa discos. 

La última vez que nos topamos parece que las dos andábamos menos tímidas y por primera vez cruzamos más de tres palabras. Ahí me contó que estaba trabajando con Natisú (la primera mujer en ganar el Pulsar a mejor productora musical), y que estaba a punto de sacar un nuevo EP bajo su nombre artístico EyMacarena, lo que me pareció la excusa perfecta para romper al fin el hielo y conversar un poco más con ella. 

Cuéntanos algo del proceso de composición y grabación de “Ausente”. Trabajaste en estas canciones en plena pandemia y post estallido. ¿Qué tanto de eso se metió en las canciones?

Escribí “Tener que volver” en 2018, un poco después de publicar mi segundo disco (“Me voy a imaginar que lo estoy pasando bien”), y “Costras” en 2019, pero esta tiene algo que se puede aplicar para los tiempos de la pandemia por la frase “tengo miedo” que se repite harto. Cuando la Natisú me mandó la primera mezcla me acuerdo de que justo habló un doctor de un hospital importante en que decía que tenía miedo por el aumento de casos de COVID, ¡y ya era abril del 2021! 

Las otras 3 fueron escritas durante la cuarentena. Una es “No tengo valor”, dedicada a una persona muy querida, Carlos Catalán, un gran intelectual y sociólogo, con quien pasé muchas navidades y cumpleaños. Nos encantaba conversar. Él murió en mayo del 2020 cuando no se podía ir a los funerales. Bien triste, porque él se merecía un funeral súper grande y bonito. Lo seguí con mucha pena por Zoom, como se hacía en esos días. 

Luego vino “Repetición” que es derechamente una canción sobre el encierro. Echar de menos, ver tele, bailar sola, etc. También da cuenta de problemas de convivencia cuando te dicen “acuérdate de hacer no sé qué cosa…” y empiezan los roces, o cuando se repiten mucho las historias. La misma guitarra tiene un riff que vuelve sobre los mismos acordes.

Por último, “Mucho más feliz que yo” la compuse poniendo un par de versos sobre el estallido, como arrancarse del guanaco y la cita “y no lo viste venir”. Aunque a la vez, también se trata de la frustración.

Tu primer disco tiene cierta actitud de “si no me quieres, tú te lo pierdes”; en el segundo dices literalmente “me voy a imaginar que lo estoy pasando bien”, pero ahora en este EP cambias el discurso y dices cosas como “me aburrí de decir que no me importa estar sola”. 

Claramente ha habido un cambio en tu forma de abordar temas como el desamor o la frustración. Se nota en las letras y también en el sonido de las canciones, que antes eran más alegres. ¿Sientes que antes eras efectivamente más inocente o es más como que al crecer fuiste dejando atrás una especie de cinismo o de pudor? ¿Te costó mostrarte vulnerable o fue más como “a la mierda con todo”?

Si bien siempre escribí canciones melancólicas, antes usaba acordes más alegres y le ponía más humor. Primero con el desamor y esa pica o rabia que sale al comienzo cuando te empiezas a tomar las cosas con un poco de distancia y una se empieza a reír de las situaciones. Antes pensaba que tenía que vivir un romance fallido para componer, y conversando con una amiga me hizo ver que no. 

La primera que salió de ahí fue “A bailar” que ya era más sobre una fiesta, lo mismo que “El bar”, que es del bar Loreto, donde el “otro” es más bien algo de fondo, y no lo principal. En “Me voy a imaginar que lo estoy pasando bien” empecé a describir más situaciones cotidianas y cómo yo me sentía al respecto. Era un periodo de individuación. El sonido igual se complejizó un poco porque lo grabé con la banda y el Alejandro “Perrosky” le puso guitarras, armonio y un instrumento que inventó cuando estaba en la escuela de música. 

Ahora para este EP seguí improvisando con acordes, ya no uso mucho los típicos, sino que voy jugando con la guitarra inventando riffs. Es mucho más triste y oscuro, por todo lo que hemos vivido con el estadillo, la pandemia y el último plebiscito. Si lo toco así a pura guitarra tal vez suena más punky, pero hay más notas menores, ¿cachai? 

La Natisú también le puso arreglos que pueden ser muy celestiales, pero también juguetones y más oscuros al mismo tiempo, y es parte de su estilo. En ese sentido yo me entregué a lo que ella quisiera hacer porque me gusta ene su música, es seca y por otro lado ella es fan mía y siempre le gustaron mis canciones. 

Lo que se mantiene es el sonido lo-fi, que no creo que se me vaya nunca. Me cuesta un poco mostrarme, en el primer disco y ahora, porque es intimidad al fin y al cabo. La gente me decía “oye, que sufriste por él”, y cosas así. 

Ahora estoy hablando de mis miedos, frustraciones, enojos; declaro cómo me siento, como el verso que citas, que está en la canción “Tener que volver”. Son ese tipo de cosas que cuesta reconocer, y más ante otro. Así que más que pensar “a la mierda todo” es como “ya, esto es lo que me sale, lo tengo que decir”.

En el sonido pasa lo mismo, el primer disco es más sesentero, rockabilly, medio country incluso. El segundo es más alternativo, más Velvet Underground, pero ahora te acercaste al estilo de solistas mujeres indie más actuales. ¿Qué música sonaba en tu casa cuando eras chica? ¿Hay algo de herencia en todo lo que te gusta y lo que sabes de música, o lo fuiste descubriendo sola?

Sí, por ahí va la cosa en los primeros dos discos: con folk y country. Luego se nota la herencia Velvet Underground que es como la base fundamental del indie rock y pop. En mi casa se escuchaba mucho los Beatles, Sui Generis, Fito Páez. Con mi papá oíamos Creedence o John Denver. Mi mamá era más de la onda del primer Bob Dylan, los Beatles (hasta Help!), Peter Paul and Mary. Yo a los 14 me metí mucho con MTV y el grunge, y me quedé pegadísima. Sobre todo con Nirvana, que es el único de esos grupos que realmente me gusta aún.

A comienzos de los 2000 empecé con The Strokes, White Stripes, The Walkmen, Franz Ferdinand, Velvet Underground y de repente llegué al soul (que es lo que más me gusta bailar) y a Belle and Sebastian. Ese fue el grupo que me llevó a otras bandas de ese estilo, como Camera Obscura y otros favoritos del pop escocés más antiguos, como The Vaselines y Orange Juice. Toda esta onda recién pudo plasmarse en el segundo disco. 

Escribiendo en Super45 y luego al producir el programa, cuando estaba en la radio Zero, empecé a escuchar más cantantes mujeres actuales indie pop, y rock alternativo como Courtney Barnett, Angel Olsen, Waxahatchie y Mitski. Y ahora, haciendo Calipso en super45.fm, escucho casi puras solistas mujeres indie, y sin duda todo eso se ha metido en este EP. Eso me encanta.

¿Te imaginaste cuando chica que un día estarías grabando discos? 

¡Era mi sueño! En 4to medio componía canciones en inglés con mi prima, pero nunca llegó a nada. O se cortaba la cuerda, o no teníamos amplificación, o estábamos muy ocupadas con el colegio. En la universidad toqué en vivo, pero puros covers y muy pocas veces. 

Crecer, especialmente en Chile y en los 90, como mujer con un interés por la música es bien solitario, a menos que en el colegio hayas tenido una banda o algo así. ¿Te costó mucho encontrar una comunidad que te ayudara a grabar, armar tocatas, mover gente o simplemente tener alguien con quien juntarte a tocar?

Me costó ene encontrar una comunidad musical. No fue hasta que empecé a trabajar en musicapopular.cl, a mediados de los 2000, que tuve mis primeras amigas y amigos de ese mundo y por fin pude bromear con cosas ñoñas relacionadas a la música jaja. Cuando caché que la María Perlita era un par de años mayor que yo y sacó un disco solista me di cuenta que yo, con mis 27 o 28 años, también podía componer y grabar.

Antes pensaba que si no la hacías a los 20 o 22, después era muy tarde. Ella me dio el impulso, aparte que Panc era un disco hermoso. Cuando estudiaba en Liverpool grabé demos dos veces, una vez con un compañero noruego y otra vez con alguien local antes de volver. Ya en 2012 sabía que quería grabar, había compuesto varias canciones. 

En 2014 empecé a tocar en vivo en la escena. Organizamos con la Ani del Mar y Juan Fenix (Juanito Zapatilla, de Pánico) un ciclo acústico que se llamaba Canciones Machacadas, donde invitamos a varias personas como Alejandro Gómez de Solar, Goli Gaete, Las Naves o la Cathy Lean. 

Mi primer disco salió en 2015 y el verano que vino después ya empecé a tocar con banda. ¡Fue increíble! Primero guitarra y teclado, y luego se sumó un baterista. En esa época me uní a Algorecords y me juntaba con las bandas de ahí cuando había tocatas de ellos o carretes en la casa “Algo”. Así que sí, logré entrar bien en una comunidad musical después de todo. 

Y con lo solitario, sí po. En Moonage Daydream, Bowie habla de lo solitario que es dedicarse a la música. No es mi caso porque no me dedico a cantar de tiempo completo, pero sí me especializo en periodismo musical. A medida que crecemos, la mayoría deja de cubrir música por otros temas, como si fuera algo de la juventud. Para mí es una vocación y no sé hacer otra cosa, realmente. Hay gente que cree, y te dice, que lo que haces no es serio. Me da ene pena porque una está sola en ese campo. Y la verdad que sí, (guardando las proporciones entre nuestras ocupaciones y exposición jaja), el duque tenía razón. El documental fue un remezón en ese aspecto.

Estuve escuchando la playlist que hiciste como inspiración para este disco, y aparte de que está muy buena, encuentro que el resultado final del EP se acerca mucho al estilo de algunos de tus referentes, especialmente Aldous Harding, Angel Olsen y Julia Jacklin. ¿Tenías así de clara la idea de cómo querías que quedara o fue Natisú la que te supo interpretar tan bien?

¡Qué buena que te parecieron similares a ellas! Me gustan mucho las tres. Lo primero que hizo la Natisú fue pedirme esta playlist, que le encantó. Cuando ya estaba mezclando, fui agregando cosas que había escuchado hace tiempo, pero que eran influencias directas. Esa fue la idea de llamar a la Nati para producir, porque quería pegarme el salto en el sonido. Salir de la guitarra, de la zona de confort, y ver hasta dónde podía llegar. Cuando escuchaba los arreglos que ella hacía le decía “estoy sonando moderna” jajaja. Sentía que estaba muy parecido a lo que oigo actualmente, así que se cumplió el objetivo y las dos quedamos felices.

Conversamos con EyMacarena sobre su nuevo EP, "Ausente" 1
Los collages que hizo Macarena para cada una de las canciones de “Ausente”.

Como artista plástica trabajas mucho con el collage, y dices que tus canciones también siguen esa filosofía. De todas maneras se siente que hay algo de cortar-pegar, de DIY y de trabajar con lo que se tiene a mano. Me imagino que ser periodista e ilustradora además de música te permite hacer muchas cosas por tu cuenta, pero esa capacidad de autogestión también requiere mucha valentía para llegar y tirarse a la piscina. ¿Cómo manejas el síndrome del impostor? 

Antes mis canciones eran como de una escena, de una pequeña historia. Las de “Ausente” juntan varias situaciones que las voy pegando y quedan bien. Es una cosa que va conmigo, porque igual soy distraída y hago muchas cosas. Cuando estaba en la universidad empecé a poner collages en las tapas de mis cuadernos o en portadas de compilados en casetes y CDs. Lo retomé hace pocos años. Primero los hacía solo con papel, pero para las portadas de los singles que adelanté el año pasado me metí a hacer collage digital en Photoshop y me encantó, porque hay muchas más fuentes, y las revistas que tengo ya me tienen aburrida. 

Para el EP, cada canción tendrá un collage. Pretendo imprimirlas como postales con la letra atrás y el código QR para escuchar ese tema específico en Spotify. Las quiero tener disponibles para cuando toque en vivo. 

Lo de DIY es algo que me fascina por su ideología, y es algo que he visto en bandas, movimientos musicales, documentales, etc. Y claro, yo nunca he trabajado con contrato, siempre freelance. Desde hace una década que estoy haciendo música y arte de manera independiente, con uno que otro curso de acuarela con mi amiga Sol Barrios (que también hizo la foto de la carátula del EP). El síndrome del impostor es algo que me persigue toda la vida. “Tení que creértela”. Nunca me resulta ese consejo. Pero sigo dándole, para creer en lo que hago sin buscar la valoración del resto. Es como un pantano del que me cuesta salir en mi carrera profesional y artística.

Qué bueno que tienes pensado presentar estas canciones en vivo. ¿Alguna fecha que debamos anotar en nuestra agenda?

Sí, quiero hacer un lanzamiento grande con banda, aunque sea solo para la ocasión, e invitar, por supuesto, a la Natisú. Tengo que buscar un lugar para eso, más cerca de la primavera. Ahora me debería mover con eso y también armar fechas que vengan antes. He estado pensando mucho sobre cómo tocar este disco con los samplers y todo. Así que ando por ahí pidiendo consejos a quienes lo hacen así.

“Ausente” ya está disponible en todas las plataformas.

 

Créditos EP “Ausente”

Música, letras y guitarra principal: EyMacarena

Producción musical y arreglos (beats, sintetizadores, otras guitarras, voces, samples): Natisú

Mezcla “Costras” y “Mucho más feliz que yo”: Iván González

Mezcla “Tener que volver”, “Repetición” y “No tengo valor”: Natisú

Máster: Cristóbal Carvajal