POR CUX
Jason Charles Beck es Chilly Gonzáles, un pianista canadiense seco. Por decir algo acotado. Anoche, este documental de Philipp Jedicke abrió el 14º Festival Internacional de Cine y Documental Musical y me sentí llena de energía con la historia de un genio autodidacta –comenzó a tocar piano solo, a los 3 años-, egocéntrico, punketa, rapero y muy chistoso.
Un excéntrico nacido en 1972, pero da lo mismo esa fecha porque me pareció un ser atemporal, me costaba relacionar -o ni me preocupaba- la época en que sucedían sus aventuras retorcidas, bien podía ser finales de los setenta, pero en verdad ¡estaban pasando en el año dos mil!
Desarrolló toda su creatividad -que era caleta- en Berlín de los 2000 haciendo performances junto a Peaches y creyéndose el rey de la escena musical underground de Alemania como MC, productor, compositor y cantante. Mutar es algo que hace constantemente, cada vez que su público comienza a familiarizarse con él y comienza a quererlo, Gonzáles da un giro aparentemente radical y vuelve con otra. Creo que eso al público le gusta. A mi me gusta, porque sigue siendo bueno.
Luego de la locura mas literal se muda a París, donde comienza su nueva etapa mas docta y suave, rapea fuerte, mientras toca el piano junto a grandes filarmónicas del mundo. ¡Por favor, escúchenlo!
En 2014 ganó un Grammy por su trabajo junto a Daft Punk en Random Access Memories ¡y yo no lo conocía! Eso tiene este documental musical, rastrea a un ser brillante, que no fue lo tradicionalmente famoso, que es críptico, sin mostrar nada de su vida privada, nada. Algo que lo hace también un ser oscuro e intrigante, y que yo terminé queriendo.
Dato de Wikipedia: Rompió el récord mundial de Guinness para la interpretación continua de piano solo, tocando más de 300 canciones en 27 horas… eso es él.
Rapeo y piano, una mezcla que cuesta juntar (?), pero que anoche me elevó la cabeza y el corazón.
Revisa la cartelera completa del festival In-Edit acá.