Por Jocelyn Jara
¿Qué persona que se diga rockera o rockero no ha cantado por lo menos una vez en su vida “Give It Away” o “Under the Bridge”? La respuesta obviamente no la tenemos, pero sí sabemos que en Chile habemos muchas y muchos que los amamos incondicionalmente y desde muy chicos también.
Recuerdo que las primeras veces que tuve noción de su música tiene que haber sido por allá por el 2002 o quizás 2005, en esa etapa tan difícil que llaman adolescencia. Mentira, era más chica, pero sé que por esos años solía escuchar mucho en las radios “Californication”, que era muy pegajosa.
Cuando sacaron el Stadium Arcadium pasaban por el cable varios videoclips y el que más me gusta era el de “Dani California“, porque amaba ese guiño tan genial que hacían a mis otras bandas favoritas como Nirvana en el MTV Unplugged in New York. No olvidemos que Anthony y Kurt Cobain fueron grandes amigos y que incluso luego del suicidio, Kiedis le dedicó la canción “Tearjerker”.
En fin, ese incipiente gusto por la banda años más tarde se transformaría en un amor que me hacía escucharlos todos los días, ya en enseñanza media, cuando iba al colegio, a través de mi MP3.
Y por supuesto, estaba totalmente enamorada de Anthony Kiedis, no tanto por su aspecto físico, sino que por todo su talento y entrega en el escenario. Obviamente en paralelo escuchaba a más bandas que tenían que ver con los Red Hot Chili Peppers como Nirvana, Pearl Jam, Foo Fighters y varios más que fueron tan importantes para los 90 y siguen siéndolo.
Ya egresada del colegio, y cuando hubo pasado harta agua bajo el puente, me enteré de la noticia de que regresarían a Chile, y la emoción se apoderó de mí, pero también la tristeza porque no contaba con el dinero para poder asistir al show.
El día del concierto llegó y seguía con una pequeña esperanza de ir milagrosamente. Las expectativas crecieron cuando una radio anunció un concurso que indicaba que las primeras 50 personas que llegaran con algún CD o cualquier tipo de merchandising del grupo a las puertas del recinto, se llevarían una entrada.
Me apuré y tomé un cojín con una foto estampada de ellos que había comprado tiempo atrás y llegué hasta allá contenta porque fui una de las primeras en la fila. Resulta que a los que organizaban el concurso no les pareció que fuera un artículo de Red Hot Chili Peppers válido para participar y decidieron sacarme a un lado.
No pude hacer nada más que llorar e ir escuchando Red Hot Chili Peppers todo el camino de regreso a mi casa, y con el cojín en la mano.
Después de varios años de esa trágica experiencia musical, ellos volverán y por si fuera poco, junto al gran John Frusciante, el icónico guitarrista que estuvo lejos de la banda por varios años mientras lo reemplazaba el también querido Josh Klinghoffer.
Comprenderán que después de esos traumantes sucesos y de casi una vida entera escuchando discos tan geniales como One Hot Minute, Californication, Stadium Arcadium y tantos otros, las ganas de verlos aumentaron considerablemente.
Así que esperemos que esta vez sí se haga el milagro para finalmente verlos, porque ya tuve la mala suerte de haber tenido el dinero para los tickets, que se agotaron en pocos minutos, quedando fuera nuevamente de la experiencia de ver a Red Hot Chili Peppers en Chile.
La banda de Anthony Kiedis, Flea, Chad Smith y John Frusciante estará tocando este 19 y 21 de noviembre en el Movistar Arena a las 21:00 horas, para promocionar sus nuevos discos Unlimited Love y Return of the Dream Canteen, ambos de 2022, y por supuesto tocando todos sus clásicos.
Produce DG Medios, Live Nation y AGEPEC
