Por Jocelyn Jara
Pasadas las 20:00 horas, el elenco de la Compañía de Artes Integrales Milenium salía a escena para presentar una vez más su clásico montaje musical “Jesucristo Superstar”.
Con el público alborotado y ansioso por escuchar la ópera rock, inició con la clásica intro que emocionó a todos los presentes: ya había llegado por fin el momento que todos estaban esperando, cuando comenzaron a aparecer todos los personajes, como Judas, que inició su participación con toda que amerita su papel.
Luego, por fin apareció Jesús para despertar el clamor de la multitud, como si en verdad se tratara del Mesías, y es que el cantante y actor Ítalo Cisternas se toma muy en serio el papel que ya lleva interpretando por más de dos décadas.
María Magdalena (Almendra Kovac), con una voz que llenaba todo el recinto de San Diego, sorprendió también con su actuación y desplante, lo que la hizo digna de interpretar su papel.
No olvidar también la poderosa banda que acompañaba a la puesta en escena, y el coro, que hacían del espectáculo un show de primer nivel que no tiene nada que envidiarle a otras producciones que se están desarrollando en el país montando la misma obra. Y es que Milenium tiene a su público cautivo y ha sabido como ir mejorando año a año sin perder su esencia.
Hago una mención especial al público, que coreó cada canción y también las celebró a más no poder, demostrando que “Jesucristo Superstar” ya es parte de la cultura pop e idiosincrasia chilena durante estos días santos.
Una de mis partes favoritas es la última cena, donde se ve a Jesús y a Judas disputarse por la traición que está a punto de cometer el discípulo. Es una escena que me encanta porque los actores pueden desplegar toda su rabia, pasión y sobre todo, su rango vocal, lo que lo hace un momento alucinante para el espectador y desafiante para ellos. Y está demás decir que se logró con creces.
Otro momento alto del musical es el suicidio de Judas, donde quien lo interpreta debe mantener el desgarro en la voz y la potencia al mismo tiempo, además de lograr esa tensión en el ambiente que culmina con este ahorcamiento que en esta oportunidad sucedió con el actor Pablo Gálvez acompañado de lo que podríamos interpretar como demonios que lo arrastraron hasta esa decisión. He visto esta escena muchas veces y no me deja de parecer muy inquietante.
Un momento muy emotivo se da con la canción “Todo ha sido un sueño”, interpretada por María Magdalena y Pedro. Debo hacer un flashback aquí de mi propia infancia, ya que hace 20 años vi este montaje en el mismo teatro y con casi los mismos actores, y mi padre, que ya no está entre nosotros, soñaba con participar algún día de “Jesucristo Superstar” y cantarla conmigo. Nos poníamos a ensayar nuestras partes y lo disfrutábamos mucho.
Los cantantes tuvieron una maravillosa interpretación y sus voces resultaron tener una armonía muy bella que me emocionó hasta las lágrimas, por lo que estaba viendo, pero también por los recuerdos que acabo de comentar. Muchas gracias por ese momento.
Como es tradición, el show terminó con la resurrección del protagonista y luego todo el elenco salió a saludar al público que se mostró muy conforme con el resultado y no paraban de aplaudir, mientras sonaba el tema “Superstar” de fondo.
Una función que sin duda deja con ganas de seguir viéndola todos los años, porque sí, una espera Semana Santa sólo para ir a ver la versión de “Jesucristo Superstar”de la Compañía de Artes Integrales Milenium en el Teatro Cariola.
Fotos: Rubén Gárate @brutal_pebre_
