Por Belén Leyton
Hace varios meses La Deyabu lanzó su segundo disco, Chakana, y ahora publicó su videoclip para Anónimas, la canción en la que, junto a Carmen Lienqueo, le canta a las abuelas, madres, hermanas e hijas: Fuimos anónimas, hoy somos históricas.
—¿Te sientes menos anónima ahora con respecto a tu música? ¿Crees que tienes más reconocimiento?
—No. En la música es complejo el tema del reconocimiento porque vivimos en un país donde la cultura no se reconoce ni se valora. Creo que todos los artistas, y sobre todo los que tenemos contenido político y social, estamos un poquito condenados al anonimato frente a las políticas que son, me atrevería a decir, clasistas y fascistas.
Aunque las redes sociales y obviamente ser movida en todo me hace mantenerme en pie e ir yendo a agarrar terreno. Pero es muy complejo dejar de ser anónima en un país donde no se invierte en cultura, donde si no hay financiamiento cuesta mucho realizar piezas de la calidad que hicimos, por ejemplo. Es una lucha constante el salir de ese anonimato. Y lo veo no solamente en mí, también en varios artistas que son increíblemente talentosos.
—¿Por qué sigues haciendo música si es tan difícil?
—Porque independiente de si es díficil o fácil, es lo que hacemos. Creo que me sería mucho más difícil trabajar de lunes a viernes en un trabajo común y corriente, sinceramente.
Y, aunque sea difícil, me pasa que la crítica que yo te he dado es netamente a la cultura en general, pero en la cotidianiedad para mí no es difícil. Vivo en un ambiente totalmente cultural y de muchos artistas. Creo que la música es la que nos impulsa todos los días a seguir y nos da el newen.
Creo que también es muy importante la palabra de los músicos aunque no salgamos del anonimato, sobre todo si tenemos una postura y una trinchera que es mucho más crítica y política. Obviamente tenemos que estar presentes frente a lo que promueve el mercado que es música vacía, estética y, muchas veces, viciosa. Creo que es importante mantenerse de pie y también porque lo disfruto un montón. Me encanta.
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La Deyabu -o Isabel- ya había lanzado el videoclip de Todo cambia, por lo tanto este es el segundo y no el último.
—Creo que los videoclips son parte del lenguaje musical de hoy en día. Lamentablemente no solamente se entra por la música, también está el complemento visual. Entonces, estoy en un momento que me gustaría poder darle vida a varias canciones en cuanto a lo visual. Creo que al hacer un videoclip, lamentablemente, es una manera de llegar a muchas personas.
Si bien considera que esta canción es importante para el disco y por eso la hizo videoclip, dice “lamentable” dos veces al referirse a este formato, ¿por qué?
—Soy fotógrafa y me encanta lo audiovisual, el cine y la fotografía. Es sólo que también deberíamos poder enfocarnos en la música. Pero claro, la industria ahora se mueve en conjunto con ambas cosas. Me gusta bastante, pero… a veces… También me gustan mucho los discos, entonces es complejo hacerlos y todo el rato estar pensando en videoclips, porque también se vuelven más caros. Pero me encantan las piezas audiovisuales.
—Y tú codirigiste este videoclip, ¿qué era lo que querías transmitir?
—Mostrar los diferentes y diversos tipos de anonimato en los que hemos estado insertas las mujeres, y varios seres que representamos lo femenino. No me quedaría sólo en las mujeres, también agregaría a las disidencias.
Y paralelamente a esa crítica de ese anonimato, silencio e invisibilización de siglos, también está la propuesta de reivindicación de estas personas. De anónimas pasamos a históricas. Eso también representa la etapa que estamos viviendo ahora. Estamos teniendo mayor conciencia y tratando de tomar cartas en el asunto para realizar cambios. Creo que esa es la mayor idea: visibilizar todos estos anonimatos, pasar del silencio a un grito que transformamos en canción.
Las anónimas y los feminismos
En este videoclip se ve a La Deyabu junto a Carmen Lienqueo vestidas de negro -¿luto? ¿oscuridad? ¿desaparecidas? ¿enterradas?- y rodeada de anónimas que son nombradas en la descripción y final del video. También está dedicado a “todas las compañeras asesinadas y desaparecidas”.
—¿Cómo fue hacer este videoclip con Carmen Lienqueo?
—Siempre es un honor trabajar con la Carmen. Es una artista que admiro mucho y nos encontramos no solamente en la música y en lo bello que nos entrega, sino, también un poquito en esto de la crítica. Es un ser que me representa bastante. Tenemos un encuentro muy sincero al momento de crear, así que lo disfruto bastante.
—¿Y qué otras mujeres crees que deberían dejar de ser anónimas por lo que hacen?
—Todas. Pero principalmente creo que es muy importante que dejemos de ser anónimas los seres que realmente somos aporte, que estamos tratando de dar ya sea nuestro arte, nuestras profesiones o incluso las mujeres que están desde sus casas siendo dueñas de casa o mamás. Creo que todas deberíamos salir del anonimato frente al estereotipo que siempre logra ser visible, un estereotipo de mujeres muy lejana a las mujeres chilenas, además, casi íconos de belleza. Entonces, yo creo que todos los seres sinceros que están creando deberíamos poder dejar de ser anónimas y no sólo en cuanto a nuestras identidades principalmente por nuestras ideas y luchas.
—Isabel, ¿qué crees tú que es el feminismo?
—Ha sido un viaje bien largo y no tengo una respuesta certera frente a lo que es, pero sí creo que me ha ayudado bastante, me ha liberado de un montón de situaciones, me ha llenado de mucho amor y empoderamiento. Pero en el camino he ido conociendo feminismos. Le agregaría la s, porque creo que hay varias facetas en él. Hay varias de las que me siento bien lejana que son el feminismo cargado hacia lo académico y lo winka, lo europeo, solamente estético.
Para mí, el feminismo tiene que ver con un feminismo de clase, que defienda la tierra, que va de la mano con la lucha indígena. Para mí, el feminismo es una revolución bastante bonita que estamos viviendo, que estamos tratando de entender y que cuando llega a nuestros corazones es una liberación bastante grande. El feminismo es un arma y tenemos que aprender bien cómo y para qué utilizarla, como todas las armas.