Por @patyleiva
Tendremos de vuelta a Café Tacvba en Chile y eso siempre es una buena noticia porque, independiente de ser una de las bandas icónicas del rock latinoamericano –porque trascienden fronteras–son realmente creativos, arriesgando incluso ser incomprendidos en algunos puntos de su extensa carrera, hoy consagrada y amada también.
Siembre he sentido una simpatía especial por la banda, partiendo porque son mexicanos y una parte de mí también lo es, lo que significa que me ha acompañado desde la adolescencia como parte importante de mi propia banda sonora.
Además que se ha dado la muy divertida casualidad de que una vez me encontré a Joselo en el Parque Arauco, otra vez a Emmanuel en el aeropuerto y la más épica, fue que una vez que hicimos un evento (vacaciones Zancada) en La Jardín (un restaurante con un concepto muy especial de reciclaje, muy indie que recuerdo con mucho cariño) y coincidimos con Rubén, que jugó ping pong en nuestra actividad. Todos siempre amorosos y buena onda.
No sé si podría elegir una canción de la banda como preferida, en verdad son demasiadas las que me gustan y acompañan en distintos momentos y estados de ánimo, pero siento una cercanía especial con el Re (1994), porque cuando irrumpió en las radios fue épico. Fue raro, de canciones muy variadas pero muy cohesionado a la vez. No había escuchado algo parecido, su riqueza musical era innegable.
Por eso me sorprendí tanto cuando, en el documental que hicieron en la serie Bios de National Geographic, los escuché contar la tremenda decepción que sintieron en las primeras presentaciones en vivo con las entonces nuevas canciones, cuando la gente los pifiaba y les pedía las canciones de antes. Rubén estaba furioso, se indignó, le dolió, pero tarde o temprano el tiempo le dio la razón y el mérito merecido a ese premiado y vendido álbum.
Pero son muchas las canciones del resto de su discografía que me parecen extraordinariamente creativas y divertidas y conmovedoras en algunos casos, como la preciosa Eres, en voz de Emmanuel del Real, Chilanga Banda que es una verdadera película narrada.
Otra muy emblemática es Volver a Comenzar, que por su espíritu lúdico fue utilizada incluso en el juego Little Big Planet de Play Station y me trae lindos recuerdos. Son muchas las historia y recuerdos como para perder la oportunidad de volver a verlos en el Teatro Coliseo, donde prometen tocar temas de sus ocho discos. Vengan luego, vuelvan siempre, queridos tacubos.
