#LavarnosParaCuidarnos
Una de las cosas más sorprendentes del ser humano –y una de las que nos ayudan a sobrevivir– es nuestra capacidad de adaptación. Llevamos más de un año con pandemia declarada y nuestra forma de vivir se ha visto afectada de mil maneras, con repercusiones físicas, sociales y espirituales, para qué decir.
Uno de los hábitos que incorporamos con vehemencia y dedicación ha sido el constante lavado de manos y el uso de la mascarilla, dos armas fundamentales para protegernos y prevenir el contagio.
Coincidentemente, estos dos “escudos” tienen relación directa con nuestra piel, y su uso prolongado ha desencadenado otros cambios en nuestra forma de vivir.
La higiene es un pilar vital para todos, pero las manos se secan como nunca y la cara sufre de roces por uso prolongado de las indispensables mascarillas. Nos lavamos las manos mil veces al día, nos aplicamos alcohol gel, ocupamos productos desinfectantes en el aseo y la limpieza, factores que pueden afectar directamente nuestras manos.
Entonces se abre otra área de cuidado, ya que si la piel se daña, se convierte automáticamente en una puerta abierta a los gérmenes, ya que, recordemos, la piel es un órgano, el más extenso de todos.
Autocuidado
El autocuidado ha cobrado una importancia tremenda en todas las áreas, básicamente porque, si no estamos bien nosotros, no podemos cuidar al resto y bueno, porque lo merecemos.
Merecemos tratarnos bien y hacernos un cariño. Ser delicadas con nosotras mismas se vuelve prioritario, es a nuestro modo de ver, la mejor forma de fortalecer el espíritu que nos permite salir adelante y enfrentar la adversidad.
Higiene
Partamos por lo práctico: El lavado de manos. Recuerda que el lavado de manos no se trata de pasar las manos por el agua y listo. Lo ideal es que siempre uses jabón y que lo distribuyas por todas las partes de tu mano, mientras frotas por al menos 20 segundos.
Para hacerlo aún más didáctico, puedes cantar una canción como el Cumpleaños Feliz o el coro de alguna que te motive.
Todos los jabones son útiles pero mi favorito es Dove, no solo porque cumple con la higiene, sino porque además tiene rico aroma y no irrita las manos.
Si no tienes acceso a agua y jabón en el momento que necesitas lavar tus manos, puedes usar alcohol gel que siempre salva de la emergencia, pero que es más fuerte para nuestras manos.
Humectación
Una de las cosas por las que me gusta Dove –y es lo que hace la gran diferencia–, es que, sus jabones contienen 1/4 de crema humectante, por lo que además de limpiar profundamente tu piel, también la hidrata.
Este importante componente evita la resequedad de la piel (que pueden derivar en lesiones), y además deja una sensación placentera y una piel sana.
El autocuidado tiene muchas formas, no te olvides de todas sus aristas (¡y lávate las manos!).