Trekking por el día en el Monumento Natural El Morado

por Mariana y punto

Después de volver a Torres del Paine quedé muy embalada con la idea de seguir haciendo trekking; desde hace un tiempo ya que es una disciplina que tiene cada vez más seguidores en Chile, lo que es muy bueno porque cada vez hay más senderos, y éstos cada vez son más caminados, lo que los hace más seguros tanto en caso de perderse, como en caso de posibles asaltos que a veces ocurren en los cerros que están dentro de la ciudad.

Lo que más me gusta del trekking es que combina el esfuerzo físico con conocer paisajes y vistas a las que no hay otras maneras de acceder; el esfuerzo físico es bueno porque es una forma amigable de hacer harto deporte (un trekking suele durar al menos un par de horas y muchas veces bastante más que eso), pero sobre todo es bacán la satisfacción de ir cumpliendo objetivos, satisfacción cuya recompensa más grande se vive altiro: las vistas maravillosas a las que se puede llegar.

Con la Carodu y otras amigas hicimos un trekking guiado desde el Puma Lodge (un hotel que está desde Coya hacia la cordillera, cerca de la Reserva Nacional Los Cipreses), lo que nos siguió motivando. Y así fue que decidimos seguir por nuestra cuenta y, siguiendo las recomendaciones del libro Los 25 Mejores trekkings alrededor de Santiago y de nuestros amigos, concluimos que el mejor lugar para seguir con nuestra nueva afición era ir al Monumento Natural El Morado.

Está más o menos a 2 horas y media de Santiago (se puede llegar en auto, en una micro que parte a las 7.30 de la mañana desde el Metro Bellavista de la Florida o unos furgones que salen a la misma hora desde Plaza Italia, por 8 mil pesos ida y vuelta) y la caminata parte en Baños Morales en el Cajón del Maipo; desde ahí son poco más de 7 kilómetros para llegar hasta el final del camino (el punto al que se llega más cerca del Glaciar San Francisco), en los que la subida más pronunciada está en el primer kilómetro (según nos contaban en la Conaf, equivale a subir un edificio de 33 pisos); después de eso el camino es bastante plano y tranquilo, el sendero está muy bien señalizado y sube mucha gente, por lo que es imposible perderse.

Lo que más me gustó es que el paisaje es precioso durante toda la caminata (de hecho el final es lo menos atractivo) y que, aunque sientes el esfuerzo, es bastante fácil de hacer. Nosotras nos demoramos 2 horas de ida (sin parar), mientras la vuelta la hicimos con más relajo y pasamos a comer nuestro cocaví sentadas al lado de la laguna Morales.

Como en el Monumento Natural El Morado el tiempo es muy cambiante y en otoño e invierno hace mucho frío y hay nieve, sólo se puede ir entre octubre y marzo (siempre llamando el día antes para asegurarse de que esté abierto el sendero, ya que a veces incluso en febrero puede llover y lo cierran).