Anthony Bourdain<\/a>, \u00edntimo amigo de Matt, y mereci\u00f3 la entusiasmada recomendaci\u00f3n que da t\u00edtulo a esta rese\u00f1a (\u201cEl mundo necesita este libro\u201d), tiene varias entradas: una son los cap\u00edtulos, que est\u00e1n dedicados a los manjares caracter\u00edsticos de las principales ciudades del archipi\u00e9lago nip\u00f3n.<\/p>\nEl viaje parte por Tokio, la capital que tiene 300 mil restaurantes (\u201ctal vez quieras tomarte unos segundos para asimilarlo\u201d), contra los 30 mil que ofrece Nueva York; sigue con Osaka, el reino del wagyu, la raza de ganado que escucha \u00f3pera y es masajeada para distribuir homog\u00e9neamente la grasa por su carne cruzada de vetas color m\u00e1rmol; contin\u00faa por Kioto, la m\u00e1s premiada por la Unesco, donde las casas de t\u00e9, las geishas aut\u00e9nticas y los jardines zen milenarios, justifican que se le considere la esencia cultural de Jap\u00f3n; se desplaza a Fukuoka, la cuna del ramen, \u201cel m\u00e1s escandaloso de todos los platos japoneses, una sinfon\u00eda de porrazos, chisporroteos, goteos y sorbeteos que desmiente todo cuanto cre\u00edas saber sobre este pa\u00eds y su cultura\u201d, caldo maravilloso que a\u00fan no logro reproducir ni p\u00e1lidamente pese a mis denodados esfuerzos; llega a Hiroshima, mon amour, emocionante monumento vivo a la resiliencia y a las tiendas de conveniencia; se mueve por Hokkaido, \u201ca la rica brocheta\u201d y culmina en Noto, que es comparada por su naturaleza con Suiza, un rinc\u00f3n apacible, natural, de paisajes impactantes y cuna de los encurtidos, y pretexto para viajar en tren, un imprescindible nip\u00f3n y probar los bento, cajas de comida tipo cocav\u00ed primorosas, que dan cuenta de las diversas y siempre maravillosas culinarias regionales.<\/p>\n
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Cada uno de estos cap\u00edtulos, incluye testimonios de m\u00e1s que cocineros, de verdaderos artesanos culinarios, dedicados exclusivamente a su especialidad, a su arte, los llamados shokunin.<\/p>\n
El gringo Matt los conoce, cocina con ellos, los acompa\u00f1a al mercado, los escucha y aprende y nos transmite su pasi\u00f3n, su conocimiento, su callada y humilde b\u00fasqueda de la perfecci\u00f3n, tan japonesa, tan preciosa. A eso, cada cap\u00edtulo agrega, dec\u00e1logos de datos: qu\u00e9 comer y d\u00f3nde, qu\u00e9 hacer, qu\u00e9 decir, qu\u00e9 comprar, c\u00f3mo ahorrar\u2026<\/p>\n
He tenido el privilegio de estar dos veces en Jap\u00f3n. De conocer los onsen o ba\u00f1os p\u00fablico maravillosos; de haberme alojado en un ryokan, posadas tradicionales; de haberme enamorado del ramen del Ippudo, que ahora descubro es s\u00f3lo una buena cadena y que me falta mucho por sorber en la vida; de haber llorado de emoci\u00f3n en un parque de Hiroshima frente a un ginkgo biloba sobreviviente al bombardeo y las cuelgas de grullas de papel, hechas por ni\u00f1os de todo el mundo como signo de paz con la t\u00e9cnica del origami.<\/p>\n
Ahora, que Chile explota de rabia, dolor, necesidad de justicia y equidad, resentimiento, intolerancia y hasta toques de fascismo, miro al imperio del crisantemo a trav\u00e9s de este libro que si bien no se la traga completa, dice cosas como \u201cen ciertos aspectos, la pulcritud de la sociedad japonesa har\u00eda palidecer de envidia a Suiza y Escandinavia. Se trata de una gran virtud en casi todos los sentidos: la puntualidad de los trenes se mide en nanosegundos, las calles est\u00e1n tan limpias que te ves reflejado en las aceras y la delincuencia \u2013sobre todo la que implica violencia\u2013 es poco menos que inexistente\u201d, y me quisiera ir para all\u00e1. A poner en remojo la salud mental, aprender de tolerancia y comer m\u00e1s arroz y menos trigo, aunque sopa de fideos mediante, el sushi y el ramen est\u00e9n empatados en \u00e9xito y siempre, siempre, se combinan con sake.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
\u201cSushi, ramen, sake\u201d es tambi\u00e9n el nombre de un libro que se promueve como \u201cun viaje apasionante al acervo culinario de Jap\u00f3n\u201d, escrito por el joven cronista culinario estadounidense Matt Goulding, que entre muchos m\u00e9ritos, en 2016, fue elegido como la mejor gu\u00eda de viajes, seg\u00fan la Society of American Travel Writers.<\/p>\n","protected":false},"author":8,"featured_media":120539,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[23,21],"tags":[19,366,12253,2294],"blocksy_meta":{"styles_descriptor":{"styles":{"desktop":"","tablet":"","mobile":""},"google_fonts":[],"version":6}},"gutentor_comment":0,"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/www.zancada.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/120535"}],"collection":[{"href":"https:\/\/www.zancada.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/www.zancada.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.zancada.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/8"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.zancada.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=120535"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/www.zancada.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/120535\/revisions"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.zancada.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/120539"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/www.zancada.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=120535"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/www.zancada.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=120535"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/www.zancada.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=120535"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
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