Warsaw

por Paty Leiva

Hace poco me compré el disco Warsaw, pensando que Warsaw era el nombre de un disco de Joy Division, pero cuando me llegó, me di cuenta de que en ninguna parte decía ‘Joy Division’, por lo que, averiguando, descubrí algo que para melómanos expertos en Manchester no debe ser una novedad pero de lo que yo no tenía idea: Joy Division antes se llamaba Warsaw.

En 1970 se juntaron Ian Curtis, Bernard Dicken, Peter Hook y Stephen Morris y armaron su banda post-punk bajo el nombre de Warsaw, no en honor a la capital de Polonia, sino a una canción de David Bowie –en colaboración con Brian Eno– llamada Warszawa (épica por cierto). Hasta esos momentos, los músicos seguían trabajando de día y tocando en su tiempo libre, antes de cambiar definitivamente el nombre a Joy Division (nombre de la sección de prostitutas al servicio de los nazis en los campos de concentración) en 1978. Y bueno, lo que sí sabíamos era que los sobrevivientes, tras la muerte trágica de Ian Curtis, formaron New Order.

Este disco es un registro de ensayos y sesiones pre ’78, siendo algunas preludio a grandes hits posteriores. Personalmente, Failures me vuela la cabeza, el punk más crudo y exquisito que he saboreado en años. Cada acorde es perfecto durante esos 2 minutos 30. Una canción realmente perfecta, de esas que sueño con tocar, con bailar. Novelty es otro volón de sesos. No puedo sino fascinarme con estos re-descubrimientos, que nos demuestran una vez más que los bacanes ya lo habían inventado (casi) todo hace 40 años. Warsow me suena más fresco que los dosmiles, y seguramente lo seguirán estando durante muchos años más, como si se pudiera embotellar el concepto “nuevo” para siempre. Una joya.