Desde lejos, puede parecer una atracción antigua: las obras de Broadway traen a la memoria inmediatamente las versiones de Cats o El fantasma de la ópera, y junto con ello, imágenes sacadas de un pasado remoto y poco interesante. Sin embargo, desde cerca, el movimiento que existe en Broadway es tan impactante como masivo.
Dejando de lado los clásicos recientes como Chicago, Mamma Mia o Billy Elliott, la escena de musicales de Broadway este año -los preestrenos de los shows comienzan en abril- ha sido particularmente movida. Primero, porque los creadores de South Park idearon el musical The Book of mormon, que tiene todas las localidades vendidas para varias semanas más y que supone parte de la renovación de los musicales, mucho menos turísticos y más impactantes. Algo parecido sucede con Catch me if you can, el musical inspirado en la película de Steven Spielberg, o el musical Wicked, que es el más visto en Broadway.
Pero la escena teatral neoyorquina no se completa solo con musicales. De hecho, las obras menos vistas -a las que los turistas no van, digamos- son obras de teatro convencionales, pero que tienen elencos increíbles.
Este año, por ejemplo, Ben Stiller actúa en la obra The House of blue leaves, Kiefer Sutherland hace lo mismo en The Championship season y así Robin Williams o Whoopy Goldberg. Las razones por las que estos actores vuelven o deciden radicarse un tiempo en New York no tienen que ver necesariamente con lo económico. El prestigio ligado a actuar en la calle más famosa del teatro mundial parece ser más importante que mantenerse en sus casas en Los Angeles.
Tan así, que no es extraño verlos caminar por las calles aledañas a Broadway casi todos los días.
*zancudo invitado
Tengo rabia con Broadway porque quería ir a ver American Idiot y la cierran antes que vaya yo en julio 🙁
Jajaja. En realidad las obras que me muero por ver ya no están en cartelera.
Me gustaría tanto que acá hicieran musicales de calidad. O sea, hicieron Grease pero era como meh. Y sólo hacen los super-ultra-repetidos Cats o El Fantasma de la Ópera. Hay musicales modernos buenísimos, ganadores de chorrocientos mil premios y deberían adaptarlos o traer los originales no más. Sueeeeñaaaaaa.