Cuando con la magdalena vimos esta película en la programación del Festival de Cine de Valdivia y las postales que estaban dando vueltas por la ciudad, inmediatamente nos dijimos “una película que se llama Verano no puede ser mala”. Nos imaginábamos algo como Cuentos de Verano de Rohmer, y tan equivocadas no estábamos porque en Verano tampoco hay grandes acontecimientos o conflictos, sino rutinas, personalidades y lindas imágenes.
En Verano de José Luis Torres Leiva lo que se ve son escenas (soñadas, lindas, reales) de lo que viven distintos personajes que están veraneando, trabajando o pasando cerca las Termas de Cauquenes; una argentina que veranea sola, una pareja casada que se encuentra allá, una mesera que aprende a doblar servilletas de tela…
Las historias casi todas se entrelazan de alguna forma aunque, más que historias, son momentos en los que nos entrometemos en la vida de estos personajes, y nos quedamos -en mi caso, pegada- mirando las cosas cotidianas que se hacen y pasan durante un día de verano. Días que, para mí, son los más lindos del año y creo que la película logra evocarlos.
Verano es el segundo largometraje de ficción de José Luis Torres Leiva, después de El Cielo, la Tierra y la Lluvia (que está en Cuevana) y documentales como Tres Semanas Después. Verano no sé si se estrene comercialmente pronto, pero para quienes quieran verla, la darán en el Festival de Cine// B_4, este viernes 11 a las 19 horas en el Cine Arte Alameda.
Me encantó! Si algún día yo hiciera una película (cosa que claramente no sucederá) me encantaría que fuera como ésta.