Una ciclista más

bicicletero
por Alma*

Tengo 25 años y como la mayoría de las personas tengo una bicicleta que ocupé en un momento algunos domingos y unos dos o tres veranos como máximo, para quedar guardada, años, sin usarse.
La moda de la bicicleta como medio de transporte empezó con fuerza cuando estaba en la universidad, yo veía a mis compañeros ciclistas con distancia y con algo de admiración, para mí el irme en bici a la universidad era algo imposible ya que vivía en la periferia de Santiago, así que cero posibilidad. Además un par de veces casi me chocaron en plena vereda así que tampoco me llevaba muy bien con los ciclistas.

Pero por cosas de la vida me empecé a meter en ese mundo indirectamente cuando hice mi práctica en una municipalidad y estuve trabajando en la red de ciclovías. Yo, que sólo había andado en bicicleta por parques estaba ahí tratando de descifrar que era lo que necesitaban los ciclistas, leyendo manuales, a pura teoría. Lo bueno de esta experiencia es que tomé conciencia de lo importante que es motivar a más personas a ver la bici como opción, dejando el auto o el metro de lado y, por otro lado, que la ciudad responda con la infraestructura necesaria para que esto suceda.

Es así como este año me fui a vivir con un amigo al centro de Santiago y como trabajaba en Providencia no tenía excusas para no agarrar mi bici llena de polvo, limpiarla y salir a la calle. Así empezó mi vida como ciclista, con un poco de miedo al principio, pero con una ciudad más amigable de lo que esperaba. De los 30 minutos que me demoraba a la pega, 25 eran con pura ciclovía. Poco a poco fui descubriendo este mundo y fui aprendiendo las reglas de la calle y de mi cuerpo, como se daba la convivencia auto-peatón-ciclista y hasta cuánto podía pedirle a mi cuerpo. Todo lo que por un manual jamás podría aprender.

Mi bicicleta era mi nueva mejor amiga, me llevaba donde quisiera, me iba de Manuel Montt al barrio Yungay para mis clases de yoga o a Estación Central a tomar once con mis abuelos o a Ñuñoa a tomar té con la Cami en su nuevo departamento. A cada lugar que iba encontraba un bicicletero esperándome y llegaba con harta dignidad, arreglada y con la cuota justa de cansancio.

Toda esa maravilla duró algunos meses hasta que me cambie de pega a Vitacura y mi dignidad se fue a las pailas, esa media hora se transformó en una hora, en subida y desde el centro hasta Vitacura, con ciclovías hasta el Costanera y encontrándome con obstáculos como los arreglos de la Pérez Zujovic. El primer día cuando llegué a la pega sentía que mi polera podía estrujarla de todo el sudor que tenía. Me dije: o me cambio de casa o dejo a mi bici. Pero no era tan fácil, ya había dejado el estrés mañanero, la lucha del metro y los tacos en las micros. Lo intenté el segundo día, pero me demoraba más que en bici y el estrés me superó; la vida con mi mejor amiga era incomparable. Así que lo volví a intentar, pero ya preparada con ropa de cambio, colonia y toallitas húmedas para recuperar mi dignidad. Y así, ya llevo una semana entera yéndome en bici, es difícil, pero creo que si todos queremos vivir en una ciudad menos congestionada tenemos que poner de nuestro esfuerzo, mi roommate me dice que en un mes ya quedaré seca y no será tan terrible. Así que tengo mis esperanzas puestas en eso.

Invito a las que puedan, ¡háganlo! Cada día somos más y hay redes que nos apoyan, cualquier duda me meto a bicicultura.cl y me soluciona la vida. Los peatones y los autos también, de a poco, se van acostumbrando a nosotros ya que creo de todo corazón que podemos tener una buena convivencia. Si al final no vale de nada reclamar por el smog o lo colapsado que está Santiago, sino estamos dispuestos a ceder un poquito.

Foto: I. Municipalidad de Santiago vía Flickr con licencia Creative Commons

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9 Comments

  1. Yo vivo muy lejor, pero siempre me ha dado algo de terror andar en avenidas o calles muy concurridas, porque yo no ando en la vereda, sino en la calle, y una vez un auto por esquivar a otro me pasó a llevar y me tiró de la bicicleta. Igual seguí pedaleando, en ese entonces habré tenido 22 años, pero hace 5 que ya no ando porque vivo en un lugar en que no vale la pena que me mueva en bici, antes lo hacía para ir a ver a mi pololo, amigos o lo que sea. Pero ahora que todos viven en otro lados aplico metro y micro ajja.

    Igual, ¿cómo les ha ido transitando en estas calles tan del terror?

  2. Yo ando harto en bici, y los primeros dos años eran pura ciclovía. Después me lancé a calle cuando caché que era muchísimo más rápido y no había que andar esquivando peatones que hacen vida social en las ciclovías o andan con el niño chico que está recién aprendiendo a usar una bici con rueditas (sí, la gente hace esas estupideces, y en un hora punta de la ciclovía). Sí he descubierto que hay muchos ciclistas irresponsables y por eso también otros (peatones o automovilistas) nos odian. Unos que pistean entre la calle y la vereda, otros que adelantan a medio mundo, no indican cuando doblan, etc. Pero es cierto eso de que las calles se van adaptando y también la gente. Yo ando por Santa Isabel y los micreros que pasan por ahí son SÚPER amables y respetuosos. Te esquivan con harta distancia y a baja velocidad, son muy considerados. Es cosa de que todos pongamos de nuestra parte y podemos convivir en esta ciudad.

  3. Como papá, me alegra mucho que una de mis hijas haya tomado una de las bicicletas que estaban en el patio, oxidándose. Desde hace un tiempo y con mucha pena veía cómo el preciado regalo navideño se oxidaba.
    Cami, al leer tu relato, me siento pletórico y exultante de ver cómo te reencantas con tu vieja y siempre dispuesta “cletita”.
    ¡Hija!, cuídate y gracias por tu reencanto con la BICICLETA!!!!!
    Besos… Tu papá.

  4. De verdad que sirve mucho cuando la ciudad es apta para la bici, porque de verdad que da miedo andar en bici por la calle y en la vereda te retan o molestas a los peatones.

    Yo feliz andaría por bici en todos lados si la ciudad fuese apta para las bicis. A ti te digo alcalde de Conce! Ponte las pilas.

  5. Lo malo del ciclismo urbano, lamentablemente son los ciclistas, no respetan o no conocen la ley del tránsito, para qué hablar de medidas de seguridad básicas (luces, casco…) mientras no exista cultural vial, es difícil concretar este idílico sueño de un transporte más eficiente. No basta con las ganas, o que algunos solamente sean ciclistas respetuosos, hay que partir por la educación en este ámbito.

  6. Lo he requete pensado, de venida a la pega serìa la gloria pero de vuelta…. del terror…. vivo en la Reina asi que es full en subida y la distancia pega casa son como 7 Km…. tal vez lo intente mas adelante…

    • Maria, yo pensaba lo mismo. Toda mi vida escolar fue en bicicleta, pero luego entré a la universidad y la distancia era mucha. Vivo en la Florida y mi universidad estaba a 14 km de mi casa… pero un día, salí a recorrer tranquilamente por varias partes y al llegar a casa, medí lo kilometros, había recorrido más que la distancia a mi universidad, asi que al día siguiente me animé, pesqué mi bici y parti a la U. De ida fue mucho más facil que de vuelta (tb me tocó subida), pero la diferencia solo estaba en que debía ir más lento para no cansarme tanto. El resultado fue que me demoraba lo mismo que en el transporte público, hacia 2 horas de deporte diario y mi salud y humor estaban perfectos… Lamentablemente a los pocos días me robaron la bicicleta desde la universidad :( pero creo que tomando las medidas preventivas necesarias se puede lograr :) !!
      Te invito a que te animes como yo lo hice, al 3er día esos 7 km se harán nada !

  7. Ame tu relato, mi bicicleta también es mi mejor amiga y obvio me acompaña a todos lados, también me pasó una vez que tenía una pega a como 10 km en casi pura subida y es increíble cómo tu cuerpo se va adaptando a los viajes largos y en el minuto de salir del trabajo y saber que me esperaba un viaje en pura bajada… Ya estaba pagada.
    Y es verdad que existe mucho ciclista imprudente, pero, no existen acaso tb automovilistas inconscientes así como peatones? Yo creo que la convivencia es responsabilidad de todos. Al menos sé que con el uso de la bicicleta hago un bien a mi cuerpo y a la sociedad. Mi cuerpo anda alegre, soy puntual, no dependo de los tacos, solo de mi. Que más podría pedirle a mi mejor amiga?

  8. Yo descubri las bicis del itau y me han servido montones. Me voy a la pega en metro pero regreso en la bici. En mi pega me dijeron q no habia espacio para guardar mi bici y han robado demasiadas en la calle asi q opte x este sistema q me libera del estres en la tarde. Pedalear me lleva a un estado de calma impresionante, me demoro menos, hago ejercicio y tranqui a mi casa. Pa las q no podemos andar siempre en la bici las recomiendo, aunque ojo con los horarios peak en q se acaban en ciertas estaciones.

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