Segundo disco Daniela Amaya

Umbral, el segundo disco de Daniela Amaya

El segundo disco de Daniela Amaya es un viaje de aceptación. Hablamos con ella sobre sus procesos, ser música y participar en Tramus.
"Umbral", segundo disco de Daniela Amaya

Por Belén Leyton; fotografías de Marcela Toledo
En 2016 se publicó el primer disco de Daniela Amaya, En el silencio, cinco años después conocemos Umbral. ¿Qué ha cambiado? “Mi primer disco es muy íntimo, minimalista en su producción, de letras profundas pero sencillas que reflejan más que nada reflexiones y pensamientos sobre las cosas simples de la vida”.

Ha pasado tiempo. “A medida que me iba sintiendo con más confianza, quise ir un poco más allá. Quería que la música tomara algo más de fuerza, porque así me sentía yo también. Es por eso que después de la reversión que hice de A mi futuro, donde agregamos tintes de rock al folk pop que venía haciendo, decidí grabar un disco que siguiera en esa misma línea.

Umbral es una producción que fue pensada y construida de manera de potenciar y elevar la experiencia sonora y su discurso. En ese sentido en cuanto a arreglos, elección de instrumentos, mezcla, masterización, la producción en general destaca por su potencia y distintos paisajes sonoros”.

Traspasar el umbral

Este segundo disco de Daniela Amaya es un viaje, un ciclo, un registro, un proceso de aceptación. “Comienza desde el enfrentamiento, con emociones más oscuras como se escucha en Déjame seguir y Perros fieles, moviéndose hacia un final más luminoso y de sanación como se refleja en Al azul. En el medio está el amor, la sincronía, el conversar con esas personas que vibran en la misma frecuencia y que son parte del camino”.

Daniela quería transmitir esperanza. “Me agrada pensar que la vida transcurre en ciclos, y cada ciclo tiene sus dolores y aprendizajes. Sin importar cuán difícil sea el momento, siempre al final llegamos a la sanación. Es inevitable, tal cual el sol sale cada mañana. Pero hay que pasar por el camino amargo, por eso me permití liberar un canto un poco más oscuro en los primeros temas, era parte de este proceso”.

—¿Cómo fue este proceso de aceptación y superar miedos? ¿Cómo fue superar el Umbral?
—Ha sido un camino largo, a ratos difícil, pero hermoso. Pienso que vivimos en una sociedad que utiliza mucho el miedo como mecanismo de control, y entonces buscamos la estabilidad en todo orden de cosas, para no fracasar o para no sentirnos vulnerables. Y este apego a esa estabilidad muchas veces nos aleja de nuestro verdadero potencial, de nuestra esencia, incluso de nuestros sueños más profundos.

Para mí poder hacer este disco, y hablar sobre el proceso detrás de estas canciones, es un desafío, y así se siente traspasar el Umbral, como algo que deseas mucho en tu interior, y te asusta, pero finalmente algo más te impulsa hacia adelante.

—¿Qué tuviste que aceptar? ¿Qué aprendiste?
—En estos años haciendo música, pude aceptar y valorar mi espíritu creativo, que siempre fue parte importante de mi vida, pero que en cierto momento silencié. En el pasado estudié otra carrera que al finalizar supe que no era lo que quería para mí: la música siempre me estaba llamando. Así que me formé en este mundo artístico de manera bastante autodidacta, muy desde la exploración y la necesidad de ser libre en crear y expresar ideas.

Del mismo modo aprendí a abrazar la diversidad que habitaba en mi alma, como mujer lesbiana. Tuve que aprender a poner límites, a generar desde el amor propio espacios seguros de convivencia, aprendí cuándo decir que no y a qué personas dejar entrar o alejar de mi vida.

En este proceso de aceptación y liberación hay una gran carga emocional y mental que viene desde la culpa, desde el sentir que has fallado de alguna forma, o que hay algo en ti que no está bien. Porque eso es lo que se nos hace sentir desde niñxs, o al menos a la gente de mi generación, pienso y tengo confianza en que hoy en día eso está cambiando. La visibilización es importante, porque la diversidad es una realidad y desde la aceptación de esta realidad, debemos construir un mundo inclusivo y que respete todas las formas de amar.

Umbral, disco de Daniela Amaya

Usualmente la creación en la música se atribuye a una persona o banda, por ejemplo: Umbral es el disco de Daniela Amaya. “Si bien la creación de este disco nace de mí como cantautora a cargo de la música y letra, la materialización del mismo, como idea y concepto, fue en conjunto con un equipo maravilloso de personas.

Nicolás Alba, con el que pude visualizar y plasmar de manera muy acertada este mundo abstracto detrás de Umbral. Por otro lado Rafael Gross, guitarrista de mi banda y amigo, con quien pude encontrar los arreglos precisos en los temas más delicados del disco como Cambio de color y Monserrat.

Luego en la parte visual pude construir gran parte del imaginario trabajando con la diseñadora gráfica Mística Escobar, con quien hicimos las 4 campañas promocionales de los sencillos, y por otro lado trabajando junto a Marcela Toledo, quien capturó la esencia de Umbral en fotografía y videoclip. El disco en su esencia es bastante personal, y claro que lo siento como mío, pero en su expresión, en su forma, es también de mi equipo.

Daniela Amaya, cantante chilena

Participaste en la producción, cuéntame cómo fue esa experiencia.
—Llevo algún tiempo adentrándome en el mundo de la producción. Acá en mi casa tengo mi home studio, que he ido construyendo de a poco, que me ha permitido cada vez involucrarme más en los procesos de las canciones. Me pasaba que no siempre podía explicarle a los productores lo que realmente quería y sentía que había una barrera importante en la comunicación. Quería encontrar una manera de entrar en ese mundo también.

Me encanta la tecnología y el sonido, y de todas maneras pretendo seguir aprendiendo. He tomado varios cursos y talleres, incluyendo uno con Natisú, tremenda referente que acaba de ganar el premio Pulsar a mejor productora. Un hecho histórico que marca un hermoso precedente para muchas mujeres que queremos seguir construyendo nuestro espacio en esta área.

En el disco produje gran parte de la canción Al azul con mis propios beats, arpegiadores, voces, coros, etc. Fue algo nuevo y me gustó mucho, de todas maneras pretendo seguir moviéndome en producción.

Tramus, al otro lado del umbral

Daniela Amaya pertenece a Tramus (Red Chilena de Trabajadoras de la música), organización que reúne a mujeres y disidencias que trabajan en la escena musical chilena.

—¿Cómo llegaste a formar parte de Tramus?
—En marzo de 2019, hubo una convocatoria para ir juntas a la marcha del 8M. Ese día llegamos muchas mujeres y disidencias relacionadas con la escena musical. No sólo cantautorxs, sino que también ingenierxs en sonido, fotógrafxs, audiovisuales, iluminadorxs, gestorxs culturales, distintos frentes de acción. Nos dimos cuenta de que éramos muchxs, y que la mayoría compartíamos las mismas problemáticas. Y se generó una instancia muy linda de colaboración, de apoyo, de amistad.

Empezamos haciendo asambleas presenciales y de a poco se fue formando esta agrupación que hoy en día se define como una red transfeminista, apartidista, inclusiva, colaborativa, sin fines de lucro que busca promover la organización colectiva entre mujeres y disidencias en el campo de la música, buscando la equidad de género y la visibilización de nuestro trabajo desde la libertad, la diversidad, la sororidad, la participación activa y la interculturalidad.

—Tramus hizo un llamado de atención a las brechas de género que hay en los Premios Pulsar, ¿estás conforme con la premiación 2021?
—Creo que en todo este tiempo la labor de Tramus en colaboración con otras redes ha sido importantísima, como mecanismo para visibilizar las grandes brechas de género que aún existen.

Con respecto a Pulsar, estoy feliz de ver de a poco nombres de grandes mujeres en categorías nunca antes ganadas, como Natisú en producción musical. Me encantaría ver algún día el premio en la categoría de mejor instrumentista, hay músicas muy talentosas, que de todas maneras deberían ganar ese premio. Este año no hubo ni siquiera una mujer nominada a esa categoría.

—¿Quién sí o sí debió ganar y no se lo dieron?  
—Me hubiese gustado que ganara la Chini Ayarza (CHINI.PNG) en mejor arte de disco, también es una de las categorías que nunca ha ganado una mujer y su trabajo estaba muy lindo también. Esperemos seguir viendo nombres de mujeres en categorías power en las futuras ediciones.

disco Umbral

Puedes escuchar Umbral, el segundo disco de Daniela Amaya en Spotify y seguirla en Instagram: @damayamusica.