Por Anaí Nuñez, psicoterapeuta integral en acompañamiento a mujeres
Tratak en sánscrito significa contemplar u observar. Es una técnica yóguica milenaria de purificación interna y entre sus beneficios está el desarrollo de la concentración así como la estimulación de ajna chakra, también conocido como el tercer ojo.
Esta práctica es ideal para las personas que se están iniciando en la meditación porque facilita el desarrollo de la concentración y relajación, dos habilidades que son fundamentales a la hora de meditar.
¿Cómo practicar tratak?
Para practicar tratak debes fijar tu mirada sobre un objeto o imagen sin parpadear hasta estimular las lágrimas. Es común comenzar fijando la mirada sobre la llama de una vela, el símbolo Om o una deidad. Al realizar este ejercicio, es necesario estar muy concentrada para lograr los máximos beneficios que nos aporta.
Debes estar en un lugar con poca luz y buena ventilación, te sientas con la espalda lo más recta posible (puedes usar una manta, un bloque o un zafu bajo los glúteos) y pones la vela a la altura de tus ojos. Debes fijar tu mirada en el objeto sin pestañear. Comienza a inhalar y exhalar de manera profunda y concéntrate solo en tu mirada y tu respiración.
Debes intentar no pensar en nada mientras haces esta técnica, si llegan pensamientos, obsérvalos y déjalos fluir. Si tus ojos permanecen fijos, estás concentrada en el objeto y no tienes pensamientos: puedes relajar tus ojos y seguir visualizando esta llama con los ojos cerrados. Si sientes que la imagen empieza a desaparecer, vuelve a abrir los ojos y a fijar la mirada sobre el objeto.
Sigue abriendo y cerrando los ojos cuando lo necesites, siempre y cuando tu nivel de relajación sea cada vez más profundo. Sé constante en tu práctica de tratak y verás que cada vez entrarás más profundo en tu práctica meditativa