Ya puedes escuchar el tercer disco de De Mónaco, la banda de electropop nacional. Son 8 canciones y varias colaboraciones. Un disco que consideran más cercano al pop de sus inicios.
Carlos Contreras nos contó que este es el primer disco en que fueron productores con Mauricio Cabaña: “La intención siempre ha sido no dejar de hacer música nunca. Y el disco lo grabamos nosotros mismos. Lo mezclé yo. Entonces, teníamos un poco más de independencia en comparación con los otros discos que trabajamos con otros productores en otros estudios. Nos dieron esas ganas de ser más independientes y tener un poco más el control. Obviamente, con toda la experiencia que habíamos adquirido de trabajar dos discos anteriores”.
—¿Cómo es pasar a tomar la mayor parte de las decisiones?
—Trabajamos igual con un equipo de gente, que es como el equipo del sello, y ellos nos apoyan harto en gestión y todo. Pero claro, las mayores decisiones de todo el proyecto obvio que pasan por nosotros. No me sentiría cómodo estando en un proyecto que las decisiones no pasen por uno en verdad. Y trabajamos muy cómodos así.
Pero ahora igual trabajamos depositamos nuestra confianza en gente del lado artístico y soltamos un poquito en temas de fotos, arte. Por ahí dejamos que las personas que trabajan con nosotros, propongan sus propias cosas. Y nos gusta eso. Quizás en algún momento de la banda estábamos demasiado encima de todo y ya es suficiente para mí estar con la música en los hombros todo el rato.
Aparte, ya llevamos 7 años, entonces ya hay un concepto, una identidad, y la gente sabe para donde vamos.
—¿Y cómo fue soltar en las colaboraciones?
—Fue un reto, porque lo hicimos en el peor momento, creo. Las primeras canciones que sacamos fueron con Portugal y Planeta No, y lo pasamos la raja, cuando todavía estaba todo bien. Nos acercamos a esas bandas que conocíamos, y habíamos compartido hasta escenario, pero no teníamos un acercamiento de ser amigos de antes. Entonces, por ahí fue muy entretenido, pero después pasó esta cuestión de la pandemia y los procesos se alargaron un poco más.
Aunque eso nos permitió conectarnos con otras bandas que quizás no hubiéramos pensado, por ejemplo Lucas & The Woods, que es una banda argentina a la que le va superbién, haber trabajado acá con la Mariana, los Zebra 93. Ha sido full bacán en verdad, porque creo que la escena de nosotros es tan pequeña y cuesta sacar adelante los proyectos.
Nosotros estuvimos remando solos mucho tiempo, siento. El 2014-2016 éramos una banda tan rara quizás o proponiendo otras cosas que no eran tan de moda quizás, que al final pocas bandas enganchaban y nos costó armar escena. Y tampoco teníamos esa mentalidad en ese tiempo. Pero ahora nos dimos cuenta de que no podemos hacerla solos. Qué fome sería.
Por eso surgieron las ganas de colaborar y hacer colaboraciones con artistas que en verdad nos gustaban y que fueran colaboraciones reales: que estuviéramos en el estudio y pudiéramos compartir pensamientos, que se metieran en las letras, que dijeran lo que les parecía.
De Mónaco en pandemia
Carlos y Mauricio no se podían juntar y hacían todo a distancia. “Fue un poco agotador ese sistema cuando estábamos tan acostumbrados a estar en el estudio. Fue un cambio medio abrupto”. Carlos estuvo encerrado unos 5 meses solo en su departamento sin ver a nadie y fue un proceso complicado emocionalmente para él. “Hubo meses en que no quería hacer nada, que estaba full desmotivado”.
Pero igual hicieron canciones y tienen listo el próximo single. “Trabajamos full yo en el estudio, le mandaba la idea al Mauro y ya casi la canción estaba lista. Me gustó tener esa libertad de hacer canciones de lo que saliera y no pensar tanto. Entonces, quizás también estuvo bueno ese proceso. Obviamente se extraña trabajar con tu compañero al lado, pero no digo que lo que haya pasado sea todo malo, igual ha tenido sus cosas buenas”.
—Pero ¿prefieres trabajar a distancia o en persona?
—Depende. Es distinto con cada proceso y cada proyecto con el que uno trabaja. Hay algunos proyectos a los que les hace muy bien estar en persona, porque los artistas fluyen más por su personalidad. Y hay otros proyectos que en verdad le hace bien a uno trabajar solo y tener propuestas y un poco más de libertad. Creo que depende de cada artista y proyecto.
Yo he fluido muy bien trabajando a distancia, sólo mandando ideas y en persona. Siempre es más agradable en persona porque llegas a tener una conexión más grande con el artista. Y obvio que eso se agradece. Pero hay proyectos que se pueden trabajar perfectamente a distancia. Es más raro nomás. Pero si la conexión está en la música, eso es lo más importante.
Los De Mónaco como productores
También empezaron a trabajar como productores en otros trabajos de distintos estilos. Carlos siempre del lado más independiente y alternativo de la música chilena. Pero a este De Mónaco le gusta el rock, ¿por qué hace electropop?
“Porque también me gusta el electropop, también me gusta el pop, en verdad, pero el rock nunca lo he dejado de lado. De hecho, estoy haciendo un proyecto desde hace muchos años que es como una cuestión mía más persona y está muy ligado al rock, al indierock. Soy muy fanático de bandas del género. Y es un lado que espero nunca dejar. Y el electropop surgió porque también me gustaba, por una sinergia con más gente y cómo el proyecto se levantó.
Pero me gusta harto tipo de música en verdad. Y quizás para más adelante con De Mónaco también vamos a ir incursionando con otras cositas que no sean tan iguales a las que estamos haciendo ahora”.
Su próximo single es distinto.
“Queremos probar. Los diferentes procesos personales que hemos vivido nos han hecho perder un poco el miedo. Yo me he metido más en el rol de productor de otros artistas y eso me ha permitido conocer otras formas de trabajo.
No sé, la nueva canción que va a salir la hice en 3 días y eso para nosotros es muy distinto a los que hacíamos antes. Y después no tengo idea cómo va a ser, pero sí tengo ese pensamiento de que va a ser un poco más fluido. No tanta cabeza. Y una incursión en otros géneros. A mí me gusta el folk, el rock, lo urbano en algunas cosas. Se van a mezclar sonidos y está choro, está interesante. Y lo más importante es que nos gusta a nosotros.
Carlos Contreras escucha harta música distinta. Antes de esta entrevista estaba escuchando a John Lennon. “Siempre escucho harto indie. En mi otro proyecto, Mecánico, estamos incursionando en el synth pop y hay caleta de bandas nuevas que están muy buenas. Acá en Chile hicimos una colaboración con Pau y me gusta caleta su música. Escucho mucha música nueva en este último tiempo y, es raro, porque antes me quedaba pegado con lo que escuchaba siempre”.
—¿Y qué haces cuando no estás escuchando música?
—Parto mi día a las 10 de la mañana haciendo música en el estudio y termino a las 20 horas más o menos. De ahí me voy a mi casa y corrijo las mezclas. Apagaré la música de mi cabeza como a las 11 de la noche cuando trato de ver un poco de tele para quedarme dormido. Y creo que ese es el único momento que no escucho música.
Todo el día estoy cachando música. Ya es parte de mi vida. De hecho ya estoy preocupado del tinnitus, capaz que me quede sordo. No sé. Ahora trato de trabajar con niveles no tan fuertes, porque ya, en verdad, como todo el día ocupo el oído, no sé, pasa alguien en una moto y ya me tapo las orejas porque me duelen.
Igual hay que buscar espacios de silencios. Esos me los doy a veces cuando estoy en mi casa y me fumo un pucho y miro para afuera.
—¿Y cómo haces para escuchar tanta música y que no afecte en tus propios proyectos?
—Qué rico que lo afecten, en verdad. Esa es la búsqueda, yo creo. Nutrirse y aprender de todo lo que estás escuchando y que cada cosa que te va gustando se va poniendo. Yo creo que eso es. No sé si la música es pura. Cualquier cosa que haga, ya lo escuché antes igual, entonces siento que entre más cosas nuevas pueda escuchar, va a ser mejor. No creo que se contamine mi estilo, porque qué estilo. El estilo puede ser cualquier cosa porque ya todo lo escuché. Da lo mismo. Mientras más pueda agregarle a todo, creo que va a ser más interesante el resultado.