Para empezar, si me ganara un Oscar, tengo que establecer qué premio sería. Sí o sí algo delante de las cámaras, creo que soy buena en eso debido a mi dramatismo constante.
Hace seis años tuve mi primera Crisis de Pánico: el sentir que iba a morir indefectiblemente. De no conocer ese término por la hermana de una amiga, jamás hubiera “diagnosticado” que eso era lo que me pasaba. Pero era algo más: era el futuro. Ustedes deben haber sentido un miedo claro y prístino, pero quiero preguntarles sobre el futuro: ¿a qué le tienen miedo?
Natalia lleva registro de toda su vida en planners, agendas y cuadernos que decora con stickers, recortes y todo lo que encuentra en tiendas chilenas y también por internet. Aquí nos comparte algunas de esas páginas y nos cuenta dónde encuentra los tesoritos que utiliza.
¿A qué jugabas cuando eras niña? Esta pregunta nos obsesiona, y tiene que ver con la idea de que, de que nuestras inquietudes verdaderas se manifiestan de alguna forma desde que somos niñas, y suelen tener relación con aquellos intereses más definitivos en la adultez.
Recuperarse de una crisis, encontrarse a sí misma, re-armarse y salir otra vez al mundo es un proceso difícil; de seguro muy provechoso, pero también intenso y agotador. Dado entonces a que urge tomárselo con calma, sin apuros ni zapatos apretados ¿qué mejor que hacerlo coincidir con una temporada invernal vivida como Dios manda?
María Laura está hace siete meses en Madrid. Aquí nos comparte sus picadas, lo que más le gusta de su barrio y cómo ha sido cambiar totalmente de rutina al volver a estudiar.
Para cuando logré pasar a sentarme vi una oportunidad que siempre se me había pasado por estar con más gente, había muchos asientos disponibles en buenas posiciones pero que nadie ocupaba porque estaban agrupados de a uno. Y ahí fui a meterme, quedé en el ángulo perfecto y además entre dos mujeres. En ese momento me terminé de relajar. Y empezó el concierto.
Se me llena el inicio de facebook con fotos de embarazadas, de baby showers, de bebés, de compromisos, de matrimonios. Y yo aquí.
Me cuentan que un ex pololo se casó, que otro se fue a vivir con la pareja, que otro está pololeando, que otro tuvo un hijo. Y yo aquí.
Irremediablemente empecé a sentir ese dolor de cabeza pesado y molesto que no se va con nada. También me han dado ganas de arrasar con todo lo dulce y rico que encuentre a mi paso. Pero nada de esto es tan terrible como lo que me pasa anímica y emocionalmente cuando ando premenstrual y, por qué no decirlo, también durante los días de regla.