Si la gente no juzgara a la víctima, podrían sanar mejor, denunciar antes y prevenir más abusos de ESE tipo. Pero el abusador pasa a segundo plano y las mujeres son las enjuiciadas. Esa es la actitud que quisiéramos erradicar, Hay que escuchar, hay que investigar, sí, pero decidir desde afuera el momento en que una persona se sienta con las fuerzas de entablar una denuncia, es totalmente fuera de lugar.
El acoso callejero es violento.
No me gusta que me digan cosas que no quiero escuchar, y eso no es ser grave.
No quiero que me agarren el poto sin mi consentimiento.
Es sólo poner las cosas en su lugar, bajo la línea del respeto y la dignidad de cada mujer.
Me quiero sentir segura. ¿Es mucho pedir?
Mi motivación al ir a las marchas es ayudar a visibilizar temas que aún se mantienen bajo la alfombra, como que la cultura de la violación es real y no un invento de las "femianzis" porque "las mujeres no sabemos lo que queremos". Supongo que la idea de todas es salir y que mientras más seamos, mejor, así nos ven más.
La pesadilla no terminó con la violación, sino que continuó con una larga cadena de justificaciones, juicios e interpelaciones brutales en contra de la víctima, buscando eximir de culpas a La Manada. El machista e impresentable juicio les dio nueve años por considerar que no fue violación, 'sólo' abuso.
La semana pasada estuve en el IV Foro Global de Empresas por la Equidad de Género y, entre tantas iniciativas y programas presentados, uno en particular me llamó la atención: el Harrassmap – Mapa de Acosos para Egipto.
Cuesta ser mujer, a mí me cuesta. Hoy creo que menos que ayer, porque aprendí a preguntar, a preguntar harto, a darme CUALQUIER COLOR, y a perderle el miedo al ridículo. Aprendí a preguntar hasta lo vergonzoso, sobre todo lo vergonzoso porque ya lloré, grité y guardé mucho, y no. Ya no.
Katrín Jakobsdóttir, la Primera Ministra islandesa, prohibió la diferencia salarial entre hombres y mujeres. Asumió el poder en diciembre pasado y una de sus primeras medidas fue la prohibición de que los hombres cobren más que las mujeres en un mismo cargo. ¿Queda duda de la importancia de que existan mujeres en política y en cargos de poder?
Hacerse la desentendida siempre funciona, haga como que no entiende las tallas machistas, por ejemplo. Cuando hay que explicarlas mucho pierden la gracia, usted ponga cara de confusión y no se ría.
Woki Toki lanzó sus 42 frases machistas. “El feminismo es lo mismo que el machismo”; “prefiero tener amigos hombres, las mujeres son muy complicadas”; “ahora son todas feminazis” ¿Te suenan? ¿Quieres agregar alguna?
¿Hasta cuando las mujeres tendremos que aguantar el maldito acoso callejero en este país? Pienso que existe una solución al alcance de todos y esta es EDUCAR.