Volver a la vida normal después del 18 es casi una misión imposible, sobre todo porque en 5 días en que le dijimos adiós a entrenar y la alimentación balanceada
Cuando me puse a investigar llegué a entender que la yesoterapia busca adelgazar por medio de vendas de yeso lipolítico... ¿Qué significa esto? Que por medio de dichas vendas los lípidos del organismo se transforman para producir otras sustancias que cubren las necesidades energéticas.
Hace un par de años fui a mi primer taller détox y fue muy bueno, no sólo porque aprendí a distinguir ciertos alimentos que me hacían mal sino porque me puse a investigar y llegue al libro “Quiero ser flaca y feliz” de Karolina Lama y Maliki 4 Ojos.
Solo me surgen dos problemas: el primero es que me dijeron que tenía que hacer 180 min de deporte a la semana, para mi nivel de sedentarismo, siento que me pidieron escalar el Everest.
Podría decir que soy una rehabilitada de la mayonesa, de chica le echaba a todo lo que me ponían en frente: puré, fideos, pan, además de los clásicos sanguchitos o completos. La dejé hace tiempo, aunque recaigo cada tanto.
Fui a una nutricionista especialista en genotipo, y me hizo los exámenes de rigor que consisten en ver tu tipo de sangre y cómo afecta en la alimentación.
Acá un par de opciones que son básicamente como una rica ensalada, pero evitando esa desagradable “base verde”, que nunca llega a ser realmente rica...
El azúcar es adictiva, por eso la idea es ir restringiéndola cada vez e ir acostumbrando a tu cuerpo a no necesitarla. Uno la necesita, sí, porque es la principal fuente de energía del cuerpo, pero mucha gente consume más de lo que necesita.
Fui a probar el nuevo tratamiento de Lipobarrido que sirve para bajar la grasa de zonas localizadas. Me interesó hacerlo porque aunque odie mi guata, soy incapaz de meterme cuchillo o hacerme una intervención quirúrgica.