por Kat
Nunca he estado de acuerdo con la frase “nadie es imprescindible” porque en verdad creo que una persona no puede reemplazar a otra. Cada una es un ser único y aunque otros puedan tener otras cualidades y ser incluso mejores (en un trabajo, por ejemplo), la impronta personal de cada uno es irrepetible. ¿Somos todos especiales o nadie lo es?
Ayer escuchaba a un papá diciéndole a su hija adolescente en la calle: tú tienes que dejar de pensar que eres especial”. No se en qué contexto lo diría, lo escuché muy a la pasada, pero me dejo una sensación de molestia, porque yo creo que si, que todos son especiales. ¿Cuál sería la necesidad de especificar que no? Quizás era una lección en un momento en que la chiquilla de estaba farreando oportunidades –imagino–, o estaría siendo displicente con los estudios… la familia, no lo sé.
Se podría decir que si todos somos especiales, al final nadie lo es (especial entre los especiales se anulan, ¿no?) pero yo insisto en que cada uno es único e irrepetible. ¿Hacen mal los padres cuando nos dicen que somos muy especiales y luego nos damos cuenta de que para el resto no lo somos? Tal vez sirva para aumentar la autoestima en nuestra formación, de verdad, no lo sé.
De cualquier manera, esto puede afectar nuestra parada frente al mundo, cómo nos plantamos frente a los desconocidos, los conocidos y la competencia en todo sentido. No es igual llegar a un lugar pensando que se es el mejor (o que tiene algo especial) versus llegar con la cabeza abajo creyendo que no tenemos lo que se necesita. ¿Ustedes creen que somos todos especiales o que nadie lo es?
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mm demasiado millenial el tema jajaja creo que en temas laborales efectivamente nadie es irreemplazable, las empresas siguen andando aunque las cabezas más brillantes se vayan y es bueno estar consciente de esto para que no te pegue tan fuerte si algún día te toca caer. Y está bien, todos somos únicos e irrepetibles, pero creo que el comentario del padre es para darle una lección de humildad a la hija, creo que hay muchos cabros chicos (y no tan chicos) que han crecido escuchando que son especiales y ahora juran que el mundo gira en torno a ellos.
Sipo, super millenial. Lo trágico es ver las consecuencias de criar bajo la lógica de “eres especial”. Personalmente, lo encuentro nefasto.
Syndrome:
¡Vamos! Tienen que admitirlo, ésto es grandioso. ¡Como en una película! El robot saldrá dramáticamente… causará algunos daños. ¡Una multitud de gente gritando! ¡Y justo cuando no quedan esperanzas, Syndrome salvará el día! ¡Seré mejor héroe de lo que ustedes jamás fueron!
Sr Increible:
¿Te refieres a que matarás héroes verdaderos para pretender ser uno?
Syndrome:
Yo soy de verdad. ¡Lo suficiente para vencerte! Y lo hice sin tus preciados dones, tus poderes “tan especiales”. (pausa) Les daré proezas. ¡Les daré las proezas más espectaculares que nadie jamás haya visto! Y cuando sea viejo y me haya divertido, venderé mis inventos… para que todos puedan ser superhéroes. Todos podrán ser súper. Y cuando todos sean súper… nadie lo será.
Yo he pensado mucho en esto con mis sobrinos, y yo creo que pues en general lo especial está dentro de nosotros y hay que enseñar a los hijos a crear vidas ricas en experiencias personales, emocionales y en abrir nuestros corazones a otros… de acuerdo que todos somos especiales, pero dentro de nosotros, afuera la mayoría llevamos vidas normales, mediocres (sin intención de que sea peyorativo, sino adjetivo), incluso el amor si lo pensamos pues para cada uno es especial, pero la mayoría de la gente en el mundo lo siente alguna vez, por lo tanto afuera no es “tan especial”, pero es muy muy especial dentro de nosotros… no sé si expliqué jajaja
Me parece que se está confundiendo el concepto de único con el de especial. Creo que es probable que todos los seres humanos somos únicos, aunque eventualmente podamos ser agrupados según similitudes. Sin embargo, dudo profundamente que seamos especiales. Quizás el resto pueda atribuirnos la etiqueta de especial pero creo que tiene que ver más con aspectos relacionales (es mi pareja, mi jefe, mi amigo, etc.) que con lo intrínseco.
Personalmente, detesto la dinamica por competir por quién es el más especial. Lo he visto incluso entre gente adulta y altamente educada: el que tiene gustos más raros, aficiones más particulares, etc. Lo encuentro medio patético y clásico signo de estos tiempos. Tanto así que saberme común y corriente me hace sentir la rara en algunos círculos.