Por Belén Leyton / fotografía principal por Tomás Müller
El nuevo disco -aunque primer larga duración- de Martina Lluvias se llama Recopilatorio y es ruidoso, melancólico, lluvioso y para ella, visceral. Son 6 canciones y una intro que suman 23 minutos y 30 segundos y tuvieron más de un año de retraso -el plan original era lanzarlo tipo junio de 2020-. La pandemia nos pegó a todas, pero el proceso de creación, al menos, fue hermoso para Martina.
Quería una energía específica en esos sonidos. “Lo que buscaba era la visceralidad. Siempre he sentido que he sido más contemplativa y para dentro, pero ahora necesitaba exteriorizar. Y en el camino me encontré con un fuego interno supergrande que tenía muchas ganas de mostrar. Siento que nunca me había pasado eso”.
En 2014 salió el primer EP de Martina Lluvias, Las canciones, y suena a otra vida. Hoy tiene 27 años y quería hacer un formato más largo que sus anteriores trabajos, pero también tenía miedo de hacer algo diferente.
—¿Cómo ha sido?
—Desafiante. Era una inquietud que tenía desde hace mucho tiempo y me daba pudor. Obviamente, una hace música para una y no voy a mostrar nada que no me guste. Sin embargo, igual está eso… las personas igual me cachaban por casi un género musical, algo mucho más piolita, tranquilo, y abrirme a mostrar algo muy íntimo pero a la vez muy ruidoso me dio miedo. Al principio me costó caleta tocarlo en vivo o generar esa perso para reconocer que quiero rockear en el escenario jaja. Me daba vergüenza admitirlo, pero ahora lo hago.
Y hay hartas personas que me tiran para arriba, que me recuerdan que al final la música la hago porque me gusta, que no me de miedo la opinión externa cuando algo nace de mí y es tan honesto y apasionado. Yo soy re apasionada por las cosas que me gustan. Entonces, que eso es lo más importante: no dejarme atrapar tanto por lo que no está dentro de mi control. Eso ha sido bacán igual.
—¿Qué otras cosas te apasionan?
—El arte en general, me encanta. Y también me gusta mucho intentar doblarle la mano al sistema. Creo que eso es algo muy importante. Tratar de humanizarse lo más posible y cualquier acto de rebeldía contra un sistema impuesto, me llama mucho la atención, y me gusta indagarlo y ojalá llevarlo a la práctica también…
Martina dice que tiene una necesidad por mostrar y entregar su música. Que si bien es tímida, en la música le sale la personalidad desde pequeña. Que si bien ella quería sacar todo al tiro, tuvo que esperar por la contingencia y dejarlo escapar de su control.
—¿Fue un trabajo más complejo que tus anteriores EP?
—Fue mucho mucho mucho más detallado que las otras veces. Si bien antes también había dedicación y trabajé con gente muy profesional, esta vez trabajé a la par con Ismael Palma, mi productor y estuvimos como más de un año juntándonos dos días a la semana, todo el día, escuchando cada detalle de las canciones. Encima, es medio maniático el Isma, y yo también, entonces nos juntamos jaja. Pasábamos el tiempo tratando de pulir lo máximo posible. Y estuvimos muy presentes en todos los procesos musicales.
Fue mucho más extenso, pero al final todo ese tiempo que por obligación tuvimos que esperar, resultó ser productivo también. Nos dimos el espacio para poder hilar fino.
—¿Y estás preparando cantar en vivo?
—Sí, tengo una fecha el 5 de noviembre en el MFEST en el que voy a tocar el disco con mis músicos. Igual voy a tocar temas antiguos, pero más que nada el disco. Me voy a colgar de eso para hacer un lanzamiento jaja.