por @abretuboca_
Una ensaladilla, un picadillo, un tentempié. Es lo más saca apuros que hay y un gran uso para la endivia que, por cierto, está en cogollos grandes, crujientes, frescos. De ahí también a esa casi caricatura de usarla como botecito. Necesitarán de una lámina de silicona para hacer el praliné, de lo contrario, se puede comprar hecho.
Ingredientes para 4-6
2 endivias grandes
100 grs. de queso azul
80 grs. de queso crema
Aceite de oliva fuerte, ojalá picual
Pimienta negra y rosada recién molida
Vinagre de frambuesa
3 cdas. de almendras
1 taza de azúcar
Preparación
En un sartén antiadherente poner la taza de azúcar a fuego medio sin moverlo. Cuando esté dorado, echar las almendras revolver dejando que se funda todo muy bien. Cuando todo esté de color oscuro, sacar, y poner en la lámina de silicona y estirar. Una vez frío, romper con la parte de atrás de un cuchillo grande y luego procesar hasta que quede una arena grumosa. Eso es un praliné. Usted puede hacer esto con avellanas, castañas de cajú o lo que su antojo desee.
Separar con las manos las hojas de las endivias cuidando que no se rompan, cuando lleguen a su corazón, picarlas en cubitos chicos con un cuchillo de plástico para evitar amargor. Aparte, revolver el queso crema a temperatura ambiente hasta que no queden grumos, agregar el azul molido con un tenedor y unir. Añadir los pedacitos de los corazones de las endivias, pimientas, aceite de oliva y un chorrito de vinagre de frambuesa. Revolver y untar en la base de las endivias, luego apoyarlo en el praliné y dejar decorativamente en un plato. Finalmente chorrear un poco de aceite de oliva, gotitas de vinagre y algo de pimienta. Servir.
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